Siete.

3.6K 191 19
                                    

En cuánto llego al colegio lo primero que hago es contarle a las chiquillas y al Mati sobre lo del beso con Danilo, y sobre todo que él Fabián es su primo.

Afortunadamente Danilo aún no llega al colegio, y espero que no llegue, el sólo verlo me ponía nerviosa.

Ni siquiera sé qué decirle o cómo chucha actuar, sobre todo ya que fui yo la que le dió el beso, me sentía cómo una aprovechadora y una lanzada por haberlo hecho.

La puerta se abrió y el susodicho hizo acto de presencia. Nuestras miradas chocaron y por reflejo desvíe la mirada.

Manifestaba en estos momentos que la tierra se abriera y me tragara.

El profe hace una seña llamándome para que vaya a su escritorio.

—Aprovechen este ratito que tenemos de consejo de curso para que vean cómo juntar plata para la gira. Cómo profe opino que hagan una completada.

Hice una seña para que la Pauli, el Mati y la Javi me acompañaran para hablar con el curso, después de todo somos parte de la directiva.

La Pauli era secretaria, el Mati tesorero y la Javi la vicepresidenta.

El Mati comenzó hablar para que nos pusiéramos de acuerdo cómo curso, pero estos compañeros culiaos que tenia no ayudaban en nada.

—Siempre alegan que no hay plata, pero ustedes no cooperan en nada po' chiquillos -comencé a hablar.

—¿Que proponen entonces? —preguntó Danilo mirando en mi dirección.

—Cobrar la plata que deben, ibamos súper bien, todos pagaban la cuota o las multas, pero ahora nada —respondió la Javi.

Habíamos hecho una hueá de multas por si te echaban de la sala, si llegabai tarde, anotación, etc.

—Pero de verdad chiquillos —habló la Pauli —, con cuea tenemos plata pa ir a comer un helado al mall.

—Paulina, cuidado con el vocabulario —retó el profe.

—Dejen de ser cagaos por la chucha, si la hueá son pa ustedes —habló enojado el Mati.

El profe lo mandó para afuera para darle la charla típica de no decir garabatos, sobre todo en presencia de un profesor.

—Bueno chiquillos —habló el profe dando cierre al tema de juntar plata —. Hoy me mandaron estos globos de deseos, es para que hagamos una actividad recreativa. Pueden escribir un deseo, un secreto, cualquier cosa que deseen.

—¿Que puedo poner? —le pregunto al Mati.

Me quita mi papel dónde iba a escribir.

—Déjamelo a mi.

En cuánto me dijo eso supe altiro que iba a poner la huea más asquerosamente obscena que se le podría ocurrir.

Me pasa el papel y veo lo que puso.

"Perder mi flor lo más antes posible con una pichula de 22 centímetros."

—Ay Matias por favor. Imagínate alguien ve esto hueón.

—Para que se cumpla po' amiga. Tú zorra debe de tener telarañas a esas alturas.

Iba a dejar lo que puso el Mati, ya que de todas maneras a mí no me ocurría nada.

Salimos de la sala para tirar los globos.

—Tiren los globos —indica el profe.

En cuánto tiro mi globo éste se va hacia al pasillo en vez de volar dónde sea que tenia que volar.

Y cómo si el mundo se pusiera en mi contra quién recogió el globo fue Danilo, pero la peor parte fue que antes de pasármelo leyó, LEYÓ, L-E-Y-Ó la estupidez que decía el papel de mi globito.

Matenme conchetumare. Lo mejor que le podría ocurrir a mi día en estos momentos era que la tierra me tragara, que un rayo me cayera y me matara al instante, o que el mundo se terminara.

Se cagó de la risa cuando lo leyó, mientras que yo estaba roja y empezaba a transpirar de la vergüenza.

—Yo no lo puse —le quite mi globo.

Vi que aún no tiraba el suyo, ya que aún lo tenía en su mano.

—¿No lo vay a tirar?

—Casi se me olvida —le quite el globo para ver lo que puso.

"Que el colegio se caiga".

Fome su deseo culiao.

—¿No se te ocurrió algo mejor? —le pasé su globo y yo tire el mío.

—Quería pedirte disculpas.

—¿Por qué? —pregunté.

—No sabía que Fabián y tú eran ex's. Y nose, quería disculparme ya que de alguna manera hice que hablaran, y por lo que supe no terminaron de buena manera.

—No, no, no, tranqui. No lo sabías, y tampoco fue para tanto, así que en verdad que tranqui.

—Pensé que estabas enojada por eso.

—No, jamás me enojaría por una tontera así.

—¿Entonces todo bien entre nosotros? —preguntó y sólo asentí —, y... sobre lo del beso...

—Ah si, ¿qué pasa con eso? —pregunto en un intento de que no siga hablando o me iba a morir de la vergüenza si hablaba sobre eso.

En una de esas me decía que no le gustó, o que la huea no debió de haber pasado, ya que era la ex de su primo y debía respetar códigos. O que sé yo.

—Eso te pregunto yo, ¿todo bien? ¿todo okey?

—Si. Supongo que si. No quiero decir que supongo que si. Por que si estuvo bien, besas bien, ¿te lo han dicho? si no, pues te lo digo yo.

Realmente no sabía ni que decir, no sabía cómo cresta tenía el talento de hablar tantas hueas.

—No, eh, jamás me habían dicho eso, pero supongo que ¿gracias? —dijo Danilo.

La situación se había puesto incómoda y lo mejor que podía hacer era escaparme.

—De nada, mejor me voy —dije yéndome e ignorando lo que sea que me quería decir.

Cabro Culiao. [EDITANDO] *faltan capítulos*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora