IV

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Me detengo junto a dos personas más, esperando a que el semáforo cambie de color para poder cruzar la transcurrida carretera.

El viento comienza azotarme con fuerza, hasta el punto que la parte superior de mi sombrilla sale volando y me quedo con solo el mango de lo que había sido una sombrilla en la mano. Hago el intento de recuperarla, pero para mi desgracia fue parar a la carretera y los autos se encargan de hacerla añicos.

Escucho una risa detrás de mí, y en cuanto me giro de mala gana, me topo con aquél atractivo chico.

Sus ojos están prácticamente cerrados por su risa, la cual me permite ver su perfecta dentadura blanquecina con sus delgados labios. Su risa, aunque es por burlarse de mí, suena demasiado agradable, lo que me quita un poco el enojo. Y ni hablar de los dos lunares que tiene un poco más arriba de uno de sus ojos, me encantan.

Como en algunas de las ocasiones anteriores, intento refugiarme bajo su enorme sombrilla, en la que probablemente quepa una familia entera, pero él se mueve como siempre y eleva sus cejas.

—Solo hay espacio para mí —dice, y siento mis piernas temblar por su ahora adictiva voz, quiero escucharla nuevamente.

Planeaba decirle algo, pero el semáforo cambia de color y él comienza a caminar.

—¡No era como si intentara refugiarme en tu sombrilla! —grito, haciendo que se gire y me observe con una sonrisa.

—Claro —me responde con sarcasmo y sonríe divertido, mientras niega con la cabeza, retomando nuevamente su camino.

Cuando me dirijo al bus, pienso lo ridículo que he sido. Mis intenciones eran más que claras, pero había dicho esa tontería solo por escuchar nuevamente su voz, y únicamente obtuve un "Claro" como respuesta. Creo que hasta superé la estupidez de Jackson, hubiera sido mejor decirle que me agradaba su chaqueta, aunque evidentemente no sea para nada mi estilo.

¿Por qué mis desgracias tenían que ser siempre frente a él? Juro que cuando no se encuentra cerca de mí nada de eso me sucede, en realidad me considero una persona afortunada.

Estoy llegando a pensar que ese chico es sinónimo de mala suerte para mí. Me sorprende lo desafortunado que soy para cuestiones del amor, ni siquiera pude sonreírle o algo así, y probablemente si intentase hacerlo, algo estaría pegado en mi diente y terminaría burlándose de mí, como siempre.

En cuanto ingreso a mi apartamento, saco mi diario y escribo la fecha, así como mi desafortunado encuentro con el "Bad boy" burlista, pero de sonrisa bonita y risa agradable. Sí, estoy perdiendo la cabeza, solo espero que la próxima vez que lo encontrara no fuese de ese modo, necesito al menos un poco de suerte.

***

—Ayer lo vi —mi voz hasta suena entusiasmada.

¿Cómo no hablar con entusiasmo si su bella imagen llega a mi memoria? Casi siento que lo tengo justo frente a mí con su típica sonrisa burlona.

—Hasta pone cara de idiota enamorado —Bambam niega con su cabeza —. Por cierto, no nos has dicho cómo es físicamente.

—A mí me dijo que es de una estatura similar, delgado y de esos tipos patanes que generalmente se visten de negro para jugar de malos, además siempre se burla de él —Jackson habla casi con desprecio.

—No puedes decir que es un patán cuando ninguno de los dos lo conocemos —lo regaño.

—Que no se noten los celos y el odio —Mark agrega, luego de haber estado la mayor parte del tiempo en silencio.

—Ya le dije que todavía no lo dejo tener novio, es muy pequeño para eso —se cruza de brazos.

—Deja la estupidez, Wang. Tú puedes tener novia, pero Jin no puede tener novio, eso ni siquiera tiene sentido —Bambam sostiene el control y no aparta su mirada de la pantalla.

Hace unas horas llegamos a su casa para aprovechar el fin de semana y jugar en su PlayStation 4. Entre todos, Bambam es el más adinerado y de cierto modo odia que se metan mucho en la vida de los demás, y aunque es el menor, algunas veces regaña a Jackson por sobreprotegerme, en serio se preocupa más por mí que mi propia mamá.

—Bambam tiene razón —el silencioso rubio lo apoya.

Jackson suspira y prefiere guardar silencio, pero tampoco quiero que se sienta mal por algo como eso y le doy unas palmadas en la espalda. Él tiende a ser bastante sensible y se ofende rápido.

¡Olvidé mi sombrilla! // Bnior// JJPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora