Capítulo 24

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En otro lugar del mar...

Un barco enorme estaba buscando un lugar exacto para entrar a una cueva que salia a la superficie, ya que se encontraba bajo el agua. El barco se quedó quieto. Esperaban que algo sucediera.

Pasaron unos minutos y todo el mar alrededor de ellos comenzó a agitarse, y de en medio, surgía una cueva con una gran apertura. Y, sin esperar, entró en ella para no dejar fuera el barco.

La cueva nuevamente bajó bajo el agua. Mientras lo hacia, la entrada parecía estar cubierta con una burbuja enorme donde, dentro, se podía respirar aire.

Los esqueletos comenzaron a bajar y, entre ellos, iba Golden Bones con un diamante entre una de sus manos huesudas. Se dirigieron al final de la cueva, para encontrar a la persona que vivía allí.

Habían varias algas, que parecían que estaban bajo el agua, por su movimiento hacia arriba. También habían peces extraños nadando, o mejor dicho, volando sobre sus cráneos. Y, al final de todo, habían esqueletos, algunos podridos y algunos con algo atravesado en sus cuerpo. Los huesos de ese pelotón, se quedaron perplejos al ver a esos esqueletos. Murmuraban entre ellos, sus columnas rectas, se encorvaron por el miedo, y.... ¿si les sucedía lo mismo a ellos? Pensaban.

-Aquella... No es... ¿Mi abuela?- dijo uno de los esqueletos.

-No lo sé... Pero mira aquel...- dijo siendo interrumpido otro esqueleto por el esqueleto más grande de todos y dorado.

-¡Cállense!- les ordenó enojado por tanto murmuró entre todos.

Todos se pararon al ver que había escalera que llevaba hacia un trono hecho de roca y unos huesos, que en él, estaba sentada una sirena de colores oscuros mirándolos determinadamente a cada uno de ellosby, al lado suyo, estaba una chica de cabellos castaños claros parada como una zombie y la cabeza algo baja.

-Al fin llegaron...- dijo la que estaba sentada.

-La cueva no se elevaba- dijo Golden Bones acercándose a la escalera y haciendo una reverencia.

-Entonces.... ¿El señor Skullivard decidió lo que me quería entregar?- preguntó interesada, mientras cruzaba una de sus piernas sobre la otra.

-Si...- dijo el esqueleto dorado y le enseñó el enorme diamante que llevaba con él -El diamante del mar de Berú-

Los ojos de la sirena se iluminaron como los de un niño cuando le entregan su dulce favorito, y con una gran sonrisa. Ella aplaudió dos veces y la chica que tenía al lado, comenzó a bajar las escaleras en busca del diamante. Lo tomó cuando se lo entregaron y volvió a donde estaba, luego de haberle entregado el diamante a la sirena.

-Aklanen, el amo Skullivard necesita​ que pronto consigas la espada y el collar- dijo Golden Bones recto, mirando a la sirena que experimentaba el diamante.

Ella abrió los ojos grandes y lo miró extrañado -¿Collar?- dijo como gritando -¡¿Qué collar?! Cuando el señor Skullivard me contrató, nunca me habló sobre un tal collar- y dejo el diamante del mar de Berú a un lado en el suelo.

-¿Cómo qué que collar?- dijo enojado -El collar que tiene la muchacha- dijo señalando a la chica con la postura de zombie.

Aklanen se quedo mirándola, se paró y se dirigió a ella para tomar el collar, pero cuando dirigió una de sus manos, un rayo del Cristal de la Tormenta salió y le dio corriente. Y se llevo esa mano al pecho.

-No seas boba... sólo una persona de gran corazón puede tocarlo o quitárselo, para eso necesitamos a Zak Storm- dijo el almirante Bones.

-Zak Storm....- dijo pensativa ella -El muchacho lindo- y sonrió -Es un inútil...-

Con esa palabra, el corazón de cierta chica se volvió loco, queriendo hacer retractar a esa persona....

Una nueva tripulante (Zak Storm)(1P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora