treinta y cuatro.

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"¿Qué haces aquí?" no, no estaba dormida. Teniendo en cuenta la pregunta que me acababa de hacer, estaba claro que no se apartaba de mí porque no tenía fuerzas para hacerlo. Pero, entonces, ¿por qué estaba apoyada en mí?

"Me dijeron que me quedara."

"Eres la última persona que hubiera querido que se quedara conmigo." dijo. Intenté tomarme aquello no muy mal. Su tono era totalmente arrastrado y ronco, como esas veces en las que te levantas después de haber ido a un concierto y tu voz es horrorosa, además de que te sientes cansado; así era su tono de voz, muy agotado. "Pero a la vez la primera."

"No sé cómo interpretar eso." dije. Pasaron unos segundos, bastantes. "Así que al parecer puedes hablar."

"No te emociones." dijo, sin ganas, pero riendo vagamente.

"Si así es, explícame cómo es eso de que no me quieres aquí, pero a la vez sí."

"No quiero." dijo, riendo. No era una risa normal, no, era una risa que me preocupó. Esa típica risa que tiene la gente ebria, una risa tonta. Se apoyó más en mí.

"¿Estás borracha?"

"Ni siquiera he bebido alcohol."

"Bien entonces."

"¿Por qué dijeron que te quedaras tú?" preguntó.

"¿Intentas buscar conversación para evitar momento incómodo?"

"Si fuera un momento incómodo no estaría jodidamente pegada a ti." dijo. "¿Necesito repetir mi pregunta?"

"No lo sé, simplemente me dijeron que me quedara." respondí. "¿Por qué antes no querías hablar?"

"No quiero hablar de lo que ha pasado. Además, ahora estoy mejor."

"¿Ahora que estás conmigo estás mejor? Vaya."

"No, idiota. Ahora que me está dando el aire libre." miró hacia el cielo. "Al final de todo no eres tan gilipollas."

"Al parecer ahora te gusta decir ese tipo de palabras."

"¿Qué tipo de palabras?"

"Malas palabras, como gilipollas." respondí. "¿Cómo has llegado a la conclusión de que no lo soy?" se encogió de hombros.

Miré hacia el cielo un momento, pero volví a bajar la cabeza cuando noté su cabeza en mi hombro. Cerró los ojos.

"No puedes dormirte ahora."

"¿Quién dice que no?"

"Yo."

Rió levemente.

"Ya, eso me da igual."

La puerta se abrió apresuradamente y supe que eran todos los demás. Sohyun llegó corriendo con las llaves en la mano y buscó el coche con la vista.

"¡Ahí está!" lo señaló.

"Ahora tenemos que ayudar a Yina a levantarse." dijo Jeno.

Sohyun se acercó a ella y volvió a agarrarle de un brazo. Antes de que llegara Jeno, yo ya había agarrado su otro brazo.

"¿Estás mejor?" preguntó Sohyun. Yina asintió con la cabeza. Comenzamos a hacerle andar hasta el coche. Cuando llegamos, fue un poco difícil hacerla entrar, pues la puerta era bastante baja. "¿Puedes ayudarla tú? Me duele la espalda." me pidió Sohyun, con un gesto de dolor. Su espalda crujió un par de veces.

Metí la cabeza en el coche e intenté alcanzar el cinturón. Era algo incómodo, pues estaba demasiado cerca de ella. Bueno, más bien... de su pecho.

"Tranquilo." me miró. Quedé en silencio por unos largos segundos. Nuestras caras estaban muy cerca la una de la otra. "Puedo yo sola." agarró el cinturón y nuestras manos se tocaron por medio segundo, antes de que yo tuviera el rápido impulso de apartarla. Mierda, Renjun, ¿por qué hiciste eso?

Bueno, en realidad no debería de haberme afectado tanto. Quiero decir... no, ¿no?

once again || huang renjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora