Una vez dicho esto, se alejo de él para dejar espacio a un hombre alto que llevaba la misma vestimenta que los guardias de la entrada, y el mismo tatuaje. Le posó la mano en su hombro, y le indico con un gesto de mano que le acompañase para presentarle al resto del grupo. Ambos se aproximaron a la multitud de hombres y mujeres que vestían la misma ropa, parecían todos clones. Eso llamo la atención de Santo.
– Te presento a los que a partir de ahora van a ser tus compañeros tanto de lucha como de vida.- Santo vislumbro entre todos los rostros, a uno que le resulto muy familia.- Creo que vosotros ya os conocéis ¿no?.
– Si, somos amigos desde muy tierna infancia. ¿Por que nunca me dijiste que pertenecías a este clan, Mireia?- dijo esto acercándose a ella y estrechándola entre sus brazos, y su pecho que aun estaba desnudo.
– Lo siento Santo pero no podía decirte nada, esas eran las normas, y tu ahora tampoco puedes contarle a nadie que perteneces a nuestra secta. Debes mantener el secreto.- y se llevo un dedo a los labios.
– Mireia tiene razón, Santo, todo lo que veas y vivas a partir de este momento tienes que mantenerlo en secreto. Por cierto, no me he presentado, soy Siru. Tenia pensado ser yo tu guía durante un tiempo, asta que te adaptases a todo esto que es nuevo para ti, pero por lo que veo seguro que prefieres que Mireia sea tu guía- se alejo un poco de ellos para hablar con el resto del grupo.
– Creo que Siru tiene razón, ¿o me equivoco Santo?-dijo mientras le dedicaba un grata sonrisa.
– No, no te equivocas para nada. Te he echado mucho de menos, y estoy deseando que me empieces a explicar todo esto un poco, por que no más que lo que hoy he vivido.
– Claro, esa es mi intención, pero antes tenemos que hacer algo con tu ropa.- dijo mirando su pecho desnudo y aun un poco húmedo.- le cogió de la mano, le dedico una mirada a Siru y lo saco de la sala por una puerta que daba a un largo y ancho pasillo con habitaciones a los lados. Todas con los nombre escritos en ellas.
Se pararon en una donde se podía leer el nombre de Santo con letras grandes y color oro. Abrió la puerta y ambos entraron, Santo después de Mireia, ella le señalo una cama donde se encontraba el mismo uniforme que ella llevaba puesto en ese instante.
– Pruebatelo, espero que te este bien. Yo esperare fuera a que hayas terminado.
Cuando Mireia se disponía a salir por la puerta, Santo le cogió del brazo, y con una sonrisa de oreja a oreja le dijo que no hacia falta que se saliese, que era mejor que se quedase y le indicase como se debía poner la vestimenta.
Ella acepto quedarte, para ayudarle, claro... La ropa le quedaba bien. Una vez terminado de vestirse salieron de la habitación, y le precipitaron al pasillo para dirigirse hacia la gran sala de donde habían salido.
Allí les estarían esperando para comenzar la explicación de como debería de ser su vida a partir de ese mismo instante.
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Secreto de clanes.
FantasyEs una historia que crea un mundo donde más de uno quisiéramos vivir. Deja volar la imaginación y conviértete en uno de los personajes. Con ellos podrás sentir el poder del amor, la amistad y la traición.