Capítulo 5.

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Era ya por la mañana. Los rayos de sol se colaron por la ventana de su habitación. Uno de esos rayos de dio a Santo en la cara. Al abrir los ojos, vio aun dormida a su derecha a Mireia. Tenía el pelo negro sobre el rostro; el chico no puedo resistirse y le dio un beso cariño en la frente. Es preciosa”-pensó. Se incorporo y la despertó con una suave caricia aprovechando para apartarle el pelo de la cara. Abrió los ojos, dejando ver ese color verde esmeralda que tanto le gustaban a Santo.

-Buenos días niñata. ¿Qué tal has pasado la noche?- le preguntó Santo.

-¿Niñata? Un poco mas de respeto a tus mayores enano. Yo he dormido muy  bien ¿y tú?

- Yo también.- dicho esto salieron de la cama y se cambiaron de ropa, como la noche anterior.

Al terminar de vestirse, fueron a la planta de abajo para desayunar. Tomaron unas tostadas y un café para despejarse. Eran las 10 de la mañana y Mireia tenía mucho que contarle a Santo. Decidieron hablar del tema en el jardín, hacia un día estupendo de verano. Pronto terminaría el instituto y tendrían las vacaciones de verano.

Se sentaron en el césped al lado de un árbol para que les tapase un poco el sol, pues si no se iban a asar.

-Creo que me debes una explicación. – comenzó a hablar Santo. 

-  ¿Te refieres a lo de anoche, o a lo de la secta y todo lo que viste ayer?- pregunto Mireia, lanzándole una mirada juguetona.

-Me refiero a todo. Pero a decir verdad lo que más me sorprendió de anoche fue aquel beso.- indicó el chico.

-¿Enserio? Viste un montón de cosas increíbles y ¿lo único que te sorprendió fue el beso? Porque será que no me sorprende nada viniendo de ti.

-Bueno… vale, suena un poco raro, pero es la verdad, así que no te pongas tan soberbia, niñata.- y le dio un abrazo cariñoso pasando su brazo por encima de su cuello.

- Entonces empezare por lo que me parece más fácil de explicarte; ósea, lo de la secta. Pues bien, lleva mucho tiempo en pie, yo soy miembro desde hace unos 3 o 4 años. Siento no haberte podido decir nada,- la mirada se le torno triste- pero eran las normas. Con forme vayas conociendo las cosas lo comprenderás mejor, espero que no me guardes rencor.

-Nunca lo hice tontita. Supuse que tu repentina marcha era por un motivo importante.- le dio un suave beso en los labios para cambiar la expresión de su rostro.

-Bueno. -Dijo de repente como si hubiese vuelto de un lugar muy lejano.- Voy a continuar que si no, no termino. Cada 100 años, cuenta la leyenda, vuelve un antiguo gran luchador a la vida, ese luchador puede controlar todos los poderes que te puedan pasar por la mente. Seguimos las pistas y esas pistas no dirigieron hasta ti.- Mireia vio que Santo iba a decir algo, pero le izo una seña de que se callara, poniendo un dedo en sus labios indicando silencio.- Aunque claro, nos llevara un tiempo enseñarte tus dones, pero otros los iras descubriendo por ti mismo conforme valla pasando el tiempo. Hoy te llevare a un monte donde te iniciare en el arte de la lucha.

-Yo ya se luchar.- repuso Santo.

- No tienes ni idea de cómo son las pelas en el rin. No tiene nada que ver con los campeonatos a los que has acudido, estos son mucho mas peligrosos y complicados. Y lo que es peor, al menos para ti, son combates a muerte. En otras palabras, que si pierdes el luchador con el que hayas perdido tiene el derecho a matarte.- vio que la cara del chico se tornaba de horror.- Pero tranquilo enano, los únicos que matan son los Cobras, el resto solo utiliza los combates para hacerse más fuertes.

- Y ¿el elegido que hace?- pregunto Santo que ya se la había cambiado la expresión de la cara.

- Me gustaría decírtelo, pero eso solo lo sabe Siru, me temo que tendrás que preguntárselo a él si quieres saberlo.- le explico al joven.

- Seguramente lo haré. ¿Cuándo podre verle?

- Esta tarde creo que vendrá a ayudarme con tus “clases”.- le dio un golpe cariño en el hombro, pues sabía que eso de que alguien la diesen clases a él, el campeón de valetudo, no le hacía mucha gracia.- no te preocupes, que no te dejara en evidencia.

-No estoy preocupado, pero no sé muy bien quien dará las clases a quien.- dijo con una media sonrisa.

- Sigues tan chulo como recordaba.- se recostó en su pecho y le cogió la mano.- creo que ya deberíamos hablar sobre lo que paso anoche ¿no?

-Si, tienes mucho que explicarme.- la abrazo y le dio un beso en la frente.

Secreto de clanes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora