Capítulo 9

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— ¡Pues yo no pedí ir! — golpeo la puerta de mi habitación al cerrarla lo más fuerte posible.

Lanzo un gruñido de irritación y guardo en un bolso la remera de tirantes del pijama que había ido a buscar de la ropa lavada. Cierro la maleta y luego de tomar mi celular, bajo las escaleras y se la paso a papá para que la guarde en el auto, y me subo a éste conectando mis auriculares esperando que la musica pueda calmar mi mal humor y mi respiración.

Mi humor estaba muy cambiante últimamente, cosa que nunca, nunca, nunca fue así.

Sana me había invitado a pasar el fin de semana con ella en su casa, por que sus padres tenían planeado unas románticas mini vacaciones para festejar su aniversario. Ahora, resulta que cuando pedí permiso para poder acompañarla y que no se quede sola, me dijeron que "no" por que teníamos "la reunión de amigos" en casa de la tía Becca.

Una vez al año y por obligación, todos los amigos de papá y mamá se reunían en un determinado lugar, y compartían muy alegremente el como había ido sus vidas, y por supuesto, poder estar todos juntos. Mi enojo se adjudicaba a que cuando pregunté el por qué eso tenía que afectarme su reunión el ir a quedarme con Sana, ellos dijeron que no podía por que éste año todos habían decidido llevar a toda la familia a la reunión, y que ésta vez no sean solo seis pares de adultos bebiendo y riendo.

Obviamente me enojé. Y fue infantil, lo se. Pero no pude evitar enojarme aún más cuando antes de subir al auto, mamá me dijo que si llegaba a mostrar alguna cara larga durante todo el fin de semana, me quitaría no sólo el celular, si no también el auto, las salidas y todo lo que se le vaya ocurriendo en el camino de vuelta a casa.

¿Cómo no podría estar enojada si me arruinaron los planes?

Ahora tengo una hora de viaje en auto hasta Laguna Beach, para ir a la casa de la tía Becca, dónde sería la famosa "reunión de amigos".

Obviamente la tía Becca no era la tía Becca. Quiero decir, no la llamo tía por que sea familiar, si no por que es amiga de mamá, y ella me acostumbró a llamarla así. Y la verdad, si tenía bien merecido el título de tía.

La típica tía rubia y muy atractiva que tiene la casa de playa hermosa y te malcria siempre que puede. Ella y Benjamín, su novio, no tuvieron hijos, pero nos considera a sus sobrinos del alma como si fuesemos de sangre. Es muy amorosa.

— ¡Ahhhhh! — grita cuando nos ve bajar del auto frente a la casa.

Muy ruidosa y expresiva también. No esperes que susurre ni haga bullicio cuando alguien duerme. Nadie lo consigue cuando ella está cerca.

A la primera en abrazar fue a mamá, seguido por papá, los mellizos, y por último yo, quién peleaba por desenredar con los dedos de la mano mi cabello. Producto de ir casi todo el viaje con la ventanilla abajo y no recogerlo. Mi cabello al viento cual bandera, no eran muy amigos.

THE F*CKBOY  [BOY 1] (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora