sesenta y seis.

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"¡Tienes la marca de dos manos en el cuello!" gritó Sohyun, mirando mi cuello, escandalizada. "¡La mato!" comenzó a caminar con paso decidido en la dirección en que las tres chicas se habían ido, pero Jeno la cogió de la mano.

"No queremos más problemas, ¿cierto?" dijo.

"Cierto." respondió Sohyun. A veces era muy adorable sin darse cuenta.

"Por cierto, Jeno..." miré hacia el suelo. "Gracias." lo abracé.

Sabía que a Seungwan, aunque ella no lo admitiera, le gustaba Jeno, pero quería fingir que no, así que nunca le dije nada a él. Solo esperaba a que por fin surgiera algo entre ellos.

Escuché una tos fingida detrás de mí, como intentando llamar nuestra atención. Aquella tos provenía de Renjun, quien movía su pie con nerviosismo, mirando hacia el suelo.

No dije nada, no sabía qué decir. Hasta que Sohyun me salvó.

"Creo que deberíamos curarte esas marcas y heridas."

"Tiene razón, tienes el cuello rojo y sangre en el labio." dijo Jeno.

"Tsk. Cielo, ¿por qué no me lo dijiste antes?" dijo Wendy, con aquel tono maternal. "Vamos, tenemos que llevarte a casa."

Mientras caminábamos hacia la parada de autobús (a la cual insistieron en ir, pues no querían que yo caminara con aquellas heridas), Seungwan continuó lamentándose y echándose la culpa por no poder haber estado conmigo antes de que las chicas vinieran.

Subimos al autobús y me dieron ganas de matar a Jeno y Wendy cuando insistieron en que yo me sentara con Renjun, aunque, en realidad, no estuvo tan mal, pues se mantuvo callado durante casi todo el camino. Ellos iban hablando de sus cosas, menos nosotros dos.

Pude darme cuenta de que se lo veía algo desanimado, así que pensé en que quizás podría hacer algo que cambiara su estado de ánimo. Quizás era una manera sencilla, pero funcionaría.

"Hey... ¿estás bien?" pregunté.

Renjun, quien tenía la mirada fija hacia el frente, se giró para mirarme. Respondió con un simple asentimiento de cabeza.

"Sí." pareció extrañarse por aquello.

"¿Y entonces por qué estás tan serio?"

"No estoy serio."

"Sí lo estás, y me vas a explicar por qué." sonreí. Él rio levemente.

"No me pasa nada."

"Como sea..." quedé callada por unos segundos. "Por cierto, quería agradecerte eso, lo de antes."

Tomé su mano por un segundo sin darme cuenta, y fue aquel el momento en que me di cuenta de lo que estaba haciendo. Había hablado con él con toda normalidad, dejando de lado todo lo demás sin darme cuenta.

¡¿Qué estás haciendo, Yina?! ¡¿Acaso has olvidado que lo odias?!




He pensado en que quizás podría hacer un grupo de WhatsApp con todos los que leéis mis libros, no solo este, sino todos. ¿Qué os parece? ¿Os apuntaríais?

once again || huang renjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora