XV

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—Jinyoung, ¿olvidaste la sombrilla? —Mark y yo estamos frente al edificio, a diferencia de que él tiene una sombrilla en la mano y yo no.

—Sí —respondo con simpleza, de todas no es una novedad, ya estoy acostumbrado a ello.

—Yo puedo llevarte —sonríe con amabilidad, no me niego a su oferta porque suelo prestarle mi sombrilla cuando él la necesita.

Ambos comenzamos nuestra caminata. Él es callado, pero extrañamente su silencio no me molesta, más bien resulta cómodo. Probablemente, comenzará a hablarme en un rato, casi siempre es igual.

—Voy a extrañarte cuando dejes de trabajar en la empresa —sonríe ligeramente sin llegar a mostrar sus dientes, más bien es una sonrisa con aire de melancolía.

—También te extrañaré; sin embargo, finalmente voy a poder trabajar en lo que realmente quiero.

—Igual, seguiremos siendo amigos, aunque no voy a poder verte tan seguido —menciona en voz baja.

Tenemos momentos de silencio, pero hablamos sobre temas triviales de vez en cuando.

—En una de las ocasiones me caí, fue muy vergonzoso y evité sentarme durante varios días —le cuento una de mis anécdotas bajo la cordial lluvia y él comienza a reír.

Mark es sin duda alguna un buen chico y sumamente encantador, la clase de persona que valoras hacer reír y cuya sonrisa te alegra el día, porque en serio es demasiado radiante.

Observo a mi izquierda y él está allí, con el ceño notoriamente fruncido y cara de pocos amigos, además se nota tenso.

—Oh, Jaebum —le saludo, lo que parece tomarlo desprevenido, pero solo hace un ligero movimiento de cabeza como saludo.

—¿Lo conoces? —Mark murmura un poco curioso.

—Sí, es mi ami... No, en realidad ni lo somos. Solo nos encontramos aquí algunas veces, supongo que es un simple conocido —bajo al final mi tono de voz, porque no es algo que me alegra decir, me gustaría que fuéramos cercanos.

No había pensado que después de todo, el hecho de que en realidad no somos nada más aparte de conocidos no tan conocidos, persiste, a pesar de que hemos hablado un poco más. A costos sé su edad y el sitio en donde trabaja.

Dirijo mi vista nuevamente hacia él, me ve por un momento, pero desvía su mirada. Seguramente tuvo un mal día.

Alguien pasa cerca de nosotros a bastante velocidad y me golpea, estoy a punto de caer, pero Mark logra detenerme.

—Realmente tienes mala suerte cuando llueve.

Jaebum está en una posición como si hubiese intentado sujetarme, pero se aleja nuevamente y me ve avergonzado, comenzando a maldecir en voz baja y sacando un poco su barbilla.

—Te lo dije —le respondo a Mark, y él ríe ligeramente. —. ¿Lograste encontrar la sombrilla? —le pregunto a Jaebum, pero él luce un poco confundido.

—Sí, la había dejado en el autobús —ni siquiera se inmuta en observarme, pero sí ve a Mark fulminante, haciendo que mi tímido amigo se encoja en su sitio, hasta se aferra a mí.

—Creo que me odia —susurra apenas audible.

—En realidad él luce como alguien rudo, pero se burla todo el tiempo de mis desgracias —digo más alto de lo que espero, ganándome la mirada del mencionado.

—Mejor vámonos —Mark me toma del brazo en cuanto el semáforo cambia y me arrastra a paso apresurado.

Juro que soy capaz de seguir escuchando las maldiciones que el chico lanza justo detrás de nosotros "Mierda, maldición, idiota, lo odio..." y otras que en realidad no quiero mencionar.

—¡Deja de maldecir! —suelto exasperado, generando que ambos chicos se sobresalten, pero en cuanto caigo en la realidad, soy quien arrastra a Mark lo más lejos posible de él.

Nadie me tiene diciendo lo que no tengo que decir. Por eso siempre pasas vergüenzas, Jinyoung, te las mereces.

Entro junto a Mark a un restaurante. Ambos quedamos en salir a comer después del trabajo, porque estábamos muriendo de hambre. Al tomar asiento, observo por la ventana pasar a un malhumorado Jaebum, por eso hasta escondo mi rostro con el menú.

—Es él, ¿verdad? —Mark se ríe, pero parece curioso por saber más al respecto.

—Sí —admito con timidez.

—En serio luce demasiado diferente a ti, no me lo hubiese imaginado. Tuve la impresión de que es amable contigo.

—Algunas veces lo es, como cuando no se está burlando de mí.

—Si se burla de ti es porque atraes su atención, además, sentí que estaba celoso, puedo jurar que hasta vi una nube negra sobre él y que sus ojos disparaban rayos en mi dirección —se estremece por el recuerdo.

—¿Celoso? No tiene sentido —la idea hace que las palpitaciones de mi corazón se aceleren.

—Me sorprende lo poco observador que eres, si solamente hubiera sido un mal día, hasta hubiese sido odioso y amargado contigo, pero solamente descargó su furia sobre mí, además, sentí que cada una de sus maldiciones me apuñalaban. Él me da miedo —el rubio hace un pequeño puchero.

—Él algunas veces es adorable, lo prometo, bueno, tal vez no, pero para mí sí lo es. Hoy se veía demasiado atractivo —suspiro y mi amigo me sonríe.

—De todos modos, es a ti a quien le debe gustar. Ah, olvidé decirte que ayer salimos juntos, la llevé al cine —sus mejillas se sonrojan y sus ojos se iluminan.

—¿Qué tal estuvo?

En cuanto terminamos de comer, Mark se ofrece a pagar la cuenta, pero quedamos en que yo pagaré nuestra próxima salida. Me deja justo en la parada y nos despedimos.

¿Jaebum celoso? Ahora me siento como un adolescente todo ilusionado por su primer amor, pero es que en serio el chico pareciera hacer una mezcla con todos mis sentimientos. Mi corazón es demasiado débil como para resistirse a sus encantos y obviamente yo tampoco voy a detenerlo.

Incluso, cuando llego a mi apartamento, busco mi diario junto a un lapicero y me lanzo en mi cama boca abajo, mientras escribo las maravillas que pienso de JB, cualquiera que lo leyera creería que es el mejor hombre en la tierra, porque estoy siendo extremadamente exagerado. Dibujo corazones en toda la hoja y permanezco acostado, fantaseando con Jaebum.

¿Qué haría si algún día llegaba a besarme? Hasta cubro mis ojos ante el pensamiento. Tal vez sea algo que nunca suceda, pero por lo menos soñar es gratis. Si me abrazara, seguramente me derretiría entre sus brazos, mientras que olfatearía su fragancia. Si tan solo se hiciera realidad...

¡Olvidé mi sombrilla! // Bnior// JJPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora