— ¿Estás despierto? — pregunto.
Él levanta la cabeza y yo meto la bala en la recámara, arqueando una ceja.
— Los líderes de Osadía... evaluaron mi historial y me sacaron de la simulación.
— Porque supusieron que ya tenías tendencias homicidas y que no te importaría matar a unos cuantos cientos de personas estando consciente. — respondo — Tiene sentido.
— ¡No soy un... asesino!
— Jamás había conocido a un veraz tan mentiroso. — le digo, dándole golpecitos en el cráneo con la pistola — ¿Dónde están los ordenadores que controlan la simulación, Yong-Ul?
— No me dispararás.
—La gente tiende a infravalorarme —respondo en voz baja—. Creen que no puedo ser cruel por ser un mocoso estirado. Pero se equivocan.
Muevo el cañón ocho centímetros a la izquierda y le disparo en el brazo. Su grito retumba por el pasillo, la sangre sale a chorros de la herida y él vuelve a gritar, apretando la frente contra el suelo. Coloco otra vez la pistola sobre su cabeza sin hacer caso de la culpabilidad que noto en el pecho.
— Ahora que eres consciente de tu error, te daré otra oportunidad para contarme lo que necesito saber. Si no, te dispararé en otro sitio peor — aviso.
Otra cosa con la que puedo contar: Yong-Ul no es nada altruista.
Se vuelve hacia mí y me clava un ojo muy brillante. Se muerde el labio inferior y tiembla al respirar.
—Están escuchando. — me suelta —. Si no me matas tú, lo harán ellos. Solo te lo diré si me sacas de aquí.
— ¿Qué?
— Que me saques... aaah... de aquí — dice, haciendo una mueca de dolor.
— ¿Quieres que te lleve conmigo? ¿Que me lleve a la persona que intentó matarme?
—Sí. — gruñe — Si es que quieres que te diga lo que necesitas saber.
Parece una elección, pero no la hay: cada minuto que paso mirando a Yong-Ul, pensando en cómo me persigue en mis pesadillas y en el daño que me hizo, es otro minuto en el que muere otra docena de abnegados a manos del ejército de Osadía.
— Ok. — respondo, casi ahogándome con la palabra — Ok.
Oigo pasos detrás de mí. Con el arma bien sujeta, me vuelvo: mi padre y los demás se acercan a nosotros.
Mi padre se quita su camisa de manga larga y veo que lleva una camiseta gris de manga corta debajo. Se agacha al lado de Yong-Ul y le ata con fuerza la tela alrededor del brazo. Mientras aprieta la tela contra la sangre que le corre por el brazo, me mira y pregunta:
— ¿De verdad era necesario dispararle?
No respondo.
— A veces, el dolor es por el bien común — dice Kwan con mucha calma.
Me lo imagino de pie ante Taehyung, con un cinturón en la mano, y oigo el eco de su voz: "Es por tu propio bien". Me quedo mirándolo unos segundos; ¿de verdad se lo creerá? Suena como algo que diría un osado.
— Vamos. Levántate, Yong-Ul.
— ¿Quieres que camine? — pregunta Namjoon — ¿Te has vuelto loca?
— ¿Le he disparado en la pierna? — pregunto a mi vez — No, así que va a caminar. ¿Adónde, Yong-Ul?
Jin lo ayuda a levantarse.
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Facción antes que Sangre - Vkook
FanfictionEn un futuro indeterminado, en la ciudad de Seul, se encuentra un confundido abnegado llamado Kim Jung Kook que se encuentra en la inercia de elegir la facción que se convertirá en su nueva vida. Tomando una decisión sorpresiva para todos, no solo t...