Capítulo 30

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Luego de todo el embrollo de la cápsula del tiempo, las fotos, y todo lo demás, el director nos autorizó a que vayamos a casa

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Luego de todo el embrollo de la cápsula del tiempo, las fotos, y todo lo demás, el director nos autorizó a que vayamos a casa. A los chicos les pareció buena idea que ya que ninguno tiene nada productivo por hacer, ir todos a comer pizza al centro, cosa que no objete, mi estómago ya comenzaba a pedir por algo de comida. Como cada uno vino en distintos vehículos, teníamos que ir por separado; pero quedamos en que teníamos un tiempo de media hora para llegar por si alguien tenía otra cosa que hacer y así no hacer esperar a nadie.

Voy caminando por el corredor para salir de la escuela. Ya no quedan muchas personas, solo uno que otro entusiasta que todavía sigue emocionado por el evento que acabamos de presenciar. Hacía rato ya que las chicas se habían ido; pero yo me demore unos minutos por que mi vejiga pedía a gritos ser atendida, así que ahora camino sola . Nunca había estado en la escuela de noche de esta forma. Digo de esta forma por que sí estuve cuando había partidos de fútbol, pero me refiero a que nunca cuando los corredores están tan solitarios, y la tenue luz de los focos logran hacer que los pasos de mis botas resuenen con eco, haciendo la cosa un poco escalofriante. Si John estuviera aquí en éstos momentos, se estaría burlando de mí sin piedad por tener miedo de algo tan tonto como mis propios pasos en la noche.

—Ally — dice una voz a mis espaldas.

Mi corazón comienza a acelerarse, y mi respiración se atraca en un segundo haciéndome parar  en seco. Me doy la vuelta un poco recelosa, a pesar de que sé que hay más personas en el lugar, pero el haber estado pensando en cosas tan tontas como lo es un pasillo tenebroso, ha logrado asustarme un poco. Detrás mío está Kieran, con el seño fruncido y una tonta sonrisa asomando por la comisura de sus labios al ver mi reacción. Idiota, le parece gracioso el salto no tan exagerado que di cuando lo escuché llamarme.

— Kieran, me asustaste —digo con una mano en el pecho. Un gesto un tanto exagerado de mi parte, pero en realidad puedo sentir el ritmo de mi corazón un poco más acelerado bajo mi palma.

— Lo lamente, no era mi intención el asustarte — por más que quiera creerle de que en realidad no fue a propósito, la expresión burlona que sigue en su rostro me hace querer abofetearlo por burlarse de mí.

— ¿Necesitas algo? Me estaba yendo.

— En realidad, sí— da unos pasos hacia mi  con rapidez y me toma del brazo para comenzar a arrastrarme por el pasillo otra vez —. Necesito que me acompañes a un lugar.

Lo miro extrañada, no sólo por el hecho de que me esté arrastrando por el lugar hacia quién sabe donde, si no también por que apareció de la nada y pretende que lo acompañe a algún lugar, que al parecer, sigue siendo en la escuela, por que en vez de caminar hacia la puerta de salida, nos adentramos aún más en el recinto escolar. Sin embargo no digo nada, no sé por qué, y lo dejo seguir, pero a medida que comienzo a desconocer el camino, sin saber exactamente a donde quiere ir, me preocupo un poco.

THE F*CKBOY  [BOY 1] (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora