Siru y Anikomory salieron de la espesura del bosque y se dirigeron hacia el campamento donde estaban acampado el resto del grupo. Al escuchar sonidos algunos se despertaron y quedaron un poco extrañados al verlos venir del bosque y al no ver a Santo por ninguna parte. Siru posó la mirada en Rears, que se estaba estirandose, propio de acabar de despertar.
-Rears, levanta a todos.-su mirada era dura y severa.- Tenemos que hablar.
-Pero hombre, deja a la gente dormir, que ha sido una noche dura y mañana será un dia aún más duro todavía.-se echa nuevamente en la cama entornando los ojos.
-¡He dicho que los despiertes a todos! ¡Tenemos que hablar!.-su sacó de sus sueños a más de uno, que enseguida comenzo a salir del saco de dormir y ponerse en pie.
-Entendido, ahora mismo lo hago.-de un salto se quitó el sueño.-¿Dónde está Santo?.-preguntó intrigado.
-De eso tenemos que hablar.-no dió más explicación, simplemente esperó junto con Anikomory a que todos estuviesen despiertos.
Cuando ya todos se hubieron sentado alrededor del fuego, formando una hoguera, Siru se puso de pie y miro a cada uno de los presentes a los ojos. Él sabía que todos estaban pensando en el paradero de Santo, y no iba a ser él quien los tuviera más tiempo con la duda.
-Como ya todos habreis notado, Santo no se encuentra entre nosotros. La respuesta a esa pregunta que todos estais formulando en vuestras cabezas es la siguiente...-se detubo un momento en su discurso.
-Santo nos ha traicionado y ha ido a luchar junto con el bando de los Cobras.-fue Anikomory quien lo interrumpió y terminó de hablar por él.
El grupo estalló en murmullos de asombro e incredulidad. Ninguno podía creer que Santo, su esperanza, les hubiese vendido. Pero a fin de cuentas debía ser verdad, lo estaba diciendo Siru y él era su lider, ¿no? Él no les mentiría.
-Eso no puede ser. Debeis estar equivocados. Seguro visteis algo que os confundió, Santo no puede estar con los Cobras, él no puede...-la voz de Ana Maria quedó ahogada en sollozos.
-No debería ser así, pero lo siento, Santo es un traidor... como Mireia.-la voz de Anikomory sonaba fria e insensible.
-Os hemos despertado para deciros esto, pues mañana entraremos en combate, y no quiero que os corteis a la hora de atarcarle, él no lo hará. No le escucheis diga lo que diga, solo querrá acabar con vostros.-Siru sonaba dicatador y ninguno de los presentes se atrevería a contradecirle.- Ahora ir a dormir, mañana atacaremos al alba. Buenas noches.-se despidió con la cabeza de todos y se introdujo en el bosque con Anikomory siguiendo sus pasos.
El resto del grupo se fue cavizbajo hacia sus respectivas camas improvisadas, para intentar dormir y descansar un poco. Todos menos una. Nany no habia dicho nada, y tampoco se había inmutado ante las palabras de la pareja. Ahora tampoco parecía estar presente, no hizo gesto ninguno hasta que Rears se acercó a ella y se la quedó mirando interrogante.
-¿Qué tienes en mente?-preguntó el chico sin apartar la vista de sus ojos.
-Están mintiendo. Las cosas no son lo que parece, hay algo más.-miraba fijamente al lugar por dodne había desaparecido la pareja.
-¿Quieres que les sigamos?-el joven se habia dado cuenta de hacia donde dirigia ella la vista.
-No, Santo no está por allí.-le sonrió mientras se ponía en pie.
Rears vio como Nany se fue hacia el lado contrario del bosque y apartó un par de ramas para pasar por allí. Tras dudarlo unos segundos decidió ir tras ella. El campamento volvía a estar en silencio.
-Vaya, si que has dudado si seguirme o no.-si voz sonaba burlona.
-Estás loca, es normal que no me tirara de cabeza a seguirte.-caminó con cuidado detrás de ella.-¿Cuál es el plan?
-Entrar ahi.-dijo, mirando una gruta en lo alto de una parte de la montaña.-Allí está Santo.
-La droga bien, ¿no?.-le dió una colleja a su amiga.-¿Cómo piensas subir hasta allí? Además, ¿qué te hace pensar que Santo está ahí?.-se cruzó de brazos y la miró con desaprobación.
- La estoy dejando, gracias por preguntar.-le respondió sarcástica.-Subiremos escalando, ¿acaso te dan miedo las alturas?.-la dedicó una media sonrisa.
-Claro que no. Solo me hace pensar que tal vez subamos para nada. Cómo sabes que se encuentra allí arriba?
-Bueno... llámalo intuición.-se encogió de hombros y torció el gesto.-Y deja de quejarte, cria chica, y vamos, que es gerundio.-le dá un empujón y comienza a subir por la pared.
-Mujeres...-dice y suelta y resoplido.
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El joven tomó todas las fuerzas que le quedaban y se puso de pie. Recogió algunas prendas del armario y las metió en una mochila, acto seguido se la echó al hombro y salió de la habitación. Llevaba horas sin salir de allí, no sabía si afuera era de dia o de noche. Aunque tampoco le importaba gran cosa. Tomó algo de comida que había en la cocina y se dirigió a la parte trasera de la casa. Allí se encontraba la tumba de su hermano. No había lápida realmente, en verdad era un trozo de piedra que Rears había escrito con su fuego. Él no necesitaba más, no la hacía falta. Se arrodilló y se despidió de su otra mitad. Acto seguido se incorporó para seguir su viaje hacia el campo de batalla. No estaba seguro de cual había sido la causa de su muerte, pero tampoco pensaba pasarse el tiempo llorando como un idiota en su habitación. Si Mireia había sido la culpable de quitarle al último miembro vivo de su familia... iba a pagarlo con un precio similar. Ella también se iba a quedar sin una ser importante. Iba a haber venganza.
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Secreto de clanes.
FantasyEs una historia que crea un mundo donde más de uno quisiéramos vivir. Deja volar la imaginación y conviértete en uno de los personajes. Con ellos podrás sentir el poder del amor, la amistad y la traición.