Capítulo 1

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Antes de empezar a leer cabe aclarar que van a haber faltas ortográficas y algunas de puntuación, es decir: comas, puntos,etc.

Otra mañana en Londres, yendo al trabajo en mi auto, aparco a unas cuantas cuadras del trabajo, tomo mi bolsa y bajo del auto para dirigirme al tribunal y encontrarme con mi cliente para entrar al juicio, pero me encontré con un hombre alto, vestido de traje gris, de cabello y unos profundos ojos negros.

-Buenos días Spencer- dije saludando al abogado de la acusada de mi cliente.

-Ohh... buenos días Lía- dijo algo distraído.

-Spencer, ¿estás bien?- dije arqueando mi ceja.

-Sí, por qué no habría de estarlo- dijo enderezando su espalda en la silla.

-Spencer, eres mi mejor amigo, se todo sobre ti, y cuando digo todo voy desde tus reacciones hasta el que también el hecho de que eres un narcotraficante- digo casi en un susurro- ¿qué te pasa?- dije con voz seria.

-Demonios, eres demasiado curiosa y un día de estos te ira mal por ello- dijo señalando me con su dedo índice.

-Lo se y no me importa, ahora, me respondes o yo misma lo averiguo- dije apartando su dedo y con un tono un poco amenazante ya que con el eso siempre funciona.

-Está bien, te diré, pero que conste, solo lo hago porque no quiero enfrentarme con tú carácter,... ¿recuerdas el pedido de ayer?-.

-Sí, 30 kilos de clorhidrato de cocaína.

-Exacto, ... ayer llegó uno de mis hombres a mi casa diciéndome que los dos tipos a quienes envié a la entrega fueron asesinados y la mercancía fue robada- dijo Spencer apretando sus puños mientras contenía su hira.

-Y...¿ya sabes quien es?-.

-No, aún no, pero juro que cuando encuentre al maldito bastardo haré que desee nunca haberse metido con Spencer Dixon- dijo enojado.

-Bien, todos a sus puestos, comienza la cesión- dijo la jueza.

-Suerte Spencer- dije tendiendo le mi mano.

-Suerte Lía- dijo para luego tomar mi mano y estrecharla.

Cada uno fue a su respectivo lugar junto con su cliente.

-Bien, La señora Tara Watson es acusada por asesinato de su marido e hija de 6 años- dijo el juez.

Pasaron varios minutos y mi cliente pasó al estrado para redactar lo visto, pero cuando paso el ambiente se torno sumamente incómodo, ya que este era un niño de 7 años, que por desgracia era el hijo de la señora Tara Watson, luego de acomodar al niño en el estrado, ajustaron el micrófono para que lo pudiésemos escuchar.

-Muy bien joven, lo escuchamos- dijo el juez, a lo que el niño se aclaro la garganta y comenzó a hablar.

-Estaba jugando en el jardín con mi hermana menor Shila, entré un segundo a la casa y escuche como mamá discutía con papá en la sala de estar, no le di importancia y fui a mi habitación por uno de mis juguetes, pero cuando estaba yendo devuelta con mi hermana vi como mamá le disparo a papá, sentí miedo y me escondí detrás de un muro para que mamá no me viera, después de disparare a papá fue hacia el jardín en donde estaba Shila al lado de la piscina... y..., y..., entonces yo...- no pudo terminar de decir la frase y rompió en llanto, yo no soy mucho de afecto pero... en ese momento sentí la necesidad de hacerle sentir a ese niño que no estaba solo, así que me paré de mi asiento, me dirigí hacia el estrado y extendí mis brazos al niño que sin pensarlo dos veces se aventó a ellos, pequeños sollozos provenientes de el se hicieron presentes y las lágrimas caían por sus mejillas, lo separé un poco y tomé su cara entre mis manos y le dije con delicadeza y cariño.

𝕹𝖆𝖗𝖈𝖔𝖙𝖗𝖆𝖋𝖎𝖈𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora