Un hombre de pelo oscuro y corto apareció de entre los arbustos. Llevaba la ropa de los Cobras; era alto y robusto de ojos marrones casi verdes. Mireia lo reconoció enseguida, sin duda era Ismer. ¿Pero como los habían encontrado?
– Muy buen truco lo de esconderos en esta montaña.- se acercó un poco más a ellos sin cambiar la expresión de su cara.- Pero no era lo suficientemente bueno para engañarme.- miro a su alrededor.- Y como podéis ver, ahora no hay nadie para ayudaros.- una sonrisa malévola se dibujó en su rostro.
–No creas eso, en cuanto vean que tardamos en volver vendrán a buscarnos.- Mireia se acerco y abrazo a Santo.
– ¿Estás segura? No creo que vengan a molestaros.- la misma sonrisa de antes volvió a aparecer.
–No podrás ni tocarnos.- Santo se puso por delante de su novia para defenderla.
–Como veo que eres valiente voy a ser justo contigo.- soltó una sonora risa, le lanzó una espada que Santo cogió al vuelo.- Combatamos en duelo.- le dirigió una mirada desafiante.- O a eso no te han enseñado.
–No necesito que nadie me enseñe para ganarte.- Santo cogió la espada con las dos manos y se puso en posición de combate.- Vamos demuéstrame lo que sabes.
–Como desees.- se rió de él en toda su cara.
El combate empezó igualado, parecía que Santo le iba a ganar sin esfuerzo. Pero de buenas a primeras Ismer saltó encima de él con la espada en alto para atravesarle por la mitad, pero Santo tuvo el momento justo para esquivar su ataque. Se echó a un lado y aprovechó ese instante para intentar asestarle un golpe mortal en el cuello, pero su oponente reaccionó con rapidez y puso su espada en el camino de su ataque.
-Vaya parece que sabes lo que haces,.-Dijo mientras cogía impulso para separar a Santo de encima suya.- pero no te emociones que no me vas a ganar.
– Eso ya lo veremos.- retrocedió un poco para esquivar uno de sus ataques.-No te lo voy a poner fácil.
–Eso espero,- Santo le había mandado un ataque al costado y lo había parado con la espada, pero no pudo evitar que le hiciese una herida en la mano.- Ah.- soltó un grito de dolor y lo miro con cara de pocos amigos.- Se acabo el juego- dicho esto se abalanzo sobre él.
“Esto era justo lo que estaba esperado”.-Pensó Santo. “Que se llene de rabia, así no podrá reaccionar con tanta rapidez.”
Santo tenía razón, Ismer estaba tan enrabiado que no vio como Siru apareció por detrás y le lanzaba una ráfaga de viento para convertirlo en hielo.
– Gracias por venir, pero lo tenía todo controlado.- dijo el chico arreglándose un poco la ropa.- ¿Como os habéis enterado de lo que nos estaba pasando?
– Sencillo, Mireia y yo tenemos telepatía y me aviso de vuestra situación, sentimos no haber venido antes, pero es que había varios Cobras esperando a la salida de la casa para impedirnos ayudaros.- Siru se acerco a su preso y le dedico una mirada de victoria.
–Parece que tus días han terminado.- dijo Santo refiriéndose a Ismer que seguía atrapado, en el momento que se disponía a asestarle un golpe mortal en el cuello Anikomory se puso en medio para pararle.
– No, no seamos como ellos, no le matemos.- puso su mano en la espada de Santo que aun la tenía en alto.- Utilicémosle como rehén.
– No creo que sea buena idea.- empezó a decir Nany.- Es nuestro enemigo y mantenedlo con vida solo hace que estemos más desprotegidos.- le dio un empujón a Anikomory para que se quitase de en medio de Santo e Ismer.- Aparta, deja que Santo termine lo que empezó.
– Demasiado tarde.- dijo Ismer.- Si no hubieseis estado tanto de cháchara podríais haberme matado,- se empezó a desvanecer el hielo a los ojos de todos.- lastima, mejor suerte en otra ocasión.- dijo mientras se despedía con la mano y se echo a correr en dirección a donde le esperaban sus compañeros.
–Dejadlo ir.- dijo Siru parando a los gemelos y a Nany que estaban en posición de ir detrás suya.- No creo que dure mucho con esas heridas.- miro a Santo como si solo ellos dos entendiesen de que iba el tema.
–¿Qué heridas?- pregunto Mireia.
–La espada estaba untada con veneno, solo hacía falta que uno de los dos hiriese al otro para imputarle un veneno mortífero.
Siru tenía razón, la herida con esa sustancia no tenia cura, ¿pero solo le había herido Santo a Ismer? ¿O también él había recibido algún corte?

ESTÁS LEYENDO
Secreto de clanes.
FantasyEs una historia que crea un mundo donde más de uno quisiéramos vivir. Deja volar la imaginación y conviértete en uno de los personajes. Con ellos podrás sentir el poder del amor, la amistad y la traición.