cincuenta y tres.

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No sabía por qué, pero, por alguna razón, aquello hizo que me relajara mucho. No hizo que me relajara del todo, pero si me tranquilizó bastante. AUNQUE estaba segura de que no fue por el hecho de que fuera él quien me abrazó, sino porque necesitaba un abrazo. No de él, pero lo necesitaba...

Ni siquiera me tranquilizó tanto...

"Yina, tranquila." susurró.

Antes de poder evitarlo, me di cuenta de que una lágrima cayó por mi mejilla. No entendía por qué, pero me sentí aliviada por alguna razón.

Renjun se separó de mí y se sentó donde antes. Dio un golpecito a su lado, indicando que me sentara con él. Con algo de pesar -pero a la vez de ganas- me senté.

"Deja que me explique." me miró, pero yo seguí mirando al frente. Sentí que, de alguna manera, había perdido mi dignidad. "No estoy aquí para perseguirte. Llevo aquí, seguramente, más tiempo que tú. Se suponía que yo había quedado con Jeno aquí. Esas chicas son tan cotillas que consiguieron su número y de alguna manera se hicieron pasar por él, dándome falsas indicaciones y haciendo que me perdiera. Supongo que son las mismas chicas que te dejaron sola. Estaba buscando una salida y te encontré aquí, cayendo al suelo."

"¿Por qué iban a dejarnos solos aquí? No sé si creerte."

"Quizás porque saben que me odias y quisieron hacerte sufrir." vaya, por lo menos sabía que lo odiaba y no tenía que decírselo yo; aunque estaba segura de que no dudaría en dejárselo claro todas las veces que fueran necesarias. Siempre que fuera a él...

"Entonces sabes que te odio." lo miré por primera vez. Asintió con la cabeza, aunque se lo notaba con algo de pesar en aquellos asentimientos. "¿Y por qué no me odias? O peor aún, ¿por qué me ayudas?" pregunté. Sí, debía admitir que tenía una gran curiosidad por sus respuestas. "Si yo viese sufrir a alguien que odio... no sé, no lo ayudaría."

"¿Dejarías a alguien tirado en el suelo en un sitio como este?" me miró. Tenía razón, no lo haría. "Imagina que me ves tirado en el suelo en una casa abandonada. ¿Qué harías?" lo pensé por unos segundos, aunque sin obtener respuesta. "Vamos, hemos compartido un batido y muchos momentos, ¿estás segura de que me dejarías solo?"

Comencé a reír, aún queriendo evitarlo.

"Ey, te has reído." dijo, con orgullo, lo que me hizo reír un poco más. Pero solo un poco...

"¿Por qué me has abrazado antes?" pregunté, poniéndome un poco más seria. "Quiero decir, yo te estaba gritando, mucho. Tú tendrías que haberme gritado de vuelta y hubiéramos comenzado una discusión."

"¿Es eso lo que querías?" preguntó, sorprendido.

"No." respondí decidida. Desde luego que no quería discutir, aunque fuera con él. "Es solo que... me puse nerviosa. No te esperaba aquí." expliqué. "¿Entonces no vas a responder a mi pregunta?"

once again || huang renjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora