Capítulo 36

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— ¿Estás despierto? — pregunto.

Él levanta la cabeza y yo meto la bala en la recámara, arqueando una ceja.

— Los líderes de Osadía... evaluaron mi historial y me sacaron de la simulación.

— Porque supusieron que ya tenías tendencias homicidas y que no te importaría matar a unos cuantos cientos de personas estando consciente. — respondo — Tiene sentido.

— ¡No soy un... asesino!

— Jamás había conocido a un veraz tan mentiroso. — le digo, dándole golpecitos en el cráneo con la pistola — ¿Dónde están los ordenadores que controlan la simulación, Yong-Ul?

— No me dispararás.

—La gente tiende a infravalorarme —respondo en voz baja—. Creen que no puedo ser cruel por ser un mocoso estirado. Pero se equivocan.

Muevo el cañón ocho centímetros a la izquierda y le disparo en el brazo. Su grito retumba por el pasillo, la sangre sale a chorros de la herida y él vuelve a gritar, apretando la frente contra el suelo. Coloco otra vez la pistola sobre su cabeza sin hacer caso de la culpabilidad que noto en el pecho.

— Ahora que eres consciente de tu error, te daré otra oportunidad para contarme lo que necesito saber. Si no, te dispararé en otro sitio peor — aviso.

Otra cosa con la que puedo contar: Yong-Ul no es nada altruista.

Se vuelve hacia mí y me clava un ojo muy brillante. Se muerde el labio inferior y tiembla al respirar.

—Están escuchando. — me suelta —. Si no me matas tú, lo harán ellos. Solo te lo diré si me sacas de aquí.

— ¿Qué?

— Que me saques... aaah... de aquí — dice, haciendo una mueca de dolor.

— ¿Quieres que te lleve conmigo? ¿Que me lleve a la persona que intentó matarme?

—Sí. — gruñe — Si es que quieres que te diga lo que necesitas saber.

Parece una elección, pero no la hay: cada minuto que paso mirando a Yong-Ul, pensando en cómo me persigue en mis pesadillas y en el daño que me hizo, es otro minuto en el que muere otra docena de abnegados a manos del ejército de Osadía.

— Ok. — respondo, casi ahogándome con la palabra — Ok.

Oigo pasos detrás de mí. Con el arma bien sujeta, me vuelvo: mi padre y los demás se acercan a nosotros.

Mi padre se quita su camisa de manga larga y veo que lleva una camiseta gris de manga corta debajo. Se agacha al lado de Yong-Ul y le ata con fuerza la tela alrededor del brazo. Mientras aprieta la tela contra la sangre que le corre por el brazo, me mira y pregunta:

— ¿De verdad era necesario dispararle?

No respondo.

— A veces, el dolor es por el bien común — dice Kwan con mucha calma.

Me lo imagino de pie ante Taehyung, con un cinturón en la mano, y oigo el eco de su voz: "Es por tu propio bien". Me quedo mirándolo unos segundos; ¿de verdad se lo creerá? Suena como algo que diría un osado.

— Vamos. Levántate, Yong-Ul.

— ¿Quieres que camine? — pregunta Namjoon — ¿Te has vuelto loca?

— ¿Le he disparado en la pierna? — pregunto a mi vez — No, así que va a caminar. ¿Adónde, Yong-Ul?

Jin lo ayuda a levantarse.

Facción antes que Sangre - VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora