Capítulo 4

7.5K 419 57
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Pensar en tener un día de paz en la escuela cuando hay exámenes que valen mucho si quieres que un maestro sea bueno contigo, es como decir "oh, creo que se me antoja ir al espacio y tocar la luna por un momento, regreso en un rato ". Sí, prácticamente así de imposible. A menos que seas astronauta, y lleven planeando la misión hace tiempo.

Yo por mi parte, tengo un examen de de filosofía de todos los temas que vimos hasta ahora, y por más que sé todo de izquierda a derecha y que no es mucho considerando el tiempo que llevamos de clases, estoy super nerviosa por que me tocaba rendir con el señor Fitzpatrick, y él es el terror de los chicos de último año. Justamente por eso, las autoridades de la escuela habían decidido desde que comenzó su carrera, en que ocupe el puesto de trabajo con los alumnos de último año, por su gran desempeño en la materia, y por sobre todo lo altamente estricto que es con los alumnos. En su clase nadie puede hablar, ver la hora, ni respirar si a él se le antoja. Y aunque me parece bien que tenga esas normas y se haga respetar como autoridad de clase, también parece un poco demasiado el que cada vez que alguien quiera una hoja o un lápiz, haya que levantar la mano, pedirle permiso a él, y si lo autoriza, pedir a alguien lo que se necesita.

El año pasado tuvimos la opción de inscribirnos en esta materia también con él, y la llevé bien considerando lo nerviosos que pone a todos. Nunca había tenido una mala nota con él, puesto a que me gusta la materia y que le tengo mucho miedo, pero éste examen me pone los pelos de punta. Cómo bien dije antes, era la época en la que algunos profesores querían poner a prueba el progreso de los alumnos, y designaban proyectos o exámenes que definen si ellos podrán ayudarte si alguna dificultad se presenta. si hacen esto ahora, no tengo ganas de esperar a que sea momento de los que valgan una gran suma de calificación para obtener un promedio.

Estaba buscando un lugar callado para seguir leyendo mis apunte, la biblioteca sería un gran lugar para el silencio pero como es sabido que todos están apurados en repasar y se encuentran allí, voy directo al comedor. De paso comería algo, por que estoy muriendo de hambre, y no quiero desmayarme y faltar al examen para que luego el profesor me ponga una mala nota.

Mandy, Tiana y Sana se encuentran en una mesa en las mismas condiciones que yo. Cada una con un vaso de café — excepto Sana, quién odia el café con toda su vida. Ella tiene un vaso extra grande de refresco de naranja —, y un libro al lado. Se las ve muy concentradas.

— Hola niñas — me siento en la mesa llamando su atención.

— Hola — saludan al unísono sin despegar su mirada de los libros de texto.

Sé que había dicho que venía aquí para poder seguir repasando, pero soy consciente  que si mis ojos se posan una vez más en un libro o cuaderno, voy a sufrir un colapso mental, y probablemente se me saldrían los ojos por las orejas. Sí... no di un ejemplo muy bueno.

— Estoy cansada de más, no voy a seguir leyendo — protesto —. Así que iré por algo de comer, y me sentare a esperar a que suene la campana.

THE F*CKBOY  [BOY 1] (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora