¡Olvidé mi sombrilla! // Bnior// JJP

XXXIX

—Amor, insisto, creo que deberíamos vivir juntos —JB menciona como por décima ocasión en lo que va del mes.

No sé cómo he hecho para soportar estar con Jaebum durante tanto tiempo, bueno, en realidad no sé cómo le ha hecho él, tiene que aguantar mi mal temperamento, perfeccionismo y ni hablar del abstencionismo causado por mi orgullo, pero es que no es que no quiera... la vergüenza e inseguridad siempre me invaden.

Me hice un profesional en inventar excusas, aunque él siempre me veía con los ojos entrecerrados y estaba segurísimo de que se daba cuenta, pero dejaba al tema a un lado y decidía comprenderme, entonces solo se quedaba a mi lado e insistía en ser mimado, porque eso definitivamente no lo perdonaba, hasta me hacía berrinches como un niño acaparador y malcriado si no le daba cariño.

—Todavía es muy pronto —recuesto mi cabeza sobre su pecho y agradezco profundamente que sea fin de semana y ambos podamos estar juntos, aunque en unas horas él debe ir a trabajar, pero saldría temprano y mañana no tendría libre—, de todos modos, parece que vives más aquí que en tu apartamento —no puedo evitar reír.

—Exacto, es absurdo que pague el alquiler, en cambio, si me traslado definitivamente, podría ayudarte.

—Tengo que pensarlo, tal vez en poco tiempo finalmente suceda.

—Los fines de semana te levantas siendo el chico más adorable del mundo, tan relajado y tranquilo —cambia de tema. Acaricia mi cabello, mientras yo me aventuro a deslizar mis dedos por su torso desnudo.

Siento su piel aterciopelado, pero la textura cambia ante su estremecimiento. Dirige su mirada a mi mano por un momento, luego me ve a los ojos y me hace sentir algo tímido.

—Eso no es cierto, siempre soy demasiado molesto. Algunas veces hasta me siento mal por no tratarte con más cariño — suspiro, sin apartar las yemas de mis dedos de su abdomen —Recuerdo cuando no éramos nada y te llamaba en la mañana, casi siempre estabas de mal humor —pensar en ello me hace gracia.

Cualquiera diría que Bum es un tipo violento, odioso, amargado, serio y de esos que detestan a todo el mundo; no obstante, es todo lo contrario, suele ser extremadamente meloso, chineado, algunas veces sensible, berrinchudo, juguetón y extremadamente burlista. No es más que pura apariencia. Generalmente es sumamente vago y por él pasaría durmiendo, mientras me pide que le acaricie el cabello o le haga ligeras cosquillas. Ah, pero cuando dices "comida", escucha ruido en la cocina o un paquete abrirse y percibe un delicioso aroma, se levanta inmediatamente.

—Así de molesto te quiero, ya hasta me acostumbré a ser tratado de esa manera e intento convencerme de que es tu sutil y encantadora forma de demostrar tus sentimientos por mí —intenta sonreír con "inocencia", pero obviamente no me convence —. Sí, pero después de escucharte tan animado me alegrabas el día —bosteza y se estira un poco —. Creo que últimamente no nos hemos besado lo suficiente —cambia de tema nuevamente.

—Pero yo no quiero besos —alejo mi mano de su abdomen y decido cruzarme de brazos, mientras aparto mi mirada para que no descubra mi mentira.

Tengo mucha vergüenza, no logro ni responderle afirmativamente. Me había acostumbrado a que durmiera en ropa interior, pero seguía siendo un poco tímido con él, aunque ya no me negaba a tanto como en un inicio.

Mis pensamientos y él no eran una buena combinación, lograban tentarme cada vez más. Además, la imagen de su cuerpo todo sudado me hacía estremecer, porque se metió al gimnasio para pasar más tiempo conmigo, aunque obviamente notaba su inquietud si alguien me veía por "mucho" tiempo, por eso utilizaba como técnica poner mala cara.

Me rodea entre sus brazos y atrae mi cuerpo al suyo. Ahora que soy capturado, será imposible negarme o alejarme.

Levanto mi cabeza sin dejar de abrazarlo, mientras él acerca un poco la suya para unir nuestros labios. Las chispas que sentí la primera vez, parecían no irse, porque me siento en las nubes al besar sus suaves labios; sin embargo, cuando me besa de un modo más apasionado, siento una corriente eléctrica por todo mi cuerpo. Lo único malo es luego actúo como tonto