El sonido de la televisión me recibe cuando entro a casa después de la escuela. Me parece raro, ya que salí temprano, y usualmente no suele haber gente en casa a ésta hora. Aunque el auto estacionado de papá debe de haberme dado algún tipo de indicio de que se encontraba en la casa, pero supongo que mis ganas de tomar un vaso de agua fresca me ganaron y no pude darme tiempo a preguntarme si era en realidad su auto.
Dejo mis llaves en el cuenco que hay en la mesa de entrada, y voy primero a la cocina. Saco y vaso de los estantes, y saco una jarra de agua que hay en la heladera para poder servirme y beber. Soy de esas chicas que están ligeramente deshidratadas, y por ende cada vez que me agarra sed, es como si no la hubira bebido en dos millones de agua. Lo peor me pasa a la noche, cuando despierto de madrugada y siento que mi garganta arde de lo seca, eso si que no me gusta para nada.
Dejo el vaso en el seca platos luego de enjuagarlo, y me dirijo al salón, donde veo a papá sentado en el sillón junto a un gran tazón de frituras y una soda al lado en el reposa brazos. ¿Qué hace a ésta hora aquí? Según yo, su trabajo aún no termina.
No se ha dado cuenta de mi presencia aún, por que está mirando el juego muy compenetrada, tanto que lo escucho balbucear cosas que no entiendo mientras tiene comida en la boca. Asqueroso. Camino sin hacer ruido alguno hasta estar detrás de él, y luego de controlar el estúpido ataque de risa que quería salir sin aún haber hecho la travesura, coloco firmemente mi mano sobre su hombro y le doy un fuerta apretón.
Su reacción si que hace que la risa que anteriormente traté de controlar salga sin más. Él da un fuerte salto en su lugar - no tanto como para voltear su comida en el sillón -, y luego gira lentamente hasta que sus ojos dan con mi mano, y sube por mi brazo hasta enfocar mi rostro conteniendo la escandalosa risa. Nunca pensé ver a mi padre asustarse así. Es de esos tipos que se burla de nosotros mientras miramos películas de terror y nos ve mirando por la rendija de los dedos que tapan nuetra cara, o de los que nisiquiera se inmuta cuando el protagonista mira debajo de la cama y de la nada aparece una mujer con vestido blanco, y rostro aterrorizante.
Ya sé con lo que me burlare en un futuro. Directo en su masculinidad.
Él me tira una fritura al rostro al verme burlando la de él, y yo me acomodo en el sillón a su lado luego de calmar mi risa un poco.
- Creo que deberás dormir con la puerta abierta y la luz encendida luego de esto - me burlo un poco más de él.
- No te burles de la persona que paga por tus alimentos, niña - dice con en seño fruncido y da un pequeño golpe juguetón en mi frente con sus dedos grasosos.
- Eres un asco, solo espera a que le diga a mamá - lo amenazo, y espero por su reacción sabiendo lo que provoca en él -. Estás comiendo frituras en el sillón sin una servilleta, hay una soda en el apoya brazos sin un apoya vasos... creo que no estará contenta.
Su cara se desfigura en el momento en el que me oye hablar, y traga con dificultad para luego mirarme fijamente.
- No, no hay que decirle nada a tu madre. Ella no está aquí, y no tiene por qué enterarse - dice apresuradamente moviendo sus manos con comida -. Y aparte creí que eramos compañeros en crimen, yo te cubro, tú me cubres. Ya sé para la próxima vez si debo darte dinero cuando tu madre dice que no.
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THE F*CKBOY [BOY 1] (En edición)
Teen FictionKieran Johnson es todo lo que Allissa probó y juró dejar atrás: egocéntrico, casanova y por sobre todo; un chico que sabe como conseguir lo que quiere. Pero todo cambia cuando unos años más tarde se encuentra con que ese mismo chico al cual juró con...