Catorce

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Una mano culia se posa en mi cintura y sube hasta mi teta, me la agarran con fuerza.

Me doy vuelta para agarrarlo a chuchá, pero es el Mati.

–Ahueonao ¿que hací aquí?

–Vo erí la ahueona, dormiste conmigo en vez de dormir con el Danilo –puta que era ahueona.

–¿Me estay?

–Si en una me dijiste buenas noches Danilo, erí entera hueona.

–¿Cuando nos vamos a ir?

–El viernes –me responde el Mati.

–No hueí, vamos a perder clases y me van a matar, ni siquiera quiero prender el celu por miedo po Matias.

          ...

Para el almuerzo bajamos con unos panes a la playa.

Care raja le pedí un bikini a la Josefa. De mala ganas me lo pasó, pero al menos lo hizo.

Hoy me quiero broncear, si me van a castigar al menos quiero estar con un buen bronceado.

La hueona tiene las meas tetas y el bikini me queda volando.

La hueona es 40 B cuándo yo soy 34 B.

Todos se van a bañar, menos yo y el Mati. El hueón me quiso hacer compañía.

–¿Sabi que hueá le pasaba a la Javi? –le pregunto al Mati –. El otro día andaba entera pesa.

–Ni idea, no hablo casi núnca con ellas, no me caen bien.

El Mati siempre les hablaba lo justo y preciso, el hueón decía que le tenia mala de presencia a las dos desde siempre.

Me doy vuelta para broncearme la espalda.

–Las niñitas de allí me están mirando. Mira disimuladamente a tú derecha –miro a un grupo de hueonas –. ¡Disimuladamente!

–Miré disimuladamente...

–Te voy a agarrar de la cintura, para que vean que tengo polola, me gusta hacer esa hueá, a la cuenta de tres. Uno. Dos.

–Cabreate hueón.

–Tres.

El hueón me da vuelta, me pone las manos arriba de la cabeza, y me da un beso.

–Están llegando unos minos –me informa –. Calma... –me empieza a separar –. Esos son de lo mios, ¡sale de aquí! –me empuja tan fuerte que me pego en la cabeza con el quitasol.

–¡Ahueonao!

–El más lindo me esta mirando... –¿cómo lo podía ver? Tiene una vista la raja, yo soy terrible piti.

–Voy a seguir bronceándome, si tanto te gustaron los hurones anda para allá —le informo.

Me quedo boca arriba.

–¿Debería ir para allá? –me pregunta el Mati.

–Sí.

–No, mejor no.

–Entonces no –le digo.

–Sí mejor sí –dice–. Nos vemos.

Estoy cagá de sueño, por lo que me voy a dormir un ratito.

–... Jaiba –escucho que dice el Mati–. ¡Levantate por favor!

Me empieza a tirar arena en la cara.

–¡Dejame dormir! —le gritó sacándome la arena.

–¡Mírate! ¡Te quemaste!

Me saco los lentes ya que la hueá es cómo de espejo y... ¡Conchetumare! Estoy toda quemada.

–¡Me tuviste que haber despertao antes!

–¡Me estaba pelando! ¡No fue mi culpa!

Enojá me fui a la cabaña sola.

Me dolía todo el cuerpo ya que me había quemado.

Me metí a la ducha y con mucho cuidado me vestí. Hasta el roce de la ropa me hacía arder la piel.

Ya era hora que prendiera mi celu y afrontar la realidad que tendría al volver a la casa.

No tenía ningúna llamada perdida ¿que hueá?, ¿acaso no me van a retar?

Cuando me meto a wsp veo un mensaje del tio Marcos.

Tio Marcos: ¿De nuevo sin ir a entrenar?
Tio Marcos: Más te vale llegar al partido de hoy Carmensita

Habia olvidado que tenía partido conchetumare.

Me meto en el grupo de basquet y veo que la hueá es a las 3:30pm

Son las 2:43pm

Mierda.

Ordeno mis hueás y salgo hecha bala para el terminal de buses.

–¡Jesú! –es el Mati. Comienza a correr–. ¿Te vay?

–Tengo partido.

–Pero jamás hay faltado, que te cuesta faltar hoy, sólo hoy.

–Es el campeonato Matias. Me voy a ir en bus, chao.

Llego al terminal culiao, el otro bus sale a las 3:25pm

Ya valí. Nica llego, con cuea alcanzaría a llegar al último tiempo.

Estoy sentada cuando veo el jeep del Fabián.

–Entra –me dice el Danilo.

Camino hacia el jeep.

–¿Sabí manejar? —le pregunto insegura de subirme a la huea.

–Obvio, subete. Yo te llevo –me subo con mi bolsito.

–Más te vale que lleguemos en media hora –me abrocho el cinturón.

En el camino me hago la cola.

El Danilo va entero rapído, quizás hasta choquemos, pero pico.

Me deja en mi casa para que vaya a buscar el uniforme de la huea.

Abro rapídamente y me quedo traúma cuando veo a mi hermana desnuda con el vecino.

Conchetumare, que asco hueón.

Subo nomás al segundo piso ignorando la situación. Me pongo las zapatillas de basquet, el short y la polera.

Mi hermana ya vestida cuándo bajo. Nos miramos ante la situación, pero ninguna dice nada.

Salgo y el Danilo esta ahí.

Me subo y en menos de un minuto llegamos al centro deportivo.

Entro cuando se están organizando.

–¡Carmensita! ¡¿Que te pasó ?! –grita el profe al verme.

Todos me miran por lo quemada qué estoy, pero los ignoro.

—Carmensita —dice el profe —. Nosé el motivo de tu ausencia a los entrenamientos, pero más te vale que juegues bien.

Entro a jugar aún cuándo me arde todo el cuerpo debido a lo quemada que estoy.

Aún así doy todo de mí.

El partido termina y ganamos.

Veo al Danilo caminar hacia mí, justo cuándo estoy toda sudada por haber jugado.

Me levanta y me da una vuelta.

–Que seca erí–me dice en el oído.

Nos quedamos mirándonos.

Internamente le agradezco el que me haya traído, aún sin licencia había manejado hasta aquí con tal de traerme.

Había sido un irresponsable culia al haberme ido a ese paseo culiao, hasta había olvidado que tenia partido.

—Gracias —le digo —, realmente gracias Danilo.

Se ríe.

Cabro Culiao. [EDITANDO] *faltan capítulos*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora