Capítulo 38

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Dan

Se hace un largo silencio en la habitación que incluso me atrevo asegurar que se escucha claramente nuestras respiraciones, al principio no proceso de inmediato lo que Cristal ha dicho pero cuando lo hago me permito respirar profundo.

—Debo de admitir que esto me ha tomado por sorpresa —me sincero, siento correcto hacerlo.

Que me haya dicho que tiene una hija me ha dejado sin aliento pero definitivamente no es algo que me aparte de ella.

Cristal baja la cabeza, así que pongo mi mano en su barbilla para que me mire.

—Para estar conmigo no tienes que renunciar a ella, voy amarlas a las dos y no permitiré que nadie te aparte de tu hija —le digo muy seguro.

No tengo idea de la razón por la cual Cristal ha dicho que perderá a su hija si retoma su relación conmigo de hecho no me parece buena idea preguntarle en este momento porque ella ha empezado a llorar y lo único que puedo hacer es aferrarla a mi pecho, pero de lo que si estoy seguro es que no permitiré que nadie le quite sus derechos como madre, como abogado no descansare hasta que Cristal tenga su hija a su lado.

Me tumbo en el sillón hacia atrás con Cristal sobre mi pecho envuelta en sollozos, permito que llore aferrada a mí, mientras que yo acaricio su cabello y beso su frente.

Pasado los minutos se calma y su respiración vuelve a la normalidad, se remueve inquieta entre mis brazos pero yo no estoy listo para dejarla ir, ella parece notarlo ya que se acomoda en la curvatura de mi cuello para empezar hablar.

—Hace ocho meses que ella llegó a mi vida —dice y yo pongo toda mi atención, quiero saber todo para poder ayudarla—Había sido un día tan cansado, sólo faltaba minutos para que mi guardia en el hospital terminara pero de un momento a otro el área de Emergencias se volvió un caos.

Una casa se había incendiado con todos los integrantes de una familia dentro de ella. Todos llegaron muertos al hospital, excepto de una recién nacida y su madre que a pesar de tener quemaduras de tercer grado se aferraba a la vida.

La niña no fue alcanzada por el fuego pero inhalo el humo haciendo que sus pulmones colapsen dejándola al borde de la muerte.

Fue una noche muy difícil, como médico me toca lidiar con la muerte casi a diario pero jamás una que me afectara tanto.

Hicimos todo lo humanamente posible para salvar a la señora pero sus quemaduras eran muy graves, lo único que quedaba era darle una muerte digna así que le pusimos un sedante para que se durmiera y que no sufriera en los últimos minutos de su vida pero el medicamento nunca le hizo efecto, mis colegas creyeron que fue por el dolor que estaba sintiendo su cuerpo, hoy estoy segura que fue por algo más.

Sentí tanta compasión por aquella mujer que a pesar de que mi turno había terminado hace bastante tiempo decidí quedarme con ella. Hubo un momento en el que pudo hablar aunque le pedí que no lo hiciera.

— ¿M-Mi fa... familia? —preguntó con mucho esfuerzo y a mí se me hizo un nudo en la garganta.

Como le explicaba a esa mujer que casi toda su familia estaba muerta, como le decía que su madre y sus suegros estaban totalmente calcinados, que su esposo había saltado desde el segundo piso de la casa desesperado por el fuego que quemaba su cuerpo, su hijo mayor se había ahogado por el humo mientras dormía en la habitación y que su pequeña hija que no tenía ni un mes de nacida estaba luchando por su vida en el área de neonatología.

La mujer entendió mi silencio y las lagrimas que salieron de mis ojos.

—M-Mis hi... hijos —susurró totalmente destrozada.

CORAZÓN DE CRISTAL{✔}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora