Capítulo 33

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Dan

Nueva realidad.

Odio la impuntualidad y más cuando viene de mi parte.

Y no es que la distracción haya sido mala, al contrario es mi manera favorita de perder el tiempo, pero igual no me justifico.

Por eso con un tanto de prisa tomo la corbata para sujetarla a mi cuello.

— ¿En serio tienes que irte ?—pregunta la pelirroja desnuda desde la cama.

—Sí, así que vístete de prisa que nos vamos —contesto con voz cansada. La distracción que seguramente tiene nombre y apellidos pero que ahora mismo no recuerdo me observo emocionada—Obvio que yo a mi compromiso y tu... —me encojo de hombros —asumo que a tu casa.

En realidad no me importa en lo absoluto que va hacer esta chica una vez que salgamos de la habitación.

Ella se pone de pie y empieza a vestirse.

El buen sexo me ayuda a liberar la tensión y la abogada que conocí horas atrás en los juzgados me ha servido para relajarme.

Después de todo lo necesitaba.

He tenido un día bastante agitado en el trabajo y sumado a eso la discusión que tuve con mi padre porque en un principio me negué asistir a la recepción donde George West sera nombrado el empresario del año.

No tengo ganas de lidiar con un montón de empresarios ricos que lo único que hacen es hablar de sus millones tratando de competir entre ellos para dejar en claro quién tiene más dinero y por otra parte no me apetece tener que besar la mejilla o la mano de sus esposas que son unas viejas estiradas con botox hasta en el culo.

Sobretodo no tengo ganas de ver a Cristal West, quiero evitarme el desagradable momento de tenerla cerca de mí, me desagrada la sola idea de tener que respirar el mismo aire que ella.

Esa es la realidad.

Pero mi padre me hizo entrar en razón y entendí que no podía hacerle ese desplante a George que a pesar de todo sigue siendo mi amigo y su empresa el mejor cliente de nuestro bufete.

Y siendo sinceros ver a Cristal no es algo que me quite el sueño. Mi historia con ella está superada y enterrada.

Antes de marcharme me despido de la pelirroja con un apasionado beso que me hace poner duro nuevamente.

— ¿Nos volveremos a ver? —cuestiona suspirando una vez que me separo de ella.

—Eso seguro, guapa —murmuro. Es un no, por lo general no me gusta repetir.

Subo a mi auto y me dirijo a la que probablemente es una de las noches más larga de mi vida.

Llego al Hilton más rápido de lo creo, casi no hubo tráfico y eso es algo muy extraño en esta ciudad. Bajo del auto y le entrego las llaves al valet parking para luego encaminarme hacia la entrada del salón donde se llevara a cabo la recepción.

El lugar está plagado de periodistas, tenía en cuenta que estuvieran debido a la magnitud del evento.

Lo que se dice acerca de mi veto hacia la prensa es totalmente cierto y no porque yo sea un ególatra como algunos aseguran en los reportajes de los casos que están bajo mi cargo si no porque los comunicadores sociales en especial esos que pagan para aprobar tienden a tergiversarlo todo.

Es tanto mi recelo hacia ellos que agradezco mentalmente que estén volcados entrevistando a una persona, no tengo ánimos para tener que lidiar con ellos, incluso llegué a sentir pena por la persona que está siendo entrevistada ahora mismo pero de seguro se trata de un empresario acostumbrado a las cámaras.

CORAZÓN DE CRISTAL{✔}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora