Incluso desde ese día, se habían visto solo un par de veces desde que aquello pasó, Leo se había mantenido calmado, tal vez creyendo que ahora que Dante le pertenecían, no importaba esperar.
Aquella tarde su amigo, Brendan, había llegado a su casa con toda la intención de arrastrarlo fuera.
— ¿Cómo fue que me trajiste aquí?— estaba molesto, no tenía ganas de salir en primer lugar.
Brendan empujó al pelirrojo a entrar, encontrándose con algunos amigos en su camino. Después de un rato de estar conversando recordó que Dante es la clase de persona que si no tiene ganas de estar en el lugar, desaparece antes de darte cuenta por lo que pasó su brazo por los hombros de su amigo.
— Dan, no te dejaré huir— comentó Brendan sintiendo una necesidad de molestar a su amigo por lo que con la mano sobrante le quitó el gorro— no sabes aprovechar esa cara que tienes— Dante molesto intentaba arrebatárselo hasta que finalmente lo logró— a pesar de eso lo tienes loco por ti— acomodo su cabello.
Mantenian una conversación con alguna personas dentro de aquel club, riendo y tomando alcohol.
Una persona un par de centímetros más alta que él se detuvo frente a ellos. — Dante — su voz ronca hizo a Dante quedarse quieto y maldecir por lo bajo mientras lentamente veía al sujeto, soltó el agarre de su amigo y tomó distancia de él.
— Tu, ¿Qué haces aquí?— su voz sonaba nerviosa, cosa que Brendan no entendía. Leo jalo del brazo de Dante, pero Brendan logró detenerlo desde el otro— está bien— su voz tembló, antes de soltarse en ambas partes — es un amigo — volteo con Brendan, antes de salir del lugar con Leo siguiéndolo detrás.
Caminaron y apenas poniendo un pie fuera del lugar, Leo sujeto firmemente su muñeca jalando de ella hasta un callejón cercano donde, rápidamente lo empujó contra la pared, provocando que Dante al tropezar se golpeara un lado de la cara causándole unos cuantos rasguños.
— No me gusta que nadie toque lo que me pertenece, te di espacio como querías, pero te encuentro en lugar así— se acercó al rostro de Dante quien aún se estaba reincorporando — crees que no me di cuenta del porqué detuviste a ese chico, que buena amistad tienen. — bufó— me estoy cansando de ser complaciente—
— Entonces podemos terminar, no necesitas aguantarme de esa forma—
— Ni siquiera lo pienses— levantó una mano lo tomó de la barbilla obligándolo a levantar la mirada— nadie puede tocarte, solo puedes ser mio, nadie mas que yo puede tenerte—
A pesar de la situación en la que se encontraba, no tenía miedo, su mejilla dolía, si, pero no era algo que le preocupara, conocía la reacción de Leo, pero, también sabía que de estar su amigo presente, no se quedaría con los brazos cruzados solo observando y eso no era algo que podría permitir en ese momento.
Finalmente lo soltó, pero en su lugar lo tomó de su muñeca jalándole a su auto — sube, nos vamos de este lugar — Dante se limitó a asentir, no tenía muchas ganas de estar ahí de todos modos.
Apenas subieron al auto, el celular de Dante comenzó a sonar, eran puros mensajes de amigo [Oye, ¿qué pasó?], [¿Quién era él?], [¿Te fuiste a pelear?], leyó desde la barra de notificaciones, casi lo hizo reír.
Leo no estaba feliz, le molestaba que la atención de Dante no se enfocara en él. Conocía al chico con el que estaba, eran amigos desde la preparatoria, fue uno de los responsables en que su relación se desmoronara.
Si bien no sabía su nombre, lo recordaba, solía burlarse junto con la chica de él, dándole a entender que Dante no lo quería y todo fue falso desde un principio.
Confundiéndole, Leo aceptó dejarlo en su casa y no hacer más alboroto.
Tal vez sus palabras sobre terminar si lo habían afectado.
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LOVE ALONE
Teen Fiction¿En qué momento todo se tornó así? ¿El amor debía ser tan doloroso? ¿Por qué llego tan lejos como para perderse a sí mismo? Tal vez la respuesta siempre estuvo cerca, tal vez solo debía disfrutar aquella soledad. **Todas las imágenes usadas son de...