Capitulo 1

46.9K 2.4K 1.1K
                                    

Una nueva vida

Un corazón.

Es todo lo que necesito para seguir viviendo, hace meses que espero pero ya perdí las esperanzas de que aparezca uno.

Perdóname mamá, lo siento papá pero ya no quedan fuerzas para seguir luchando.

Solo deseo descansar como no lo hago desde hace meses por estar internada en la cama de este hospital, quiero que desaparezca el ardor en mis muñecas por las veces que han sido pinchadas, anhelo que mi piel ya no luzca más pálida de lo normal y mucho menos que mi cuerpo este resumido en un montón de huesos.

—Cristal, mi niña —la voz de mi madre llega hasta mis oídos—Despierta.

—Amor, abre los ojos, por favor —susurra papá—Mamá y yo tenemos buenas noticias.

— ¿Dejarán que muera? —una pequeña sonrisa se desliza por mis labios y no me atrevo abrir los ojos. No quiero tener en mi memoria las caras de decepción de mi padres.

La realidad es que morir me parece menos doloroso.

—Cristal eso no es gracioso —me reprende mamá haciéndome sonreír de nuevo pero esta vez mis ojos se abren.

—Tranquilos... —me  paso la lengua por mis labios resecos y trago un poco de saliva para poder continuar—Todos sabemos que así será muy pronto.

—Cristal jamás vuelvas a decir eso —mi madre hace una pausa y noto lágrimas en sus mejillas— ¡Oh cariño! Estoy tan feliz —se abalanza sobre mí y me estrecha entre sus brazos.

—Venimos a decirte que la espera terminó —mi padre también se acerca a nosotras para abrazarnos—Hay un corazón para ti, vas a vivir mi amor.

Es un sueño es lo primero que se cruza por mi mente, pero al ver el destello de felicidad en los ojos de mis padres lo creí, hay un corazón para mí, una nueva oportunidad, una esperanza aunque a mí ya se me había terminado la fe.

Hace meses cuando mi médico dijo que lo único que quedaba por hacer era un trasplante mi vida dio un giro inesperado. Sabía que esto no sería fácil, es decir hay miles de personas que esperan por un corazón y cada día que pasaba me convencía que no iba a parecer uno para mí.

Me enoje mucho con la vida porque a mi corta edad lo único que quería era vivir cada una de las etapas de mi adolescencia.

Pero no podía, en su lugar debía tomar muchas medicinas al día, iba a la escuela cargando con un oxígeno portátil porque había ocasiones donde el aire me faltaba y meses después ni siquiera eso podía hacer. Perdí mucho; la libertad de hacer las cosas cotidianas de una chica de mi edad, entre eso estaba que no podía ir a clases por el esfuerzo físico que eso implicaba, pase a recibir educación en casa con profesores particulares, ni que decir de las fiestas que mis antiguos amigos organizaban y digo antiguos porque desde hace tiempo no sé nada de ellos, perdí a mi novio, el muy idiota se consiguió a otra y no lo culpo ya que cada día que pasaba mi aspecto físico se iba a la mierda pero lo que más perdí fueron las ganas de vivir.

Un sollozo se escapa de mis labios y me pongo a llorar juntos a mis padres que no dejan de abrazarme en ningún momento.

—Prometo cumplir mi promesa —digo mirando al techo blanco del hospital.

— ¿Qué promesa hija?—pregunta mamá mientras mi padre me mira confundido.

—Es un secreto —ambos asienten y sonríen.

○○○

Han pasado seis meses desde mi trasplante y hoy tengo mi revisión mensual.

CORAZÓN DE CRISTAL{✔}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora