13| Puedes correr, pero no esconderte.

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-Entonces... -Callie bosteza en dirección al techo a media frase-. Tú quieres hacer una... ¿cómo dices?

No importa lo cobarde que esto sea, no voy a pasar un minuto más en casa, o cualquier lugar donde se encuentre Hunter.

-Noche de chicas -reitero abrazando mi almohada como una niñita de las exploradoras con ansias de hacer un campamento-. ¿Tienes miedo de no controlar tus innegables deseos hacia mí? -me burlo con una sonrisa fingidamente natural. Estoy frente a su puerta a las siete de la noche, con un frío de infarto y su mirada incrédula sobre mí.

-Sabes perfectamente que no eres mi tipo -dice con un codo apoyado en el marco de su puerta-. Y aunque lo fueras no tengo ganas de ir a la carcel por andar de calenturienta con una menor.

-¿Vas a dejarme pasar o te divierte el proceso de hipotermia? -murmuro un tanto ansiosa por poder salir de ese frío.

-Entra ya -hace un gesto rápido con su mano y entra a la cómoda y tibia casa, le sigo el paso soltando un sonoro suspiro de alivio y dejo caer mi almohada y mi mochila en el suelo-. ¿Vas a decirme por qué quieres quedarte aquí de la nada? -su voz se escucha lejana a medida que se adentra en la cocina, yo me retiro la chaqueta y voy hasta el sillón para sentarme.

-Vi unas chicas haciendo una pijamada en una película, me entró curiosidad -miento descaradamente cruzando mis piernas sobre el cojín.

Ella entra con dos tazas de café y se sienta junto a mí tendiéndome una de ellas mientras prueba un sorbo de la suya.

-¿Curiosidad? -se burla.

-¿Café? -pregunto en el mismo tono. Una taza de café a esta hora de la noche no es muy práctico.

-Mi casa, mis reglas. Ahora bebe.

Sonrío y llevo la taza a mis labios, Callie prepara un café delicioso, no me importa beberlo a esta hora sí está tan bueno.

-La escuela me tiene un poco estresada y quería algo de distracción. Es todo

-Entiendo, pero es extraño que Hunter no te haya sugerido nada para eso.

En realidad Hunter es la única palabra que tengo en la cabeza, creo que califica como distracción, gracias.

-Él está estresado también, no se preocupó demasiado por saber cómo estaba yo, supongo -ésta conversación no me está agradando, yo en otra vida debí darle clases de mentir a Pinocho.

-Hunter suele pensar en ti antes, eso es extraño -murmura lo último dando un último sorbo a la bebida y dejándola en la mesa de centro con tranquilidad-. Y bien... ¿qué quieres hacer primero?

Entonces sonrío.

[...]

-Sí es amor ¡Abrázame con ganaaas! Sí no lo es, tal vez será mañana, estando juntos mi mundo se llena de luuuuz -pausa dramática para tomar aire- ¡Lo mejor de mi vida eres tuuuuú!

Es momento de saber que Callie tiene mucha música en español en su celular.

Ella se levanta de la cama con un cepillo en la mano cuando comienza el tono de otra canción. Está en la zona.

-¡Es lo que andaba buscando, del doctor recomendando, creí que estaba soñando! Woah, woah

Comienza a bailar como una lunática, yo me levanto y la abrazo por los hombros para seguir con nuestra rara diversión.

-¡Me enamoré, me ena-na-namoré! Lo vi solita y me lancé, ¡Me ena-na-namoré! Nos enamoramos -el resto fueron balbuceos raros al no saber pronunciar esa parte, lo que puedo hacer es reírme colgada de su cuello, me sigue las risas y duramos unas diez canciones más en volver a sentarnos.

El secreto de los Dallas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora