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Narra Sebastián...

Después de que aterrizó el avión y fuimos por nuestras pequeñas maletas, salimos en busca de un taxi. Hace dos años que no venía a Bogotá y estaba muy ansioso pues no le había dicho nada a mi madre que vendría eran aproximadamente las tres de la mañana y sería difícil encontrar algún taxi que nos llevará. Salimos del aeropuerto y el aire frío típico de octubre nos dio la bienvenida, Caeli caminaba muy cerca de mi y al parecer tenía frío, la mire y me detuve un momento ella hizo lo mismo y solo me sonrió. Me quite la gabardina y se la di ella la tomo y de inmediato la puso sobre sus hombros, seguimos caminando hasta llegar a la avenida.

-Sebas, ¿Que hora es?

-Son las tres de la mañana, ¡taxi!

Caminé más rápido y el taxi se detuvo Caeli corrió a donde yo estaba y entro en el auto, le di la dirección al chófer y este avanzo por las solitarias calles de Bogotá, después de media hora llegamos a mi edificio. Mis nervios iban en aumento y Caeli lo noto.

-¿Que te pasa? Actúas muy raro

-La verdad es que estoy nervioso, hace dos años que no veo a mi familia y...

-Tranquilo, es tu familia y sé que les va a dar mucho gusto verte

Ella me sonrió y logró hacerme sentir seguro subimos al elevador y presione el botón de mi piso después de unos minutos las puertas se abrieron, todo estaba tal y como lo recordaba. Caminé por el pasillo y me detuve frente a la puerta de madera, no sé cuánto tiempo estuve ahí viendo un punto fijo en la pared Caeli solo me miraba. Sonrió y presionó el timbre al ver que yo no hacía ningún movimiento el sonido me regreso a la realidad y mi corazón empezó a latir más rápido, volvió a tocar el timbre y esta vez la voz de mi hermana se escuchó tras la puerta.

-¡Ya va! Son las tres y media de la mañana a quien se le ocurre venir a estas horas

Me reí al escucharla gritar y esta vez fui yo quien presionó el timbre, Caeli solto una risita y yo le hice una señal para que se callara, no se qué tanto hacia mi hermana pero ya se había demorado en abrir. Supuse que llamaría al vigilante para saber quién había entrado, después de escucharla discutir con el guardia escuché la voz de mi mamá y seguido la voz de Juan, estaba muy ansioso y solo quería que abrieran la puerta. Volví a tocar el timbre y los tres se callaron.

-¿Quien?

-Buenas noches...Karen tengo un paquete que dejaron en recepción es de tu hijo Sebastián.

-¿Una paquete a esta hora?

-Si, es solo que lo dejaron hace unas horas y no había podido subir a dejarlo.

-Ya va, ahorita salgo gracias

-Lo dejaré aquí, disculpe las molestias buenas noches.

Me reí y Caeli me dio un golpe en el brazo y me hizo callar, la historia que inventó nos ayudó para que mi madre abriera la puerta, escuchamos como quitaba el seguro y giraba la perilla. Sonreí a más no poder y la puerta se abrió.

-¡Holaaaa! Buenas días...

-Sebas, hola mi vida porque me asusta de esa manera

-Es parte de la sorpresa, como ha estado mami no sabe cuánto los extraño.

Entré en el departamento y abrace a mi madre Juan corrió a mis brazos y me abrazo a la que no veía por ningún lado era a Juana, mire a mi madre y ella me hizo una seña para que entrara a la casa. Caminé por el pasillo y escuché música en su habitación, como cada noche cuando no podía dormir abrí la puerta y la vi sentada frente al computador con mis audífonos puestos, sonreí y me acerque sin hacer ruido. Le cubrí los ojos con mi mano y ella solto un pequeño grito, se quitó los audífonos y trato de girarse.

-¿Quien soy?

-¡Queee! Sebastián...

La solte y ella dio un brinco y me abrazo.

Narra Juana...

Me dio pereza seguir escuchando a la chica de vigilancia hablando con mamá, así que me regresé a mi habitación. Antes de que me interrumpiera estaba hablando con Camila y escuchando algo de música ya que no podía dormir, Sebastián no me había llamado ni enviado algún mensaje después de la última vez cheque mi WhatsApp y su última conexión había sido hace un par de horas, seguramente ya estaba dormido y yo aquí esperandolo. Me consentre en lo que estaba haciendo y subí el volumen de la música, una mano bloqueó mi vista. Me asusté y grite después de eso me quite los audífonos y trate de voltear pero la persona no me dejó, me abrazo por los hombros y pego su cara a uno de mis oídos.

-¿Quien soy?

Al escuchar su voz gire mi cabeza y lo vi unos pasos tras de mí, estaba un poco más alto y su cabello estaba más largo, no podía creer que en verdad estuviera aquí. Mis ojos se cristalizaron y di un salto para abrazarlo, él me correspondió el abrazo y los dos nos soltamos a llorar. Después de unos minutos nos separamos y sonreímos estaba feliz de que mi hermano por fin estuviera en casa lo había extrañado horrores y me daba mucha alegría tenerlo aquí.

-¿Porque no me dijiste que vendrias?

-Queria sorprenderlos, te extrañe pitufa

-Y yo a ti sebitas.

Sonreí y me senté en la cama el copio mis movimientos y la plática entre nosotros fluyó, teníamos dos años sin vernos y habían pasado muchas cosas, así que decidí ponerlo al día de todo lo que había pasado mientras él no estuvo. La puerta de mi habitación se abrió y una chica un poco más baja que yo de cabello negro y piel blanca apareció tras la puerta. Sebastián la miró y sonrió lo conocía y sabía que ella le gustaba.

-Sebas, perdón por interrumpir pero muero de sueño

-Oh, lo siento. Juana ahorita vuelvo si la llevaré a mi habitación.

-Claro, no te irás de nuevo verdad

-No tonta, ya regreso

Lo vi salir y la chica solo me sonrió, le devolví la sonrisa y me gire al computador le dije a Camila que Sebastián estaba de regreso y que la llamaría después, apague mi laptop y me senté en la cama el sueño me estaba venciendo así que decidí irme a dormir ya mañana hablaría con sebas de todo lo que había pasado en su ausencia.

Narra Caeli...

Después de llegar a casa de Sebastián él desapareció por un instante dejándome sola en la sala con su madre, me sentía incómoda pues no la conocía y jamas había escuchado hablar de ella, pero algo me decía que es una persona muy amable. Sonreí y ella me regreso la sonrisa después me llevo a la sala y me ofreció una taza de chocolate caliente.

-¿Tu eres la novia de mi sebas?

Me atragante con lo que dijo y ella río, la mire y le sonreí, su comentario había hecho que me pusiera nerviosa. Me miraba esperando una respuesta y yo negué con la cabeza ella arqueó una ceja y bebió de su chocolate.

-Sebas y yo solo somos amigos

-Y que hacen acá, no me lo tomes a mal pero son las tres, casi las cuatro de la mañana y llegaron sin avisar.

-Perdon que te lo diga, pero tienes un hijo demasiado loco

-Eso ya lo sé pero sebas es un buen chico, es solo que ha sufrido mucho por eso se esconde bajo ese caparazón, para protegerse

Me sorprendió lo que me dijo y solo sonreí, mire mi celular y eran las cuatro quince de la mañana, estaba cansada y tenía sueño. Mire a Karen y ella me dijo en donde estaba Sebastián, después de apagar las luces cargo al pequeño niño que jugaba en el suelo y se perdió en la oscuridad del pasillo. Caminé por el pasillo y llegué a la puerta en la que Sebastián había entrado hace ya un buen rato, abrí la puerta y lo vi sentado en la cama con una chica, los dos habían llorado y la chica al verme sonrió, me disculpe por interrumpir y le pedí a Sebastián que me llevará a donde iba a dormir.


Mi Guardaespaldas 1° TDonde viven las historias. Descúbrelo ahora