CORAZÓN DE CRISTAL{✔}

Capítulo 31

Dan

Ha pasado un mes desde que se la verdad, un mes de que todo se fue a la mierda y mi vida volvió a ser un desastre.

Un mes en que no sabido nada de Cristal excepto por nuestro encuentro en la entrada de mi casa.

Esa fue la última vez que la vi.

Cristal se convirtió en mi sol, fue la única chica que me interesó después de que Lisa murió, ella supo cómo ganarse un espacio en mi vida y poco a poco se fue convirtiendo en mi todo.

Solo Dios sabe cuanto la amo y cuanto sufro por no tenerla a mi lado, pero lo que ella me hizo no se lo puedo perdonar.

Como pudo ocultarme algo tan importante, como pudo verme a la cara todo este tiempo y no decirme que tenía el corazón de mi novia muerta. Ella sabía lo importante que fue Lisa en mi vida y por todo lo que pase pero no le importó.

Yo no le importe.

Recuerdo todos los momentos que pasamos juntos, cada beso, cada roce y caricia de su piel, suspiro al recordar las travesuras en su habitación y un grito ahogado sale de mis labios cuando las imágenes de la noche que la hice mía vuelven a mi mente, su respiración entrecortada, sus pequeños gemidos y sus te amo en mi oído.

Debo parar, no puedo seguir torturándome de esta manera.

Cristal nunca más será alguien importante en mi vida.

La puerta de mi habitación es golpeada, me remuevo en la cama quedando de espaldas en ella.

—Por enésima vez, no quiero ver a nadie —gruño en frustración.

Mi vista viaja al techo de mi habitación y la persona que está molestando en mi puerta parece haber entendido que no quiero que nadie me moleste.

O eso creo.

Mi puerta se abre, me incorporo de mi posición quedando con los codos apoyados en el colchón. La persona ingresa y mis puños se aprietan.

Sofía.

—Hola —saluda de forma temerosa.

—Vete —mi voz suena más dura de lo que espero.

—Dan... Yo sé que no quieres verme, también se que crees que te he fallado pero no es así —ella avanza y yo me pongo de pie—Soy tu amiga y nunca haría algo para dañarte.

— ¿No? Y ocultarme algo tan importante no es fallarme —espeto en su dirección—Cristal y tú me lastimaron tanto, que siento que hasta respirar duele.

Sofía luce herida ante mis palabras—Era una verdad que no me pertenecía.

—Eras mi amiga Sofía, mi hermana —digo en susurros—Soy yo el que era tu amigo desde los cinco años, nosotros crecimos juntos desde pequeños y eso no te importo. Fuiste y le guardaste el secreto a una recién aparecida.

«Recién aparecida de la que tú te enamoraste» susurra mi mente.

—Le dije muchas veces a Cristal que debía contarte y ella lo iba hacer, sólo estaba buscando el momento oportuno.

—Y cuando iba a ser eso, cuando estuviéramos casados con dos hijos, cinco nietos y dos perros —digo en forma sarcástica rodando los ojos.

Sofía sonríe de lado y me doy cuenta de lo patético que me vi haciendo esa comparación, pero en algún momento de mi vida me imagine llevar esa vida a lado de Cristal, sólo me faltó mencionar al pez.

—Perdóname... —dice Sofía clavando sus ojos en los míos—Pero no me arrepiento de haberte ocultado la verdad, jamás me voy arrepentir de dejarte ser feliz con la mujer que amas, nunca fuiste tan feliz como con Cristal.