Capitulo 12.

37 1 0
                                        


Los días transcurrieron más tranquilos de lo esperado. Santo fue haciendo amistades del clan, poco a poco empezó a dominar todos los poderes, pero aún le quedaban los de sus compañeros Mingrem, Senom, Anikomory   y Rears. Con este ultimo si había pasado más tiempo que con los otros tres; pero pese a eso, no le había enseñado nada. Aunque él tampoco le pidió que lo hiciese. Los otros tres habían estado desaparecidos para él; los veía de vez en cuando por los pasillos de aquella especie de mansión, pero no había tenido la oportunidad de hablar con ninguno. Un día, Santo estaba paseando y vio a Siru hablando con ellos; al verle, Siru le hizo un gesto de que se acercase y este obedeció.

– Creo que ya es hora de que aprendas a saltar como Mingrem ; y a golpear como Senom.- se giro hacia estos dos chicos, y ellos asintieron con la cabeza.- De hecho creo que deberías empezar ahora mismo.- se acerco a una de las puertas que daban a un patio enorme; la puerta estaba custodiada tanto por dentro como por fuera de dos Escorpio.- Vamos, seguidme.- el grupo no tardo en responder a su llamada y los cuatro salieron por la misma puerta que él.- Anikomory  y yo estaremos vigilando que no aparezca nada extraño mientras vosotros hacéis las practicas.- Tanto Mingrem, como Senom asintieron y me indicaron que les siguiese.

“Estaban muy serios, supongo por el miedo que todos teníamos, respecto a la amenaza de muerte a la que estábamos expuestos” . Pensó Santo. De repente en el rostro de los chicos se dibujo una sonrisa.

-Estaba deseando que llegase el momento de poder mandar al “Elegido”.- Senom se giro hacia su hermano.- Que bien nos lo vamos a pasar.
-No le hagas acaso a mi hermano, solo te dice eso para rabiarte.- le explico Mingrem  a Santo, y le dedico una sonrisa.

- Bueno, dejémonos de bromas y vayamos al grano que no sabemos cuanto tiempo vamos a poder estar tranquilos.

-Tienes razón,- Santo miro fijamente a los chicos.-¿Quien empezará?

Senom dijo con una media sonrisa que seria él y se acerco al chico; le toco los brazos para ver si era fuerte.

– Vaya.- dijo con una mueca de decepción,- nos ha tocado un blandito. Veamos qué puedo hacer.

– Ya, seguro que tú eres más fuerte que yo.- le reprocho Santo con un toque de Ironía. “está intentando rabiarme otra vez, pero se va a enterar este de quién soy yo”. Pensó el chico.- Venga déjate de cuentos y empieza con tu “clase”.- Esto último lo dijo con más rintintín que lo primero, y fue cuando saco de quicio a Senom.

–Muy bien, como tu prefieras.- hizo una mueca de “yo no he hecho nada malo” y se puso en posición de combate.- Veamos si podemos hacer que esa soberbia se convierta en fuerza. Recuerda la muerte de tu hermana y piensa que yo soy su asesino; no voy a defenderme, así que aprovecha y pégame con todas tus fuerzas. Ah y solo hay una norma, no puedes pegarme en la cara.- se acaricio el rostro y añadió:- Que vivo de ella.- Santo asintió.

Cerró los ojos y se concentro; no tardo más de unos segundos y su mirada se tiñó de rabia, y apretó los puños con toda la fuerza que pudo. Cogió un poco de carrerilla y le golpeo con todas sus fuerzas en el estomago. Senom salió volando, Mingrem  tuvo que saltar unos 6 o 7 metros para poder alcanzarlo. Su hermano le miró, e hizo un gesto de complicidad; le dejo enfrente de Santo y se puso a su lado.

– Que lastima, has aprendido muy rápido.- se giro hacia Siru que estaba observando la escena.- Creo que este chico ya venía con esta habilidad aprendida de casa.- soltó una carcajada.- Bueno hermano, es tu turno, haber si a ti te dura un poco más que a mí.

–No le des importancia , es que el pobre normalmente no tiene oportunidad de ser el centro de atención.- le dio una palmada a Senom en la espalda mientras se alejaba y luego se volvió a dirigir a Santo.- has visto antes hasta donde he saltado ¿verdad?. Pues eso para mí y para ti solo va a ser un calentamiento.

Santo asintió. “Parece mucho más maduro que su hermano, seguro que me llevare bien con los dos, pero con Senom me picaré mucho más que con él.”. Pensó Santo.

Mingrem  se acerco a una especie de palanca camuflada entre la maleza. La accionó y el suelo se empezó a elevar, unas partes más y otras menos. Cuando todo estuvo puesto en su posición, Mingrem continúo su explicación.

–  Supongo que sabes lo que hay que hacer.- echó una mirada hacia arriba.- Salta lo más alto que puedas, empieza poco a poco. Coge carrerilla si lo ves necesario.- le recomendó el chico. Él flexiono sus rodillas y de un solo salto llego a una de las plataformas más bajas.- Intenta seguirme.

Santo hizo caso a su invitación y cogió un poco de carrerilla, cuando lo vio preciso intento saltar lo más alto que pudo. Pero para su desgracia no logro llegar hasta donde estaba su amigo. Eso no lo decepcionó, repitió la misma operación que había hecho su compañero y esta vez si logro alcanzarle. Estuvieron un buen rato saltando de una plataforma a otra. Se divirtieron mucho. Pero de repente el sol se oculto tras unas nubes y uno de los guardas que estaban en la puerta de entrada apareció corriendo en el patio.

– Siru, se ha encontrado el cuerpo de una chica en la puerta

Dicho esto todos corrimos para ver quién era. Santo la reconoció enseguida, era Nayara. Encima de su cuerpo descansaba una nota manchada de sangre en la que se podía leer : “Nadie estará a salvo, uno de vosotros será el siguiente.”

La amenaza de muerte era más clara que nunca.

Secreto de clanes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora