Uno.

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                              Importante!! <3

Actualmente la historia se encuentra en modo edición, y modificándose debido a que la hice hace años atrás, y puede llegar a haber diálogos funables que en el tiempo que hice la historia no lo eran.

Por  lo que por ahora NO es recomendable su lectura, ya qué hay faltas de capítulos, mala ortografía y diálogos bien fuera de lugar que son bien funables^^








Matematica culia, me paseaba cómo quería. Traté de entender que era la mierda que escribió el profe en la pizarra, pero esto era chino mandarín pa' mi.

El profe levantó el plumón y eso significa sólo una hueá.

Iba a escojer a alguien para resolver el ejercicio.

Miré para atrás esperando que la Pauli o la Javi hubieran hecho la actividad. Las hueonas ni siquiera habian sacado el cuaderno.

–¡No lo miren! –gritó la Javi.

Automaticamente todas, incluyéndome nos hicimos las hueonas mirando para el suelo, el techo o cualquier huea que no fuera el profe.

Me estaba volviendo creyente de tanto rezar internamente, esperando que Diosito me ayudara de alguna manera para que el profe no me escogiera a mi.

Me quedé sólo mirando mi mesa, pero el plumón derrepente se puso encima de esta.

¡Por la cresta!, hoy el universo se había puesto en mi contra definitivamente.

Con toda la paja del mundo me levanté y me puse al frente de la pizarra.

Mire hacia las mateas del curso pidiendo ayuda.

«¿Cuanto es?» Murmuré con los labios.

Se miraron entre sí y decidieron hacerse las hueonas para no darme la respuesta.

La puerta de la sala sonó, y de ella se asomó la inspectora, siempre se me olvidaba el nombre de la señora pero me decía que era su regalona.

–¡Hola tia! –fui para la puerta y la abracé.

Me fijé que junto a ella había un hueón con la mochila puesta, no lo habia visto antes en el colegio, pero si había algo que destacaba de este tipo es que era demasiado hermoso.

–¿Quien es él? –copuchéente en un susurro para que el guapo ese no me escuchara y pensara que era alguna copuchenta de mierda, lo era pero no quería que esa fuera su primera impresión de mí.

–Anda a sentarte mejor —me indicó la inspectora

Con tal de hacerme la hueona y no hacer el ejercicio preferí hacerle caso a la tía y sentarme.

Desde mi puesto traté de cachar que era de lo que hablaba con el profe, pero por la distancia era imposible escuchar algo. El profe asintió e ingresó al cabro a la sala.

–Chicos —habló él profe intentando callarnos —, más respeto por favor. Él es Danilo, su compañero. Acaba de llegar, así que recibanlo bien.

¿Se podía ingresar tan tarde al colegio? ya había pasado tiempo desde que habíamos ingresado.

El timbre sonó, que melodía más perfecta era.

–Jesús –me llamó el profe.

Estuve más de un mes intentando que me dijera Jesús en vez de María, hasta que lo logré, había costado la verdad.

Cabro Culiao. [EDITANDO] *faltan capítulos*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora