CAPITULO 4

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Freya

-¿De que teníamos que hablar?- dije apartando la vista de las fotografias de la mesa y dirigiendola a Ash.

Este acomodó en su silla de despacho antiguo y empezó a hablar.

-Verás, quería proponerte un trato. No es nada del otro mundo, pero creo que a ti en especial te gustará.

-Porfavor ve al grano, me estoy poniendo nerviosa.

Ash asintió.

-Se trata de cumplir todos y cada uno de tus deseos durante un período de tiempo.

Abrí los ojos sorprendida.

-¿Y tu vas a poder cumplir tus deseos?- pregunté.

<<Este ha bebido demasiado y se cree que es mi hada madrina>>

-Todos y cada uno de ellos. A cambio de una cosa, tu alma.

Me pareció insignificante. Si esto va a hacer que me sienta mejor con mi vida acepto.
Pero habia algo me decia que no debia hacerlo.

-¿Mi alma? ¿Y para que quieres tu mi alma?- pregunté curiosa.

-¿Yo? Para nada. Pero la necesito para cumplir tus deseos.

En ese momento no me pareció muy mal, además, ¿Como vas a quitarle el alma a alguien? ¡Es imposible!

-Esta bien. ¿Que clases de deseos harias realidad?

Me estaba tomando todo esto como una broma, o sea, nadie puede hacer deseos realidad ni siquiera los magos de las ferias.

-Para que te cumpla tus deseos tendrás que firmar un contrato.

Entonces una vocecita en mi mente me dijo "no firmes nada sin antes leerlo".

-Antes de firmar me gustaría leerlo.

Ash asintió y me trajo cinco tacos de hojas escritas.

Lo miré sorprendida.

-¿Todo esto?- pregunté

-Si, pero si no quieres leerlo, lo vuelvo a guardar...

-No, lo leeré.

Resoplé. Iba a estar muy ocupada.

-Tienes un plazo de 38 días para leerlo y traerlo firmado.

-Una última pregunta, ¿Durante cuanto tiempo me cumplirás los deseos?

-Lo pone en el contrato, 9 meses.

-Y, ¿Como puedo saber que esto no es una farsa?- dije alzando una ceja.

- Una buena pregunta...

Se quedó pensando unos minutos mientras lo miraba.

-Ya sé -dijo de repente- Te cumpliré un deseo ahora para que veas que no te miento.

-Vale - dije satisfecha.- quiero...

No sabía que pedir. Ash esperó unos segundos cuando dije:

-¡Quiero un perrito!¡Que se llame Gashi y sea supercariñoso y adorable! Venga, es facil. ¡Cumplelo!

Ash se quedó con los ojos como platos.

Se levantó de su silla.

-Esta bien...

Ash dio dos palmadas y en mi refazo apareció un perrito tal y como yo había dicho ¡superadorable!

Me quede boquiabierta.

-Me gusta. Si, señor.

Ash sonrió.

-¿Te vas a llevar todos esos papeles para leer al final?- preguntó.

-Si, haber si con suerte alquilo una grua a domicilio que me lo lleve a casa.- dije divertida.

Ash esbozó una sonrisa.

-Eres graciosa.

<< Lo sé, pensé >>

En vez de decirlo me reí.

Cogí el primer taco de papeles y cua do fui a coger el segundo, Ash dijo:

-Como es mucho y no vas a poder, si quieres, apuntame tu dirección y te lo llevo mañana a primera hora.

Asentí.

Ash me tendió un papel y un boli y escribí mi dirección completa.

-Ya está.

-Bueno, pues puedes seguir divirtiendote fuera. - dijo Ash.

Aparecieron los armarios andantes otra vez y me sacaron.

Oí la música fuerte otra vez y decidí salir de ahí.

¿Había echo bien en darle mi dirección?
Bueno, lo que sabía esq tenía un perrito del que cuidar.
Lo llevaba como si fuera un bebé.

Busqué una salida y me fui de esa discoteca mareante.

Fui hasta una parada de taxi que estaba al final de la calle y esperé sentada en el bordillo una media hora hasta que apareció uno.

Abrí la puerta del coche y metí dentro a Gashi y justo despues me metí yo.

Le indiqué al taxista a donde me tenía que llevar y el coche se puso en marcha.

Mientras que ibamos camino a casa, saqué mi monedero del bolsillo de mi chaqueta. Miré el contador y marcaba nueve euros y subiendo.

Abrí el monedero y apareció dentro mi movil.

Si, tengo la extraña manía de meter mi móvil en el monedero.

Saqué el dinero. Vale, todavía me quedaban veinte euros, si que me llegaba.

Miré mi móvil y aparecieron todas las llamadas perdidas de Jenette y Madison.

<< Cuando llegue a casa las llamo de vuelta para que no se preocupen, pensé, porque es lo que se supone que hacen las amigas cuando ven tantas llamadas de una amiga. >>

El taxi se paró enfrente del portal dd mi casa. Pagué, cogí a Gashi, mis cosas y me fui a casa.

Abrí el portal con las llaves que tambien llevaba en el monedero, y subí hasta la quinta planta.

<< Mi monedero parece un minibolso, lo meto todo ahí. Nota mental: Comprarme un bolso. >>

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Espero que os haya gustado.

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9 MESES Y 38 DIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora