Capítulo 32

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Intento encontrar a Tae sin gente alrededor después del anuncio de la clasificación pero hay demasiados miembros e iniciados felicitándome y eso lo aparta de mí.

Decido salir del dormitorio cuando todos duerman y buscarlo, pero el paisaje del miedo me dejó más cansado de lo que creía, así que no tardo en dormirme yo también.

Me despierto al oír ruido por ahí. Está demasiado oscuro para ver con claridad, pero, una vez se acostumbran mis ojos, veo que Jimin se está atando los cordones de los zapatos. Abro la boca para preguntarle qué hace, hasta que me doy cuenta de que, frente a mí, Suga se pone una camiseta. Todos están despiertos, pero nadie habla.

— Jimin —murmuro; él no me mira, así que lo agarro del hombro y la sacudo — ¡Jimin!

Él sigue atándose los cordones.

Me da un vuelco el corazón cuando le veo la cara: tiene los ojos abiertos, aunque en blanco, y los músculos de la cara están flácidos. Se mueve sin mirar lo que hace, con la boca medio abierta; no está despierto, pero lo parece, y todos están igual... Todo menos YoonJi.

— ¿YoonGi? — pregunta ella viendo a su hermano. — ¿Hoseok? — ésta vez habla viendo a su novio.

Todos los iniciados se ponen en fila cuando terminan de vestirse y empiezan a salir en silencio del dormitorio. Agarro del brazo a Jimin para que no se vaya, pero es imposible detenerlo. Él mas bien termina arrastrándome.

Son sonámbulos.

Miro a YoonJi de inmediato y ambos nos metemos los zapatos con prisa, no podemos quedarnos aquí solos. Me pongo una chaqueta y ella un abrigo, salimos corriendo del dormitorio para alcanzar la fila de iniciados y nos adaptamos a su ritmo.

Tardo unos segundos en darme cuenta de que se mueven al unísono, el mismo pie adelante y el mismo brazo atrás. Los imitamos, aunque a mí el ritmo me resulta extraño.

Marchamos hacia el Pozo, pero, cuando llegamos a la entrada, los primeros de la fila van a la izquierda. T.O.P. está en el pasillo, observándonos. El corazón me late con fuerza en el pecho y miro al frente con toda la inexpresividad posible, concentrándome en el ritmo de mis pies. Me pongo tenso cuando paso a su lado; se dará cuenta de que no tengo el cerebro frito, como los demás, y entonces me pasará algo malo. YoonJi para no estar en simulación lo hace casi igual.

Los ojos de T.O.P. pasan por encima de nosotros.

Subimos un tramo de escaleras y avanzamos al mismo ritmo por cuatro pasillos. Entonces, del pasillo se abre a una caverna enorme, y dentro veo una multitud de osados.

Hay filas de mesas con montañas negras encima. No veo que son hasta estar a pocos centímetros de ellas: armas de fuego.

Claro, Dak-Ho dijo que ayer pusieron las inyecciones a todos los miembros, así que, ahora, toda la facción está con el cerebro en punto muerto, obediente y entrenada para matar. Soldados perfectos.

YoonJi y yo recogemos una pistola, una pistolera y un cinturón, imitando a Suga, que está justo delante de mí. Intento copiar sus movimientos, aunque no puedo predecir lo que va a hacer, así que acabo siendo menos preciso. A YoonJi tampoco le salió perfecto. Aprieto los dientes, confiando en que nadie nos observa.

Una vez armados, seguimos a los otros iniciados a la salida.

No puedo luchar contra Abnegación, contra mi familia. Preferiría morir, eso ya lo probó mi paisaje del miedo. Mi lista de opciones se reduce y veo el camino que debo seguir. Fingiré lo suficiente como para llegar al sector de Abnegación, salvaré a mi familia y lo que pase después me da igual. Me calmo por completo.

Facción antes que Sangre - VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora