XI

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—Lo siento Jinyoung. Olvidé por completo traer tu sombrilla, e incluso la mía —Mark me observa con timidez y vergüenza.

Él luce sincero, además su nerviosismo y rostro de buen chico me impiden por completo molestarme con él, lo cual nunca he hecho. Mark siempre ha sido un buen amigo.

—No te preocupes —le sonrío, pero la angustia no abandona su rostro, sigue allí plantada, siendo evidente en cada una de sus facciones.

—Te debo una. Salgamos por un café o algo un día de estos.

—Mark, en serio no debes hacerlo...

—Somos amigos Jinyoung, recuerda nuestra conversación de que hace tiempo no salimos.

—Está bien. Tienes razón.

Ambos conversamos durante pocos minutos, hasta su risa infantil hace que me alegre. Mark es mayor que yo, pero puedo jurar que luce más joven que yo y probablemente que todos en la empresa.

—Nos vemos luego —me sonríe y me despido, luego sale del edificio.

Me quedo de pie por un momento, observando cómo se aleja bajo la lluvia, lo que me hace un poco de gracia, debido a que se encorva un poco y corre, como que, si el agua más bien quemara, hasta imagino que seguramente luzco de la misma manera cuando lo hago.

Desvío mi mirada y comienzo con mi recorrido a casa entre la muy cariñosa lluvia que derrocha su amor por mí. Sí, es puro sarcasmo. No comprendo por qué justamente tiene que llover cuando no llevo mi sombrilla.

No tardo mucho tiempo en llegar hasta la típica carretera, a la espera de que cambie el semáforo.

—Hola —escucho a alguien decir a mi lado, lo que me asombra y hace que me sobresalte un poco.

Él me observa con una pequeña sonrisa. En realidad, me parece increíble el hecho de que no se haya burlado por mi repentino susto.

—Hola —respondo con algo de timidez, sin tener la más mínima idea de qué agregarle a esa iniciante conversación.

Muerde ligeramente su labio inferior y mete una de sus manos a la bolsa de su pantalón, mientras que con la otra sostiene su sombrilla. Creo que siempre me fijo demasiado en sus acciones.

—¿La olvidaste otra vez?

—No, en realidad se la presté a un amigo y fue él quien la olvido —comienzo a reír ligeramente en un desesperado intento de tranquilizar mi nerviosismo.

—Oh, ya veo.

—Es como si el cielo supiera cuando no llevo mi sombrilla.

—Supongo que tienes razón, y siempre te veo cuando no la tienes. Por cierto, lo había olvidado. Tengo algo para ti —abre su bolso con su mano desocupada y me tiende una sombrilla.

—Gracias —digo, pero no puedo ocultar la mezcla entre alegría y la vergüenza que estoy sintiendo, mucho menos el tono rojizo que probablemente ahora decoran mis mejillas.

—Yo... yo solo la encontré por ahí —se excusa para restarle importancia, y sé que ha sido porque notó mi timidez.

La sombrilla incluso está nueva, tiene la etiqueta. Mintió. El hecho de que comprara algo pensando en mí, hace que mi corazón palpite con fuerza y la esperanza vuelva a invadirme nuevamente. Adiós intento de ignorar al hermoso chico que se encuentra junto a mí.

"Pensó en mí", es lo único que puedo repetirme una y otra vez en mi mente, mientras que observo su figura de reojo con una boba sonrisa en mis labios.

Traga saliva notoriamente y desvía su mirada en un intento de alivianar lo que se ha transformado en un incómodo momento para él, porque yo no puedo con tanta emoción.

—Solo no la pierdas, la prestes o lo que sea —se ríe, y simplemente asiento.

—No la sacaré del bolso, lo prometo.

—Más te vale, porque recuerda que no voy a cubrirte con la mía —dice entre serio y divertido, por lo que no sé ni cómo tomarlo, —Por cierto, ¿trabajas en Good school supplies?

—Sí, soy de esos que atienden los pedidos.

—Un día pasaba por ahí y te vi entrar, aunque ya tenía la ligera sospecha —se encoge de hombros.

—De todas formas, no creo que siga allí por mucho tiempo más.

—¿En serio? —me ve un poco interesado.

—Solo lo hacía para pagar mis estudios. En realidad, quiero ser maestro de jardín de niños, es para lo que estudié, después de todo.

—¡Vaya! Eso no me lo imaginaba. Luces como una persona amable... aunque bueno, no siempre —murmura lo último y luego niega con su cabeza en cuanto parece recordar algo.

—¡Oye! —no puedo ocultar que sus palabras me indignan un poco, pero él solo se ríe.

Además, sus palabras me recuerdan al tonto de Jackson.

Su sonrisa hace indignación desaparecer. Maldito corazón, ¿Por qué tienes que derretirte y caer tan fácil por su sonrisa?

—¿Y en dónde trabajas? —no quiero que nuestra conversación decaiga.

—En K-Music Town, yo estudié música y allí mismo se imparten algunos cursos.

—Una tienda de música es genial —digo sincero, pero él solo se encoge de hombros.

—Nos vemos luego, Jinyoung —me sonríe, mientras señala el semáforo y se aleja.

—¡Hasta pronto! —menciono en voz alta para que logre escucharme.

Y sí, definitivamente quiero que sea "Pronto", ya quiero verlo nuevamente y que podamos platicar por lo menos un poco más, de esa manera puedo saber un poco más sobre él.

Parece que puedo respirar nuevamente, por lo que sigo con mi trayecto. Me doy cuenta de que siquiera abrí la sombrilla, ¡Vaya tonto! El efecto que Jaebum produce en mí, porque hasta siento que no estoy caminando, sino que levito, mientras que visualizo corazones en todas partes.

¡Olvidé mi sombrilla! // Bnior// JJPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora