Capítulo 18

96 4 0
                                    

Lía:

Ya es bastante tarde, así que Thomas y yo decidimos ir adentro. Una vez entramos, fui directamente al baño y me di una ducha. Me vestí y salí, en eso veo a un Thomas sin camisa recostado en la cama con su espalda en el cabezal de la cama. Me acerco a él pero ni se inmuta, tocó su descubierto hombro pro tampoco reacciona. Me siento sobre él y tomó su rostro entre mis manos.

-Tierra llamando a Thomas- digo a lo que se medio espabila.

-¿Que yo qué?- dice completamente desorientado.

-Atención torre de control el aterrizaje a sido todo un éxito- digo burlona.

-Y como raro tú con tus bromas- dice con los ojos cerrados.

-No es mi culpa, estabas completamente absorto de la realidad- digo entre risas.

Veo como rueda sus ojos y suelta una pequeña y ronca risa la cual se apaga y aparta la mirada a otro punto para luego volver a perderse en el siverespacio.

-Thomas- le llamo para que vuelva a la realidad.

-Lía...- me llama.

-Thomas- dijo mirándole.

-Tú...? me engañarías con otro o siquiera... pensarías en dejarme por alguien más?- justo cuando iba a responder el recuerdo de esa noche con Spencer.

-De hecho...- tartamudeo.

Quiero contarle lo que sucedió, pero otra parte de mi me dice que no lo haga, pues puedo herirlo. Pero si no lo hago y él lo descubre... eso le dolería mucho más.

Respiro hondo preparándome para decirle la verdad. Tomo sus manos entre las mías y por fin tomó la iniciativa para decirle.

-Thomas te tengo que decir esto, y si te lo digo es porque te amo en verdad además... prefiero decírtelo yo misma a que te enteres por alguien más- digo haciendo una pausa para tomar aire y continuar- Ya hace un buen tiempo... yo me enrede con... Spencer, y la verdad yo... - intento no llorar porque lo más probable es que crea que lo hago para engañarlo- me acosté con él, soy consciente de que soy la peor, también se que no tengo justificación, pero aún así quiero decirte que no tenía idea de lo que estaba haciendo y que lo único que quería era...- no pude terminar de hablar, pues los labios de Thomas estaban besando los míos.

Separa nuestros labios y me envuelve con sus brazos en un cálido y dulce abrazo, yo hago lo mismo para luego esconder mi rostro en su cuello y dejar que las lágrimas escurra por mis mejillas en un profundo pero a la vez reconfortante silencio.

-No tienes idea de lo feliz que me has hecho al decírmelo- le oigo musitar en mi oído.

Las espesas y húmedas lágrimas siguen corriendo por mis mejillas, me separo y le miro a los ojos.

-Lo siento..., simplemente lo había olvidado por completo..., perdóname...- digo entre sollozos.

-Descuida, ya lo sabía. Sólo quería escucharlo de ti- dice suavemente en mi oído.

Nos separamos un poco y juntamos nuestras frentes, yo cierro los ojos y viento cómo Thomas me acuesta justo a su lado y me acaricia el cabello, no tardo mucho en quedarme dormida.

Me estiro en la cama buscando a Thomas, mas no lo encuentro, abro los ojos y veo que todo esta oscuro. Seguramente Thomas cerro las cortinas, me levanto adormilada y comienzo a caminar agarrándome de todo lo que posiblemente me pueda hacer llegar a las cortinas, en eso siento un fuerte golpe en mi frente y caigo al suelo.

-Auch...- digo levantándome sobre mis codos.

-Linda, ¿estas bien?- escucho decir a Thomas mientras entra a la habitación.

-Sí solo me golpeé con la pared- digo poniendo mi mano en mi cabeza.

-Se puede saber qué intentabas hacer- me dice ayudándome a levantar.

-Seguramente intentaba escalarla- digo con ironía.

-No sabes cuanto te agradezco que seas tan amable y linda conmigo al no ser tan irónica- dice abriendo las cortinas, ruedo los ojos y me rio por lo bajo.

-Irónica o no me sigues queriendo- digo tomando mi ropa para luego irme a bañar.

Después de una relajante ducha tibia, tomo una de las toallas y me seco para luego vestirme y secar mi ahora corto y teñido cabello. Después de más de quince minutos intentando peinar mi cabello, me rindo y me recojo una coleta a la mitad. Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina en donde se encontraba un Thomas con sus lentes puestos y muy entretenido leyendo el periódico.

-Tardaste más de lo normal- dice mientras me extiende un plato con dos tostadas, una con mantequilla de maní y la otra con jalea junto a un vaso con jugo de naranja.

-Es complicado peinarte con el cabello corto, y gracias- digo recibiendo el plato y el vaso.

-Entonces no te compliques y déjalo suelto- con la vista aun fija en el periódico.

- No, ni loca. Me molesta tenerlo suelto- digo para luego llevar una de las tostadas a mi boca.

-Dios- dice para luego soltar un suspiro.

-Pregunta- digo mirándole.

-¿Si?- dice.

-¿Qué simbolizan los tatuajes?- pregunto a lo que el se gira y me mira.

-Menciona uno en especifico-.

-El de Frida Kahlo- digo señalando el tatuaje.

-Me lo hice porque ella se convirtió en mi idola al tener una ideología tan distinta y no tener miedo a hacerse escuchar, ademas de tener la suficiente valentía como para afrontar todo lo que vivió- le oigo decir. Y aquí se re afirma mi idea de quien es Thomas Collins- ahora, qué significa el mándala en tu espalda con la flor de loto- pregunta a lo que yo siento como mi estomago se revuelve y mis ojos se llenan de lagrimas.

-Representa mi verdadero yo en el universo- digo respirando profundo a lo que el simplemente me mira confundido.

-A qué te refieres con mi verdadero yo- dice confundido.

-La flor de loto simboliza la pureza del cuerpo y el alma, mientras que un mándala hace referencia a la composición fractal o repetitiva del universo, ademas de también ser un circulo de sanación para el alma- digo llevando una de las tostadas nuevamente a mi boca.

-¿Puedo saber por qué buscas la sanación de tu alma?- dice a lo que yo me atraganto con un gran trozo la tostada y no logro respirar bien.

Comienzo a toser para intentar poder respirar, mas no funciona para nada. Comienzo a estresarme y sentir el nerviosismo recorrer mi cuerpo, no puedo pensar con claridad. Thomas se para detrás de mi y me inclina hacia adelante, pone una una de sus manos en la mitad de mi pecho para luego comenzar a dar una fuerte y firme palmada en el centro de mi espalda, vuelve a hacerlo una segunda, creo que estoy teniendo una reacción alérgica, quiero decirle que traiga mi epipen mas me cuesta mucho hablar, en eso todo se me vuelve negro.

𝕹𝖆𝖗𝖈𝖔𝖙𝖗𝖆𝖋𝖎𝖈𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora