Capítulo 11

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Bueno, para resumir, el partido había sido genial. Los Guerreros Dorados — que  era nuestro equipo  — ganaron el partido, pero solo fue por tres puntos milagrosos en el último momento marcado en el temporizador. Grité, grité mucho, y no sólo por el equipo de la escuela, si no también por el otro equipo cuando anotaba algún punto protagonizado por Colton ganándome una que otra mirada de odio por alguno de mis compañeros. Bueno, yo había prometido gritar si el hacia algo bien, y aunque sabía que para él era imposible saber si alentaba o no alguno  de sus puntos en medio de toda la gente y el ruido, yo cumplí.

Había comido dos hamburguesas de esas geniales que  solo puedes comer en un partido, y hubieran sido tres por los nervios si Sana no me hubiera dicho que mejor dejaba lo del vómito para cuando esté borracha y con el estómago revuelto. Sí, tan específica y señorita ella, pero era verdad. Creo que toda la escuela  — o por lo menos los de último año —, esperaban ganar el partido más por las ganas del festejo que  ganar implicaba. Pues sí, había que seguir otra de tantas tradiciones, y hacer la tan esperada fiesta after game que se hacía siempre. ¿Dónde iba a celebrarse dicha fiesta? Aunque no lo crea; la casa de mi queridísimo amigo John.

No, Carol no lo había dejado hacer la fiesta por ser buen hijo, por que estaba de buen humor, por el equipo; o simplemente por que John era buena persona y se lo merecía. No, di no más bien la mujer no estaba ni enterada que su casa iba a ser utilizada como centro recreativo y albergaria a casi todos una escuela  — y todos esos que son conocidos de la prima hermana de un conocido de la vecina  — de adolescentes llenos de inmensas ganas de celebrar un triunfo de último minuto, ingerir todo el alcohol posible, y tirar la casa por la ventana. Sólo esperaba que  eso de tirar la casa no sea tan literal, por que  si mamá si enteraba que yo estuve en la fiesta y no fui capaz de advertirle a Carol el descontrol que había en su casa sin que ella sepa, un castigo asegurado de un mes sería demasiado leve para lo que me esperaría. Bueno, y luego el regaño de Carol, quién es como una segunda mamá para mí, y muchas veces hasta ella ha decidido castigos para mi también si John y yo hacíamos alguna de las nuestras.

Carol, Jazmyn y Keith habían ido a Miami por el fin de semana para visitar a los padres de él, y por un buen acto de fe y confianza, le dejaron la casa a John  Kieran por lo que ellos tenían el partido para jugar, y no querían que faltaran. Debo decir que fue un gran error por parte de ellos, por que apenas se enteraron que tenían la casa libre de padres, inmediatamente pusieron su casa  como lugar de encuentro para  la fiesta. Era gracioso ver como ni se hablaban o miraban, pero cuando se trataba de fiesta tenían una capacidad enorme para dejar sus problemas aparte y ponerse de acuerdo para algo como esto. Hombres... no me cansaré de repetirlo.

Solo rogaba por que alguno de los vecinos llamara a la policía por ruidos molestos, o peor aún, que alguno de los tantos que tenía el número de Carol decidiera llamarla pars  notificarle sobre el festejo en su casa

THE F*CKBOY  [BOY 1] (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora