Viejas heridas.
Ha sido un día tan estresante, sólo necesito un masaje en el cuero cabelludo para sentirme mejor.
Por eso cuando sus dedos se hunden en las hebras de mi cabello me permito relajarme. Cierro los ojos y mi mente viaja a recuerdos peligrosos.
Su cara de chico bueno, su cabello castaño, sus mejillas y labios rosados pero en especial el brillo de sus ojos cada vez que me miraba, suelto un suspiro al darme cuenta que una vez más me estoy torturando con su imagen en mi cabeza.
«Sólo una vez más» digo mentalmente.
—Te amo tanto... —dijo entre suspiros.
Mi corazón latía muy deprisa dentro de mi pecho que parecía que se podía salir de mi cuerpo. Yo también lo amaba y quería decírselo pero nada salió de mi boca, sólo pequeños gemidos debido a sus caricias.
Me colocó delicadamente en la cama y se ubicó encima de mí entre besos y mordidas mientras quitaba el resto de mi ropa y de la suya.
Esa noche Dan separó mis piernas y se colocó en ellas para adentrarse en mí de la manera más delicada que pudo, nunca dejó de besarme y decirme cuanto me amaba.
Unas cuantas lágrimas me traicionan al recordar la noche en que me entregue a Dan.
A pesar de todo lo sigo extrañando tanto como desde la última vez que lo vi.
—Siete años no han sido suficiente —susurra Ryan mientras detiene su masaje en mi cuero cabelludo.
Sé muy bien a lo que se refiere, él es consciente de que no he podido olvidar del todo a Dan en este tiempo.
Seria tan fácil mentir, pero él más que nadie sabe la verdad.
—Aunque lo intento no puedo —musito, estoy segura que a Ryan no le gusta lo que acabo de decir.
Él no dice nada al respecto y se lo agradezco mentalmente, vuelve a la tarea con sus manos en mi cabello y yo sigo acostada en sus piernas.
Es mentira eso que dicen que el tiempo cura todo. Han pasado siete años desde la última vez que vi a Dan y todo sigue doliendo como el primer día.
Sus palabras me hirieron profundamente y jamás podré olvidar su mirada de odio hacia mí.
○○○
Mi vida en Londres ha ido bastante bien dentro de lo que cabe pero tampoco me puedo quejar.
Quisiera decirles que aquí todo ha sido felicidad pero estaría mintiendo, cambiar de país no fue sencillo como creí al principio, dejar todo atrás no implica olvidar. Y en mí, los recuerdos siguen más vivos que nunca solo que ahora mismo no tengo tiempo para dejarlos ganar terreno.
Estoy en el hospital donde hago mi servicio social, hoy es mi último día y después seré una desempleada más del país.
Cierro mis ojos sólo al pensar en eso.
—Doctora West aquí están los papeles que debe firmar —me dice Marcy, una enferma que está en mi turno.
—Gracias —le sonrío y tomo las hojas entre mis manos.
Estoy tan cansada.
Hace dos horas que falleció un paciente debido a una displacía pulmonar y por ende me tengo que encargar de todo el papeleo para la salida del cadáver.
A este paso la que no va a salir del área de cuidados intensivos soy yo con todo el tramite que implica hacer con una persona muere en tu área.
Morir dentro de la sala de un hospital sencillamente podría compararse con las drogas, es fácil de entrar, lo difícil es salir.
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CORAZÓN DE CRISTAL{✔}
Teen FictionCristal, una chica de 17 años estaba muriendo en la cama de un hospital debido a una insuficiencia cardíaca, lo único que podía salvarla es un nuevo corazón. Y un día llega uno. El corazón de Lisa la novia de Dan. El destino se encargara de junta...