Facción antes que Sangre - Vkook

Capítulo 31

— ¿Que qué saco de esto? — repite y se da una palmada en la frente — Eres idiota, Jungkook.

— No soy idiota, y por eso sé que es un poco raro que, de todas las personas podrías haber elegido, te quedaras conmigo. Así que, si solo buscas... bueno, ya sabes... eso...

— ¿El qué? ¿Sexo? — pregunta mirándome — Si solo quisiera eso no serías mi primera opción.

Es como si me hubiera pateado el estómago; claro que no sería su opción siquiera. No soy el primero, ni el más guapo, ni el más deseable. Me aprieto el abdomen y aparto la mirada mientras intento reprimir las lágrimas.

No me gusta llorar, ni gritar, ni hacer escenitas. Parpadeo unas cuantas veces, bajo las manos y lo miro.

— Me voy a ir — anuncio en voz baja, y me vuelvo hacia la puerta.

— No Kookie — responde algo meloso y me agarra de la muñeca.

Lo aparto de un fuerte empujón, pero él me agarra por la otra muñeca y mantiene nuestros brazos cruzados entre los dos.

— Siento haber dicho eso. — asegura— Lo que quería decir es que tú no eres así y lo supe en cuanto te conocí.

— Tú eras uno de los obstáculos de mi paisaje del miedo. — confieso, y me tiembla el labio inferior — ¿Lo sabías?

— ¿Qué? — dice, soltándome las muñecas y pone cara de sentirse dolido — ¿Me tienes miedo?

— A ti no — respondo; me muerdo el labio para mantenerlo quieto — A estar contigo... con cualquiera. Nunca he tenido una relación con nadie y... tú eres mayor, y no sé qué es lo que esperas, y...

— Jungkook, no sé que te imagines, pero ésta es mi primera vez también.

— ¿Primera vez? — repito — ¿Entonces soy tu primer...? — pregunto, pero me paro y arqueo las cejas — Oh, yo suponía... — Suponía que, como yo estoy tan obsesionado con él, el resto del mundo también lo estaría — Bueno, ya sabes.

— Pues supusiste mal — responde y aparta la mirada; está poniéndose sumamente rojo de la vergüenza — Puedes contarme cualquier cosa, ¿sabes? — me asegura, tomando mi cara entre sus manos, manos con dedos fríos y palmas calientes — Soy más amable de lo que parecía en el entrenamiento, lo juro.

Le creo, pero esto no tiene nada que ver con la amabilidad.

Me da un beso en la frente, en la nariz y en la boca. Estoy nervioso, noto electricidad por las venas, en vez de sangre. Quiero que me bese, sí; lo que temo es lo que pueda pasar después.

Baja las manos hasta mis hombros, y sus dedos acarician el borde de la venda. Se aparta, preocupado.

— ¿Te has hecho daño? — pregunta.

— No, es otro tatuaje. Está curado, pero... no quería destaparlo.

— ¿Puedo verlo?

Asiento con la cabeza, a pesar del nudo en la garganta. Me bajo la manga y dejo el hombro al aire. Taehyung mira mi hombro durante un segundo y lo recorre con los dedos, que suben y bajan con la curva de mis huesos, que me sobresalen demasiado. Cuando me toca, es como si la conexión cambiara cada punto en que nuestras pieles se encuentran. Noto un escalofrío en el estómago, no de miedo, sino también de otra cosa. Un anhelo.

Levanta la esquina de la venda y sus ojos examinan el símbolo de Abnegación; sonríe.

— Yo tengo el mismo. — comenta, riéndose — En la espalda.

— ¿En serio? ¿Me lo enseñas?

Él vuelve a colocar la venda sobre el tatuaje y me pone bien la camiseta.