✴~prologo~✴

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Una suave ventisca rodeaba calmadamente el pequeño y cómodo lugar. Y lo único que lo iluminaba, era una vela al lado de una cama humilde y pequeña.
Ella, con la cobija sobre su cabeza y cabellos castaños, miraba con atención y sus bellos ojos azules brillantes completamente centrados, y pasaba lo mismo con la otra niña, de cabello castaño igualmente, pero de ojos miel.
El único con una edad mayor de la habitación, era el chico de cabello similar, que hablaba sin parar y muy animadamente, haciendo a las niñas de tan solo 6 años estuviesen bien atentas.

—Entonces, yo saqué mi gran espada, y corrí para cazar a ese reno tan velóz. Pero algo extraño pasó... El reno se dió la vuelta y me embistió con sus grandes cuernos—contó animadamente y las niñas estaban en tensión—. Me puse de pie, y cuando volví a ver a ese gran reno... Era un hombre, un hombre alto y musculoso, de cuernos que parecían completamente reales.

—¡¿Se convirtió en un hombre ese reno, Ryu?!—exclamó la niña de ojos miel.

—Exacto, Laila—dijo el chico de ojos celeste y siguió su narración—. Y entonces, el corrió hacia mí golpeándome con sus puños y acorralandome con sus cuernos contra un árbol, pero yo fuí más astuto, y atravesé con mi espada, haciéndolo caer con un fuerte grito, y ¡logré escapar!

—¡SIII!—exclamaron las niñas.

—¡shh!—calló el mayor y las niñas rieron en voz baja—. A ver pequeñas, sé que mi aventura terminó bien... Pero puede que si ustedes se adentran en el bosque... Encontrarán algo que no les gustará. Tengan cuidado niñas, y no se metan en el bosque.

—Pero yo soy valiente, podría ser como tu hermano—dijo la niña de ojos azules con decisión.

Ryu rió un poco y acarició la cabeza de la niña que aún se cubría con la sábana.

—Dakota... Sé que podrías, pero aún no es tu momento, eres pequeña—dijo comprensivo pero firme

—Entiendo... Pero cuando sea grande, podría..-

—Bueno, ya creo que es hora de dormir—interrumpió el mayor.

—oww, yo quería estar despierta un rato más—dijo la otra niña.

—No queremos que mamá o papá nos regañen—dijo el mayor con una sonrisa y apagó la vela—. Qué descansen niñas.

—Descansa hermano—dijeron ambas acomodándose en sus camas.

Esa noche se hizo muy larga para la mayor de esa pequeña habitación. Dakota, la pequeña de ojos azules. No paraba de pensar en el relato de su hermano mayor, grandes bestias que se convierten en humanos y que intentaron atacar a su hermano. La emoción la recorría de solo pensar en eso.
Y casi no durmió llenando su cabeza de esas fantasiosas criaturas.
Esa emoción, y esa curiosidad...

Serían un desencadenante del desastre....

(CANCELADO) Forest MonstersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora