CAPITULO 1

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Freya

Sábado por la noche.

Eran alrededor de las dos.

Iba caminando por un callejón con el suelo mojado.

Iba pensando en todas las cosas que había hecho ese día, durante las clases de bachiller.

Tenía tantas cosas en la cabeza de las que preocuparme y yo aqui dando vueltas por algun callejón perdido del centro de Madrid.

En mi personalidad, destacaba sobretodo en el hecho de ser muy ordenada, seria ante los estudios, y me solía preocupar mucho por estudiar mientras mis compañeros se iban de fiesta todos los findes y no prestaban atención a nada más.

No es que me gustara mucho la vida que llevaba, pero no solo en cuento al ambiente que me rodeaba en las clases, sino por un conjunto de todo.

Solía pensar que era peor para mis compañeros, el no tomarse nada en serio, pero algo cambió en mi opinión hacia  ellos.

Y me di cuenta que necesitaba desconectar un poco. Sentía la necesidad de tener que hacer algo nuevo: salir, conocer gente,  en conclusión, cambiar de aires.

Antes de llegar a ese callejón buscando el camino de vuelta a casa, había estado en una discoteca con dos amigas: Madison y Jenette .

Ahora me sentía un poco mareada ya que había bebido demasiado, pero no paré de andar.

Mientras que caminaba sin saber hacia donde exactamente, podía oir la música de las discotecas que tenían su salida lateral en estos callejones.

Llevaba puesto unos leggins negros y unas botas militares a juego, una camiseta de manga larga roja que la tapaba mi chaqueta negra. La llevaba con la capucha puesta, medio abrochada y mis manos en los bolsillos en los lados que tiraban de la chaqueta.

Antes de llegar al final del callejón, me paré en seco. Aun mirando al suelo, me sequé una lágrima que recorría mi mejilla.

No se porqué lloraba, sería por recordar cosas que no debía... no se.

Alcé la mirada.

No sabía donde estaba, había estado caminando sin rumbo de callejón en callejón tanto tiempo que no me había fijado en cual estaba ni a donde llevaba.

Se suponía que tenía que estar volviendo a casa.

Bueno... tampoco pasará nada por llegar un poco más tarde.

<< Daré la vuelta y volveré a la discoteca, desde allí me orientaré mejor>>

Di la vuelta y salí de ese callejón para meterme en otro distinto.

Caminé por el hasta llegar casi a otro y llegar a la discoteca. Seguramente allí seguirían Madison y Jenette mis dos amigas que me acompañaban esta noche.

Algo distinto me llamó la atención en ese callejón, algo que juraría no haber visto antes.

Pero estaba ahí.

A lo mejor simplemente no me había dado cuenta...

<< Soy una persona, no una máquina >>

Era una de las puertas laterales de una discoteca.

"Discoteca Infierno"

Decía un cartel al lado de la puerta.

Era de un color rojo brillante, de detrás de esta se oía música y mucho alboroto.

Me acerqué a la puerta y medi cuenta de que por debajo salía como, ¿humo?

Bueno, intenté abrirla para echar un vistazo rápido e irme.

Tiré del pomo.

Estaba atascada, di dos pequeños golpes en la puerta, pero seguía atascada y nadie del otro lado me abría.

<< Seguramente no me oían de lo alta que estaba la música>>

Volví a dar dos golpes a la puerta, un poco más fuertes.

Pero nada.

Puesto que no se abría, pasé de intentarlo  y volví a mi camino.

Justo cuando me di la vuelta y empezé a andar, la misteriosa puerta roja brillante de aquella discoteca se abrió.

Volví corriendo a echar un  vistazo dentro.

Salió ese humillo anterior y me acerqué más a la puerta.

Me picaba la curiosidad.

Entré en aquella discoteca, tras de mí, la puerta se cerró de un golpe y quedé dentro.

Pero, ¿Nunca os han dicho que la curiosidad mató al gato?

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