Camino más deprisa. Me ve y, por un segundo, su cara no expresa nada, como si no supiera quién soy. Entonces se le iluminan los ojos y abre los brazos: huele a jabón y a detergente.
— Jungkook —susurra, pasándome una mano por el pelo.
"No llores", me digo.
La abrazo hasta que parpadeo varias veces y logro secarme las lágrimas; después me echo atrás para volver a mirarla. Sonrío con los labios cerrados, como hace ella.
Me toca la mejilla.
— Mírate, estás más ancho. — dice, poniéndome un brazo sobre los hombros— Dime cómo te encuentras.
— Tú primero.
Las viejas costumbres no se pierden. Debo dejarla hablar primero, no debo permitir que la conversación se centre en mí demasiado tiempo, debo asegurarme de que no necesita nada.
— Hoy es una ocasión especial. — me dice — He venido a verte, así que mejor hablemos más de ti. Es mi regalo.
Mi sacrificada madre. No debería darme ningún regalo, teniendo en cuenta que la he abandonado a ella y a mi padre. Camino a su lado hacia la barandilla que da al abismo, contento de estar cerca de ella. La última semana y media me ha faltado su cariño como solo ella sabía darme.
— Solo una pregunta. — digo, notando el pulso en la garganta — ¿Dónde está Appa? ¿Está visitando a Namjoon?
— Ah, — responde, sacudiendo la cabeza — tu padre tenía que trabajar.
— Si no quería venir, puedes decírmelo — digo, bajando la vista.
— Últimamente, tu padre está siendo muy egoísta. — contesta, mirándome a la cara — Eso no quiere decir que no te quiera, te lo prometo.
Me quedo mirándola, pasmado: ¿mi padre egoísta? Más sorprendente que ella lo haya dicho. No distingo si está enfadada ni espero ser capaz de hacerlo, pero debe de estarlo; si dice que es egoísta, tiene que estar enfadada.
—¿Y Namjoon? — pregunto — ¿Lo visitarás después?
— Ojalá pudiera, pero los de Erudición han prohibido que los visitantes de Abnegación entren en su complejo. Si lo intentara, me echarían.
— ¿Qué? Eso es horrible. ¿Por qué lo hacen?
— La tensión entre ambas facciones es mayor que nunca. Ojalá no fuera así, pero poco puedo hacer al respecto.
Pienso en Namjoon entre los otros iniciados de Erudición, buscando a nuestra madre entre la gente, y noto una punzada en el estómago. Parte de mí sigue enfadada con él por no contarme sus secretos, aunque tampoco quiero que sufra.
— Eso es horrible — repito, y miro hacia el abismo.
V está solo, junto a la barandilla. Aunque ya no es iniciado, casi todos los de Osadía aprovechan el día para estar con la familia. O su familia no se reúne o no ha nacido en Osadía.
— Ese es uno de mis instructores. — digo, y me acerco más a mi madre — Intimida un poco.
— Es guapo.
Asiento con la cabeza sin darme cuenta. Ella se ríe y me quita el brazo de los hombros. Quiero apartarla de él, pero, justo cuando estoy a punto de sugerir irnos a otro sitio, él mira atrás.
Sus ojos se abren como platos al ver a mi madre, que le ofrece una mano.
— Hola, me llamo Hee Sook, soy la madre de Jungkook.
Nunca había visto a mi madre estrechar la mano de nadie. V se la da, muy rígido, y la sacude dos veces. El gesto resulta poco natural en ambos. No, V no es de Osadía si le cuesta estrechar la mano de otra persona.
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Facción antes que Sangre - Vkook
FanfictionEn un futuro indeterminado, en la ciudad de Seul, se encuentra un confundido abnegado llamado Kim Jung Kook que se encuentra en la inercia de elegir la facción que se convertirá en su nueva vida. Tomando una decisión sorpresiva para todos, no solo t...