Capítulo 2

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Simplemente observo el vaso preparándome para tragarlo. Pasa medio minuto y por fin me trago el líquido el cual tiene una consistencia rara y sin sabor, como si fuera agua extraña... Lo sé, eso no tiene sentido pero los nervios me provocan incoherencias, no me culpen.

Cierro los ojos y cuando los abro me encuentro en una sala extraña la cual únicamente tiene una mesa con dos cosas: Una cesta llena de queso y un cuchillo.

Una voz femenina sin origen específico retumba en la sala y dice:

—Elige.

—¿Por qué, o para qué?—pregunto curioso

—Elige.

—No me respondiste.

—Que elijas.

—No hasta que me respondas.

—Como quieras.

La voz guarda silencio y oigo algo parecido a un gruñido animal detrás de mí. Al voltear me lleve un gran susto al ver a un gran perro con aspecto rabioso mirándome ansioso por morderme quizás, cuando veo la mesa de nuevo compruebo que está vacía y comprendo el porqué debía elegir. Ciertamente estoy arrepentido ahora y camino lentamente mientras el perro se acerca sigilosamente para atacarme, mientras lo hace yo repaso mis opciones.

Pienso subirme en la mesa pero no es lo suficientemente alta para que el perro no se suba a atacarme, trato de recordar algo sobre perros hasta que mi mente se ilumina; los perros "huelen" el miedo, y así identifican a su presa para atacar así que debo demostrarle que no le temo. Al instante también recuerdo que mirarlo es un acto de desafío que lo volverá más agresivo así que debo mostrarme sumiso ante él. Piensa Jungkook, piensa; lo único que se me ocurre es arrodillarme e inclinar mi cabeza hacia abajo, no es que me emocione la idea porque mi cara bien podría convertirse en la cena del perro, pero es lo mejor que se me ocurre.

Acto seguido, me detengo y me hinco en medio de toda la sala, inclinando mi cabeza hacia abajo, el perro se acerca cada vez más y con él sus fervientes ladridos y enormes dientes... No lo mires ¡joder!; cierro los ojos cuando está a centímetros de mi rezando a cualquier deidad para no recibir un mordisco, en cambio de eso solo siento algo rasposo que pasa por mi mejilla dejándola húmeda, me ha lamido.

Abro los ojos y observo al perro con un semblante tranquilo e incluso adorable mientras jadea, verlo así me hace agradecer no haber tomado el cuchillo en primer lugar. Le sonrío y lo acaricio mientras me da una mirada tierna hasta que un chillido a lo lejos nos hace voltear y puedo notar a una niña de vestido blanco que menciona un "Perrito" bastante raro.

Al perro no le hace ni suma gracia y le ladra zafándose de mí para ir hacia ella. Sin pensármelo dos veces voy de inmediato a agarrar el perro, como pude lo inmovilicé agarrándolo por el cuello mientras la niña corre asustada en dirección contraria.

Inmediatamente caigo al piso golpeándome levemente y al levantarme noto que ya no hay nada en la sala donde estoy, solo una puerta frente mío. Sin más decido abrirla y en vez de entrar en otra habitación o un pasillo estoy en un autobús repleto de gente, al voltearme noto que ya no está la puerta y todo parece remotamente normal.

Voy avanzando hacia adelante mirando a los pasajeros hasta que un hombre al cual no logro verle la cara por estar leyendo un periódico pero si las manos las cuales parecen tener cicatrices dolorosas por quemaduras me pregunta con una voz rígida:

  —¿Y bien?—Da unos pequeños toques al titular que enuncia: "¡Asesino serial por fin atrapado!"—¿Lo conoces?

  Me paralizo ante esa pregunta después de haber leído el titular puesto que la palabra 'asesino' me pone la piel de gallina, hace mucho no la había visto hacer acto de presencia en ningún lugar. Trato de concentrarme en el hombre de la fotografía y se ve como cualquier adulto normal mas sin embargo se me hace familiar por alguna razón aunque realmente sea primera vez lo vea.

Facción antes que Sangre - VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora