Capítulo 26

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Siento como alguien me sacude suavemente mientras susurra algo que no entiendo, abro un poco los ojos topandome con el rostro de Aaron mirándome en mitad de habitación levemente iluminada por el fuego de la chimenea.

-Lía, despierta- le oigo decir.

-Déjame- digo aprtandome de su tacto como si me quemara.

Me levanto del sillón y me dirijo hacia la puerta, en eso escucho sus pasos tras de mi a lo que me apresuró más a salir. Una vez afuera cierro rápidamente la puerta para luego comenzar a bajar las escaleras hacia una de las habitaciones de la primera planta. Aaron aún me sigue, pero afortunadamente veo la primera habitación, abro la puerta pero siento como Aaron me toma de la mano izquierda para luego halarme hacia el quedando frente a frente, me mira con el entrecejo fruncido a lo yo hago lo mismo.

-¿Se puede saber qué diablos te sucede?- dice en tono enfadado.

¿Cómo se atreve a enojarse cuando él fue quien me plantó?.

-¡NADA!- le grito- SOLO QUE ME DEJARON PLANTADA CÓMO UNA IMBECIL A CAUSA DE UN “ASUNTO DE IMPORTANCIA”- finalizó haciendo comillas.

-¿Pero qué…?- dice frunciendo los labios.

-Pero nada, ahora déjame sola- digo intentando soltarme de su agarre.

-No, no te voy a soltar- dice acercándome más a él.

-Sí… lo harás- digo forcejeando.

-Ya te dije que no- dice para luego cargarme hacia el interior de la habitación delante de nosotros, cierra la puerta y me deja sobre la cama en donde me retiene con su peso.

-¡MALDITO PERVERTIDO VETE AL INFIERNO Y DÉJAME EN PAZ!- digo gritando nuevamente.

-Despertarás a las mucamas y a los mayordomos…, si sigues gritando así- dice aun manteniendo su agarre.

-¡ME IMPORTA UNA MIERDA!- vuelvo a gritar.

-Tengo que reconocer que a pesar de ser bastante más pequeña que yo… eres muy… fuerte- dice riendo.

-¡Basta!- digo dándome la vuelta dejándolo así bajo mi cuerpo.

Aun con su agarre en mi me mira fijamente y yo hago lo mismo. Poco a poco su agarre se va aflojando mientras dirige lentamente mis manos hacia su pecho, las deja ahí para luego poner las suyas sobre mi cintura. Por algún extraño impulso dentro de mi siento la necesidad de besarle, intento contenerme mas no funciona en lo más mínimo, acabo poniendo mis labios sobre los suyo envolviendonos así en un lento y sensual beso.

Nuevamente el se pone sobre mi sin apoyarse por completo en mi cuerpo. Sus beso comienzan a hacer un viaje por mi rostro; deposita un suave beso sobre mi frente para luego seguir por mis mejillas y volver a mis labios. Su cálida lengua pide acceso a mi cavidad bucal, se lo niego a lo que recibo una leve mordida en mi labio inferior, suelto un pequeño quejido a lo cual el aprovecha y se cuela en mi cavidad bucal mientras sus cálidas manos recorren todo mi cuerpo. Una extraña, burbujeante y a la vez linda sensación se instala en mi pecho y estómago, separa su labios de los míos y pone su mano derecha a un costado de mi rostro mirándome fijamente, inconscientemente hago lo mismo.

-Eres hermosa, y no hablo solo de lo físico- dice él con una leve sonrisa en sus ahora inchados labios.

-¿Pero qué me has hecho Aaron?- digo también sonriendo.

-Lo mismo digo- responde depositando un suave beso sobre mi frente- no te forsaré si no quieres hacerlo-.

-Sí quiero- digo interrumpiendole.

Veo cómo en sus ojos se desata un brillo extraño que nunca antes había visto, vuelve a besarme para luego ponerme sobre él. Poco a poco voy bajando mis besos de sus labios hasta su cuello, me dirijo hacia su oreja mordiendo suavemente su lóbulo, siento como se estremece contra mi cuerpo cada vez que mi respiración y mis labios hacen contacto con su piel.
Comienzo a desbarochar lentamente cada botón de su cami a mientras muevo mis caderas masajeando su miembro. Una vez saco la camisa por completo puedo contemplar su perfectamente marcado abdomen, comienzo a hacer un camino de besos por todo su pecho, en eso siento como me gira nuevamente para sacarme con gran habilidad la camisa de mi pijama dejando expuesto por completo mis pecho. Comienza a repartir besos por mi escote para luego comenzar a bajar hacia mi abdomen. Inconsciente comienzo a soltar leves suspiros y gemidos mientras masajea mis senos.

-Veo que te gusta- dice en tono pícaro.

-¡OH!, por favor no pares…- digo en un suspiro.

-¿Quieres que siga?- dice sinico.

-Sí…, por favor…- vuelvo a suspirar.

-Muy bien, quieres que siga… ¿así?- dice quitando mi sostén para luego comenzar a juguetear con uno de mis pezones.

-Sí…- gimo ante su tacto.

Siento como con su mano libre se deshace de mi pantalón, atiende mi otro pecho con su cálida y hábil lengua sin descuidar el que estaba masajeando con su mano izquierda. Siento como con su mano libre comienza a masajear mi entrepierna, aparta la tela de mi ropa interior y así comenzar a masajear con su pulgar mi clítoris. Todo mi cuerpo siente mis emociones a flor de piel. Me giro sobre él y digo en tono seductor.

-No está bien que solo yo disfrute-.

Comienzo a estimular con mis dedos su miembro, que a decir verdad en bastante grande según lo que puedo sentir sobre su pantalón. Escucho como gruñe bajo mi tacto lo me motiva a seguir; mi mente se ilumina y dejo de tocarle, Aaron me mira confundido y a la vez curioso. Se sienta sobre la cama, me planto frente a él y comienzo a tocarme mientras él observa atentamente, acerca una de sus manos pero yo le golpeo suavemente.

-Vaya que eres mala- dice riendo.

-Sí, lo soy. Y ahora te mostraré que tan mala puedo llegar a ser- digo con una sonrisa traviesa.

Sigo masajeandome mientras Aaron parece hipnotizado, se recuesta sobre la cama dejándome ver así el gran bulto en sus pantalones. Introduzco uno de mis dedos en mi vagina para luego seguir con otro más, nuevamente Aaron intenta tocarme, pero doy un paso atrás dejándole colgado.

-Sí que eres impaciente- digo burlona.

-Lia… te deseo- mira por un instante su entrepierna- ¿Ves cómo me tienes?- dice a lo que yo sonrío.

-Sí, y me gusta. Quiero llevarte al límite, quiero que me desees hasta que pierdas el control de ti mismo- digo pícara.

Introduzco un dedo más en mi a lo que comienzo a soltar varios pequeños gemidos.

-De por Dios mujer…, vas… a matarme- dice cada vez más exitado.

Me acerco a él y tomo sus manos antes de que pueda siquiera tocarme.

-¿Por… qué?- dice quejándose.

Ignorando su pregunta me siento sobre él poniendo mis senos frente a su rostro, sin dudarlo comenzó a lamerlos y besarlos mientras yo podía sentir su gran erección debajo de mi. Comienzo a mover mis caderas hacia adelante y hacia atrás frotandome contra su erecto y duro miembro.

-Eres tan sexy y perfecta…- dice gimiendo- linda… por favor, déjame tocarte- dice a lo que suelto sus manos y desobrocho sus pantalones y comenzar a introducir lentamente su enorme miembro.

-¡OH!, se siente tan bien…- digo a medida que lo voy introduciendo más.

-Estás… muy estrecha, me encanta…- dice poniéndose sobre mi.

Puedo sentir como cada penetración se vuelve mucho más enérgica y salvaje… y me encanta. No para ni un segundo, al igual que yo pierdo el control y no puedo parar de gemir, siento como hace varios cupones en mi pecho y clavícula a la ves que yo hago lo mismo en su cuello y dejo unos cuantos rasguños en su espalda.

Gritamos al unísono al por fin llegar al tan anhelado clímax, no me importa que alguien nos oiga, lo único que me interesa ahora es que estoy aquí con el hombre que me hace sentir segura, y que a pesar de hacerme enojar es capaz de sacarme una sonrisa y darme lo que necesite.

𝕹𝖆𝖗𝖈𝖔𝖙𝖗𝖆𝖋𝖎𝖈𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora