XXXI

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La primera cita con Jaebum fue un poco incómoda, probablemente porque ambos estábamos bastante nerviosos y no teníamos la más mínima idea de qué diablos debíamos hacer, solamente intercambiábamos miradas y luego reíamos como un par de tontos, por lo mismo, pensamos que ir a una cafetería estaría bien para comenzar.

Cuando terminamos, él me acompañó a esperar el bus e intentó besarme, pero no se lo permití. Su reacción de desconcierto fue sumamente graciosa, y ni hablar de cuando besé su mejilla antes de subir al bus, hasta me dijo un: "No era lo que quería, pero estoy algo satisfecho", aunque sus mejillas estaban sonrojadas y no era capaz de verme a los ojos por la vergüenza,

Ya pasaron dos semanas desde que nos arreglamos, pero estuvimos enviándonos mensajes porque ninguno de los dos tenía el tiempo suficiente como para vernos entresemana, incluso, Jaebum está más atento, no se tarda tanto en contestarme como anteriormente lo hacía al molestarse conmigo, hasta está comenzando a utilizar palabras cariñosas que me hacen gritar internamente, jamás imaginé que él pudiera tratarme de esa forma.

Jaebum siempre lució ante mí como alguien odioso, burlista, egocéntrico y rudo, pero en realidad es bastante diferente a la hora de conocerlo, bueno, algo dentro de mí, espera que el verdadero motivo sea que su trato hacia mí es diferente, que se comporta más amable exclusivamente para mí, aunque suene bastante egoísta.

Le indico a los pequeños que en poco tiempo debemos salir, por lo que comienzan a guardar los juguetes, mientras yo también guardo mis pertenencias antes de que el timbre indique la finalización de la clase. Me despido de los niños y ellos también se despiden de mí, los acompaño a la entrada a esperar que cada uno de ellos se marche con algún familiar, pero han pasado 15 minutos y todavía hay un pequeño que se encuentra esperando.

En poco tiempo, el niño comienza a llorar y me las arreglo en alzarlo en un intento de tranquilizarlo, lo cual logro al mostrarle uno de los dulces que generalmente guardo en mi maletín de trabajo para casos de emergencia. Remuevo sus lágrimas con uno de mis dedos y le sonrío.

—No te preocupes, estoy seguro de que ya casi vienen por ti —el pequeño enrolla sus pequeñas manos en mi cuello, mientras recuesta su cabeza sobre mi pecho.

Unos cuantos minutos después, su mamá llega y se disculpa, diciendo que había salido algo tarde de su trabajo y no logró llegar a tiempo por la presa ocasionada por un accidente en el camino.

Me agradece y se despide, mientras el pequeño también agita su pequeña mano en mi dirección y hago lo mismo.

Cuando voy a dirigirme a la salida, percibo a un chico que se me hace bastante conocido, incluso camina hacia mí con una gran sonrisa. Casi me cuesta creer que él ha venido por mí, sería tonto pensar que fue por otro motivo cuando en realidad no lo hay.

—Hola —saluda cuando ya está frente a mí, mientras muerde su labio inferior y su mirada se encuentra con la mía.

—Hola —le respondo con la misma timidez, sino es que más.

—Creo que me has hecho replantearme la idea de tener hijos —agrega, en un intento de deshacer el incómodo silencio.

Ambos comenzamos con nuestro camino, pero en realidad lo que dice me llama bastante la atención y lo observo.

—¿Por qué? —me siento bastante curioso.

—Nunca pensé que los niños fueran para mí, honestamente lo veo algo lejano y si se diera, creo que uno sería suficiente, aunque la idea no termina de convencerme; sin embargo, ver que te gustan los niños y que eres tan lindo, me han dado muchísimas ganas de tener uno. Bueno, solamente si eres el otro padre de ellos, de lo contrario, no creo volver a pensarlo —su declaración me toma por sorpresa y no puedo evitar sentirme avergonzado.

—Yo siempre he querido tener hijos, evidentemente jamás pensé en tenerlos con alguna mujer, eso sería casi que imposible —me río —, pero sí me gustaría adoptarlos.

—¿Hijos? Suena a que no es solamente uno- arquea una de sus cejas. Su reacción me hace bastante gracia.

—Jamás podría tener solamente uno, no cuando sé que hay muchos allá afuera que necesitan de tanto amor.

—¡Diablos, Park! ¿Cómo diablos puedes ser un hombre tan increíble? —siento como si dejara de respirar por el momento —. Creo que puedo tomar el riesgo de tener muchos hijos si se trata de estar contigo.

—Creo que es muy pronto para hablar de eso, así que puedes estar tranquilo —intento dar por finalizado el tema, la vergüenza me ha invadido y no creo ser capaz de soportar más sus lindas palabras sin llorar.

—Bueno, tienes razón, todavía somos jóvenes y tenemos mucho tiempo para conocernos...

Comienza a llover y agradezco profundamente que lo haga, es una de las pocas veces que la lluvia trabaja a mi favor, tal vez siente un poco de lástima y piedad por mí, debido a lo sensible que me ponen las palabras del chico que se encuentra a mi lado.

Jaebum abre su sombrilla y la sujeta con su mano derecha, mientras que con la izquierda rodea mi cintura y me atrae más hacia él, al mismo tiempo, me ve de reojo y curva sus labios. Me cuesta creer en lo increíblemente tierno y atento que se ha vuelto conmigo.

Ni siquiera algunas miradas curiosas logran hacerme sentir mal, no cuando Jaebum hace que mi corazón se sienta tan cálido y su brazo en mi cintura me hace sentir como en casa. Cuando esperamos que el semáforo cambie, me tomo la libertad de recostar mi cabeza sobre su hombro y él me estrecha más con su brazo.

Me acompaña a esperar el bus y luce algo indeciso, como si se estuviera debatiéndose algo.

—Estaba pensando en que tal vez podríamos salir a cenar el próximo viernes— luce ansioso por mi respuesta y algo nervioso, como si fuera a decirle que no.

—Es una buena idea —antes de que pueda decir algo más, el autobús llega y solamente me despido de él, sin saber qué hacer.

Cuando tomo asiento y lo veo por la ventana, inmediatamente me arrepiento de no haberle dicho algo más o al menos haber besado su mejilla, aunque él me sonríe cuando todavía el bus no ha salido, pero luego se aleja y siento mi corazón vacío.

Yo:
Gracias por venir a buscarme, Bumie.
5: 12 pm.

Pienso en agregar un "te quiero", pero aparte de que me daba vergüenza, sé que es demasiado pronto, además, me daba miedo de que él todavía no sintiera lo mismo y más bien me rechazara nuevamente o algo por el estilo. Tampoco quiero presionarlo.


*****

La historia se encuentra editada hasta aquí, por lo que es probable que los capítulos posteriores no tengan mucho sentido.

¡Olvidé mi sombrilla! // Bnior// JJPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora