PRÓLOGO

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Siempre había estado solo pero nunca sufrió esa soledad. Se perdió a si mismo.

La ruptura fue inminente.

Habían pasado un par de días desde que Dante lo había terminado, Leo un chico de 17 años, probo la desesperación provocada por sus propios errores, tal vez como Dante decía aun era solo un niño. Necesitaba a Dante, pero lo había perdido, él ni siquiera quería verlo, de alguna forma lo entendía, lo había lastimado de la peor forma posible.

Leo y Dante eran tan solo dos adolescentes en una relación corno todas no era perfecta tenia sus altos y bajas era agradable para ellos. Quien pensaría que todo daría un giro de 180 grados. Quién hubiera pensado que los momentos se volverían cada vez más amargos ya no era una relación digna de recordar. En su lugar parecía haberse tornado en una pesadilla.

Extrañaba a Dante.

Durante las semana siguientes el rendimiento de Leo en la escuela bajo, se metía en problemas con sus compañeros sin motivo alguno. Mas de una vez intento salir con alguien más, pero nunca funcionó, no se sentía igual.

Su sorpresa fue encontrarlo en la universidad, se veía bien, seguía usando sus característicos gorros, una pregunta lo invadió, "¿Podre volver a ganármelo?", "Ah, al contrario de mi, él si estaba bien, parecía bien" y entonces que su pensamiento cambio "No hay más remedio que hacerlo mío".

Pero, ¿Dante es realmente el mismo que antes?, ¿Leo realmente conoció a Dante?

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