Capítulo 4

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Huir de lo que siento.

Dan

Fallarle a Lisa no está en mis planes, no quiero ser un idiota y faltar a la promesa que le hice.

Pero esa recién aparecida lo hace tan difícil.

Si Cristal West no hubiese aparecido en mi vida yo ahora mismo estaría muerto y nada de esto estaría pasando.

Pero cuando la escuché decir a mi espalda que por favor no me lanzará fue como la respuesta a la señal que pedí al cielo para no hacerlo.

Su voz, su delicada voz llegó a mis oídos como una dulce melodía, la delicadeza con la que dijo esas palabras hicieron que mi corazón tenga vida. Pero lo que me descompuso por completo fue que arriesgara su vida por mí, cuando se colocó al borde del edificio fue algo tan estúpido por un completo desconocido.

También a toda mi desdicha tengo que sumarle que no he podido olvidar sus ojos color avellana, ese tono intermedio entre el marrón y el verde que me sacaron de balance.

El día que entré al salón de clases y vi que alguien más ocupaba la silla que meses atrás pertenecía a Lisa hizo que la sangre me hirviera de coraje, esa silla perteneció a mi novia y yo no quería que alguien más la tomará.

Era algo muy estúpido de mi parte pero no podía evitarlo.

Así que preso del coraje camine entre los alumnos de caras conocidas ya que alguna vez fueron de un curso menor y muchos fueron apoyarme en los partidos.

Cuando llegué hasta donde esa chica distraída con su celular y su cabello, su bonito cabello lacio con ondas al final, lo tenia colocado a un lado sin permitirme ver su rostro.

Nunca imaginé que quien ocupaba la silla era la chica que impidió que me suicidara, aquella que le asustan las alturas pero que decidió saltar al borde de un edificio sólo por mí. Era ella, la chica que tocó mi mano y ese simple roce causó una electricidad en todo mi cuerpo y si la retire, lo hice porque no puedo hacerle eso a Lisa no puedo fallarle una vez más.

Pero desde que conocí a Cristal West no logro sacarla de mi mente. Su voz, su mirada en mi perfil y el roce de su manos me hicieron sentir vivo después de tanto tiempo.

Y a pesar de eso no sé qué hago aquí, llegar a este lugar no está bien.

Y mucho menos por la razón que lo hago, porque estoy en la Secundaria Rosembel por ella porque la escuché conversar con Sofía, la que una vez fue mi amiga que vendrían a esta estúpida fiesta. Por ellas me puse este estúpido traje y compre el maldito boleto que es para recoger fondos para el viaje de fin de curso.

¿Irónico verdad?

En esta secundaria todos somos hijos de personas adineradas pero aún hay quienes creen que se recogen fondos para el viaje de fin de curso. Ese dinero se utiliza para comprar el alcohol que clandestinamente es metido en esta fiesta.

Juro que cuando llegué trate de ignorarlas, por lo menos con Sofía pude lograrlo porque a pesar de que la observe muy poco fui consciente de lo guapa que se ve con su cabello crespo y su vestido negro entallado. Mi mejor amigo Justin siempre estuvo locamente enamorado de ella, cualquier hombre se fijaría en ella, todos menos yo, es como mi hermana, una hermana que abandoné porque no supe cómo manejar mi dolor sin pesar que ella la estaba pasando igual e inclusive peor con mi actitud.

Pero con Cristal no pude, por lo menos tenía que mirarla un poco más, necesitaba torturarme un poco con su imagen aunque después me diera contra la pared por no poder sacarla de mis pensamientos.

CORAZÓN DE CRISTAL{✔}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora