once again || huang renjun

ochenta y cinco.

No vi necesidad de arreglarme demasiado, así que simplemente llevé lo que había llevado puesto en el instituto. Estuve nada más que un par de minutos esperando a que Seungwan llegara. Seulgi me dejó llevarme su móvil para llamar a casa y avisarle si pasaba algo malo.

Estaba caminando por el parque cuando me llegó una llamada de Wendy.

"¡Ey, Yina! Quiero que sepas que hago esto con todo el cariño y que no quiero que te enfades conmigo." hizo una pausa un momento. Yo no sabía qué decir, ¿a qué se refería? "Porfa, no te enfades."

"¿Qué pasa? ¿No vas a poder llegar a tiemp-" no pude terminar la frase, pues había colgado la llamada. Comencé a sentirme muy confusa. ¿Qué estaba pasando?

"Tampoco te enfades conmigo." escuché a alguien hablar detrás de mí. Me di la vuelta y ahí estaba Renjun, rascándose la nuca, avergonzado.

Hice una mueca y después comencé a reír. Supuse que Seungwan me había mentido para que fuera al parque sin quejarme.

"Pensamos que no querrías venir si Wendy te decía que era yo quien iba a estar aquí en lugar de ella, así que a Jeno se le ocurrió hacer esto."

"Hubiera venido igualmente sabiendo que estarías tú aquí." dije. Renjun dejó escapar una risa inevitablemente nerviosa. Estaba claro que no sabía que decir. Lo entendía, yo tampoco sabría qué decir ante un comentario así. "¿Pasa algo importante?"  pregunté, para evitar su incomodidad.

No dijo nada, simplemente se metió la mano en el bolsillo y sacó un teléfono. ¡Mi teléfono! Abrí la boca muy sorprendida: ¿por qué lo tenía él?

"Lo encontré tirado en el suelo. Iba a decírtelo esta mañana, pero no me acordé." explicó. Yo seguía sin palabras. "Esto me recuerda a cuando tú encontraste mi móvil. Supongo que el destino nos ha juntado." añadió, de una manera muy diferente a cómo hablaba antes. Lo notaba con un tono un tanto... ¿soberbio? En un principio no me había molestado, pues me estaba costando mucho asimilarlo todo en aquel momento, pero entonces llegó la Yina de antes y no pude evitar hablar de manera ofensiva.

"¿Perdón?" es posible que no me hubiera molestado si él no hubiera hablado así, pues lo dijo, seguramente, sin malas intenciones, pero cada vez que quería cambiarlo, no podía evitar hablar enfadada.

"¿No te has dado cuenta de que, hasta que no hagamos algo al respecto, el destino no va a dejar de juntarnos?" dijo, con aquel tono. Estaba comenzando a resultar irritante.