9.

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Las clases del viernes por fin habían acabado, sorpresivamente no tenía tarea pendiente por lo que podría disfrutar tranquilamente su fin de semana, recogió sus libros y demás útiles metiendolos en su mochila preparándose para salir.

Sería un fin de semana tranquilo, pensó, sin embargo, apenas dió un par de pasos fuera de su salón, alguien cubrió sus ojos y lo jaló por el pasillo, entonces sin previo avisó lo besó.

Sorprendido enseguida empujó a su contraparte, una vez sus vista regresó, lo reconoció al instante

—¿Me extrañaste? — ni bien terminó su pregunta recibió un golpe en el brazo — no nos hemos visto en casi un mes y así me recibes —.

—¿Qué haces aquí?, dudó que hayas venido hasta aquí para ser golpeado, que igual no me sorprendería, ¿Cuando regresaste? — sonrió burlón.

— Llegué está mañana— sonrió — y por supuesto no vine solo a éso — pasó su brazo por los hombros del pelirrojo — no te eh visto en un mes, claramente vine a secuestrarte, vamos—

Arrastró a Dante hasta su auto, le abrió la puerta y obligó a sentarse en al asiento del copiloto, apenas entró a su lugar, encendió el auto, llamando la atención de gente que pasaba por el lugar, buscó en su abrigo una cajetilla de cigarros, sacó uno y lo encendió, no sin antes abrir un poco la ventana.

Dante lo observaba fijamente — ¿Quieres uno? — le entrego la caja — pensé que lo estabas dejando, ¿En qué problemas te metiste para haber regresado?— le entregó el encendedor.

— Leo — ese nombre lo reconoció de inmediato —el chico con el que salía en preparatoria, resulta que va a mi misma universidad, y para mí mala suerte, me encontré con él — sabía que había algo más — regresé con él — esperó por su reacción.

Antes de seguir, se detuvo estacionadose en un descanso.

— Es un chiste, ¿Cierto? No puedes ser tan estúpido — Dante no habló — ¿Regresar con ese idiota?, ¿Encerio?— no importa cuánto lo pensará no tenía ningún sentido — ¿Por qué?—.

Dante finalmente sonrió, aquella sonrisa por sí sola cambió la actitud de Noa, ahora estaba expectante por las intenciones de aquel chico.

—Primero que nada, ni una palabra a Violet o Brendan — enseguida y sin dudar asintió — ni siquiera esperaba volver a verlo, pero una vez eso pasó, estuvo días persiguiéndome, sin importar cuánto lo ignorara o lo enfrentará, seguía persistente —.

— Dan, intentó hacerte algo, ¿No es así?—.

Noa conocía mejor que cualquier otra persona lo que había pasado entre ellos, aquel día cuando finalmente pudo huir, él fue quien lo ayudó en ese tiempo difícil.

—Si, pero salí corriendo de ahí — con ese comentario pudo relajarse un poco— odié aquella sensación, sentirme sucio, usado, pero entonces pensé, ¿Por qué debo ser yo el que se sienta de esa forma?— sonrió — quiero que sienta la misma mierda y se aleje de mi de una vez por todas —.

— ¿Y cómo piensas hacerlo?, ¿Piensas comportarte como un idiota controlador?— Dante negó — sabes, siento que lo correcto sería decirte que está no es la mejor forma, pero si te estás divirtiendo y te ayuda a cerrar ese ciclo, tienes todo mi apoyo — palmeo su hombro — pero ten cuidado, cualquier cosa llámame —

Regresó a la calle, a seguir el camino.

— Más que el control agresivo, me funciona más la manipulación —.

Realmente no tenía una idea clara de cuál sería su plan, sólo tenía un objetivo en la mira.

Durante el viaje escuchó a Dante soltar ideas al aire dando comentarios y aportando ideas.

Paró en una gasolinera, mientras el tanque se llenaba observó a Dante, estiró su brazo y quitó aquel gorro de su cabeza aventándolo a la parte trasera, sonrió al no escuchar alguna queja.

— Siempre he preferido ver tu cabello y los lentes son un plus — empezó a acomodar los mechones despeinados— Creo que la pregunta más importante es está, ahora que tienes “novio”, ¿Vas a dejar de jugar conmigo?—

—¿Por qué habría de hacerlo? — aquellos ojos brillaron expectantes — ¿Qué hay de tí?, ¿No piensas contarme nada? —.

 —No hay nada interesante, a menos que te interese escuchar de trabajo, pero, no tengo ningún viaje programado hasta dentro de seis meses, por lo que tendrás mi presencia molestandote por un tiempo —.

El viaje duró varias horas, su destino fue una casa vacacional perteneciente a la familia de Noa, un lugar inexplicablemente enorme, bien decorado y para ser un lugar que estaba solo la mayor parte del año, impecable, se encontraba a una distancia perfecta de la civilización para tener tranquilidad, aunque tenían que ir preparados porque la tienda más cercana estaba a treinta minutos caminando.

El sol comenzaba a ocultarse y con ello la temperatura empezó a descender.

Escuchó la voz de Noa llamando por él— estoy en la terraza — respondió apagando el cigarrillo — ¿Qué pasó? —.

— Tengo hambre — se recargo sobre él — ¿Quieres comer algo?, puedo ir a comprar comida — él solo asintió como respuesta — Rayos, pensé que después de un tiempo podría comer lo que cocinas, entonces, ¿Qué deberíamos comer? —

— Dejaré que tú decidas — tomó su chaqueta y emprendió camino al auto, una vez dentro de este volteo hacia Noa — sabes, Pizza no suena nada mal — Noa solo asintió, mientras buscaba las llaves del auto.

Al estar en las afueras de la ciudad tardaron un poco en llegar.

Noa detuvo el auto y ambos bajaron a pedir pizza, no querían quedarse a comer allí, había demasiada gente, por lo que optaron por comerlas en casa. 

Acomodaron, platos y vasos posteriormente dedicándose a comer, una vez terminaron, dejaron todo tal como estaba, ninguno de los dos tenía ganas de limpiar. 

Dante había decidido darse una ducha antes de que el tiempo refrescara más.

Su cabello dejó caer ligeras gotas dándose el lujo de dejarlas recorrer su cuello y espalda, que formaron una notoria marca de ellas en su camiseta, pasados los segundos pasó la toalla para que esta absorbiera la humedad posible.

— Esa es una mala costumbre tuya, sabes que eres sexy y lo aprovechas — Dante sonrió al escuchar a Noa hablar a sus espaldas, pronto estaba rodeado con sus brazos, sintiendo la respiración del más alto en su cuello — este olor, hueles parecido a mí — la risa de Dante se hizo escuchar— eso es un ¿”puedes continuar”? —

— No lo sé, ¿puedes? — volteo a verlo por encima del hombro, curvando sus labios hacia arriba —¿No era por eso la pregunta de antes?—

— Tenía que asegurarme — lo escuchó reir, se acercó a un más a su cuello de este haciéndolo estremecer con su aliento, lo conocía a la perfección, y con eso incluía sus puntos débiles.

Sus manos dieron un recorrido por los hombros del pelirrojo bajando por los brazos y finalmente llegando al abdomen de este, aquel suave tacto con su piel, quemaba. 

Metió sus manos por su camisa recorriendo el lugar con sus fríos dedos, mientras lentamente lamía su cuello, un ligero jadeo se escuchó, haciéndolo sonreír. — ¿Cómo es que eres tan jodidamente sexy? ¿Hay algo en ti que no sea atractivo? — lo jalo contra su cuerpo dándole la vuelta.

— ¿Mi personalidad? —.

— Oh no, créeme eso es de lejos lo mejor —.

Dante pasó los brazos por el cuello de Noa, acercándolo a la vez que jugaba con su cabello, complacido por escuchar sus comentarios. En respuesta se agachó un poco y, sin dificultad alguna, lo cargó sujetando sus piernas.

LOVE ALONEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora