VIII

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Camino tranquilamente con mi sombrilla en la mano al finalizar el trabajo, parece que comenzará a llover en cualquier momento.

Sí, llevo más de 20 días sin olvidar mi sombrilla, lo que me funciona a la perfección, porque me di cuenta que, aunque fuera tonto, mi teoría de olvidar la sombrilla y el chico, tienen una extraña relación.

Siento que alguien me arrebata la sombrilla de la mano. Por más que intento alcanzarlo, no logro hacerlo, lo que me hace sentir molesto, porque por su culpa, es demasiado probable que me encuentre a Jaebum en el camino.

Cambio por completo mi ruta habitual, pero cuando estoy cruzando otra carretera él se posiciona a mi lado, pero no es solo eso, sino que se voltea hacia mí, prácticamente encarándome, lo cual hace mi cuerpo temblar un poco, además de que me siento incómodo por su atención.

—¿Qué hora es?

—Fíjate en tu celular —le respondo en tono seco, y él alza una de sus cejas.

—Se descargó.

—No es problema mío —intento adelantarlo, pero logra mantener mi ritmo.

—Youngjae es solo un amigo —dice, e inmediatamente siento mis mejillas arder, mi rostro está a punto de explotar por la vergüenza.

Él lo nota, lo sé por cómo me mira, su sonrisa es ladina y satisfecha. Seguramente lo supo por todo este tiempo, y eso hace que mi corazón lata con fuerza, haciéndome sentir que saldrá corriendo por mi boca en cualquier momento, para no presenciar más la vergüenza y desdicha de su poseedor.

Lo escucho reír por lo bajo, siendo ahora él quien se adelanta y desaparece entre el tumulto de personas, pero esta vez lo agradezco más que nada en el mundo.

Llego a casa con los nervios de punta y mi cuerpo aún en un temblor, siendo solo capaz de escribir en mi diario un "¡Me ha descubierto!".

No sé qué sentir, había tenido demasiado por hoy, tal vez simplemente debí tomar mi ruta habitual, irme en taxi o lo que sea para evitarlo, aunque ya era demasiado tarde.

Jaebum no solo sabe que llama mi atención y me atrae, sino que me había puesto ridículamente celoso porque lo vi con un simple amigo.

Tras de todo, mi mamá parece tener un sexto sentido, y en cuanto me llamó, lo primero que hizo fue preguntarme por ese chico que le había dicho que me atraía, pero se emocionó en cuanto le dije que se había dado cuenta de mis absurdos celos y más bien me aconsejó que me acercara más a él, que ya no tenía nada que temer, pero obviamente es algo que no haré y más bien intentaré no encontrármelo más.

¡Olvidé mi sombrilla! // Bnior// JJPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora