Dieciséis

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–Terminamos. –le digo.

El Mati me queda mirando cómo hueón.

–¿Cómo que terminamos? Yo soy el que te va a patear, no vo a mi, ¿que te creí? –dice hueando.

Me pongo los audífonos en vez de escuchar al viejo culiao del profe.

–Ayer hiciste que me fuera sola, me pudieron haber asaltado, un buen pololo me debería de ir a dejar a la casa.

–Estay hueona, viví muy lejos... –dejo de escucharlo ya que la música culia llega a mis oídos.

Aún así escucho a las chiquillas reírse, nosé que hueá le pasa a la Javi y a la Pauli conmigo. Hoy cuando llegué estaban cagadas de la risa, fui dónde las hueonas y se quedaron calladas mientras me hicieron saber con la mirada que no querían hablar conmigo.

El Mati algo me dice, el hueón se ríe, solo asiento para que piense que lo escucho.

Me saca el audífono.

–Perra culia, ¿no me escuchaste?

–Nop.

–¿Confesemos entre nosotros? Contemosnos nuestros mayores secretos po.

–Sé todo sobre tí, y tú de mi –me voy poner el audífono, pero el Mati pesca un tijera y me corta uno. — Matías hueón, recién ayer me los había comprado po.

–Ay si siempre se te rompen esas hueas, después te compro otro.

—Ándate a la chucha —le digo enojada.

—Ya te voy a decir algo que jamás le he dicho a alguien –dice –. Mi primera vez fue con una mina.

–¿Broma? –le pregunto.

–Sí, era bonita la hueona eso si. Si yo antes era hetero –dice — Fue ahí cuándo me di cuenta que las minas no me causaron tanto furor.

Le pego en el brazo.

–¿Por qué no me lo contaste?

–Ay si no es tan importante. Ya dime algo tú ahora.

–Pregunta, porque no sé que decirte.

–¿Jamás pensaste en culear con el Fabián? –me pregunta —, para que estamos con hueas si es terrible rico tú ex, hueona. Sigo sin saber que amarre le hiciste para que estuviera contigo.

Mira hacia los lados para ver si alguien escucha nuestra conversación, pero no.

–Estuvimos a punto –le digo lo más bajito posible.

–Mentiraaa —me dice en shock —¿Por qué recién me entero ahora?

–Me ibas a huear mucho con eso. Y no pasó nada ya que no se le paró.

–Yo juraba que era un master en la cama ese hueón —dice cagado de la risa.

Suena el timbre para salir a recreo.

Saco luca para ir a comprar, toy cagá de hambre.

Voy saliendo y veo a mi profe jefe.

–Jesús, venga –¿qué hueá hice ahora? –. Está en peligro de repitencia.

–Si me voy a poner las pilas, profe.

–Tendría que sacarse puros sietes para tratar de salvarse. Tiene tres promedios rojos.

–¡¿Qué?!, ¿y cómo?

–Tiene rojo en matematica, física, y Biología –dice –. Son promedios a partir del 3,7, o los sube, o le harán prueba especial. Espero que haya estudiado para la prueba de hoy.

Cabro Culiao. [EDITANDO] *faltan capítulos*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora