𝕹𝖆𝖗𝖈𝖔𝖙𝖗𝖆𝖋𝖎𝖈𝖆𝖓𝖙𝖊

Capítulo 15

Hola, espero que estén bien. Bueno aquí les traigo el capítulo número 15 el cual espero sea de su agrado porque aquí nos adentraremos en el oscuro pasado de nuestro Thomas Collins y sin más rodeos yo digo ¡¡COMENCEMOS!!
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Comienzo a divagar en mis pensamientos hasta que siento como Thomas me quita uno de mis auriculares y me dice.

-Linda, llevo más de 5 minutos que puedes encender la radio- dijo con falso tono de reproche.

-Pero yo no me llamo Linda- dije burlándome.

-Lía, sabes perfectamente a lo que me refiero- dijo imitando tono de desesperación.

-No tengo idea de qué estás hablando- dije inocente.

-Dios, por favor dame paciencia con mi mujer- dijo intentando hacerme molestar.

He de admitir que sí me dolió un poco. Me limito a quedarme en silencio, ya no se escucha nada más que sonido producido por los neumáticos de la camioneta y una que otra roca en el camino.

-Amor- dice Thomas pero yo simplemente lo ignoro- amor- me vuelve a llamar pero me limito al silencio- ¿estás enojada?- ¡¡NO, PARA NADA. SOLO ME HICISTE SENTÍR COMO UN ESTORBO. Le grito telepáticamente.

Lo sigo ignorando por unos 20 minutos más, quiero que se torture a sí mismo un poco más. Algo me lleva a creer que solo él sabe que es el único capaz de herirme así que... ¡¡SUFRE THOMAS COLLINS!!. Comienzo a diva en mis pensamientos y no se en que momento pero caí dormida.
Escucho como se abre y cierra una puerta, pero no quiero siquiera abrir los ojos. Siento como alguien me carga, mas no me asusto porque el olor de Thomas llega a mis fosas nasales.

Thomas:

Finalmente llegamos, estaciono la camioneta y noto que Lía está dormida. No quiero despertarla, además se que si la despierto seré hombre muerto. Bajo del auto, lo rodeo y tomo a Lía en mis brazos y comienzo a caminar, siento como se remueve un poco pero después vuelve a relajarse, se ve muy linda cuando duerme. Digo mi camino hacia la entrada de la casa, afortunadamente Lía es bastante liviana y pude abrir la puerta con gran facilidad. Entro y cierro la puerta tras de mí, me dirijo a las escaleras y comienzo a subirlas. Voy hasta nuestra habitación y le recuesto suavemente sobre la cama, recuerdo que antes de irnos tome su pijama, no puedo dejarla dormir en vestido o de lo contrario se va a enfermar. Vuelvo al auto y saco la maleta en la que traje algunas cosas de Lía. Entró nuevamente a la casa y comienzo a subir las escaleras. Estoy a punto de llegar a la segunda planta pero justo cuando pisé el penúltimo escalón, escuché un grito desgarrador proveniente de Lía. Corro hacia la habitación y la veo ahí, en la cama retorsiendose y gritando con lágrimas escurriendo por sus mejillas. Siento como se contrae mi pecho.

-Lía- digo acercándome a la cama.

Me siento y tomo a Lía entre mis brazos. Forcejear entre sueños pero no la dejo ir, la pongo sobre mi pecho y comienzo a acariciar su cabello mientras deposito suaves besos sobre su frente.

-Linda, tranquila. Estoy aquí, tranquila- digo sin soltarla.

Después de unos cuantos minutos, siento como su cuerpo se relaja y las lágrimas cesan, tomo una manta y cubro nuestros cuerpos con ella. Quiero saber qué estaba"soñando", si es que se le puede llamar así, pero no la voy a despertar por algo así. La traje aquí para que estemos juntos y podamos descansar, no para agobiarla con una maldita pesadilla. Comienzo a divagar entre mis pensamientos y preguntándome sobre mi futura con esta loca, desquiciada, hermosa e inteligente niñita a la cual escogí por mujer. No se si fue por la paz que me trae Lía o por qué otra cosa pero me quede profundamente dormido.

Me despierto y abro los ojos quedándome completamente ciego por los rayos de luz que penetraban entre las mal cerradas cortinas. Me cubro los ojos con una de mis manos, después de un rato agonizando internamente, siento como Lía se remueve un poco, dirijo mi mirada a su rostro y la veo ahí. Completamente dormida con su angelical rostro y unos cuantos mechones de su largo cabello cubriendolo. Una sonrisa se dibuja en mi rostro y me quedo mirándola un poco más.

-¿Pero qué me has hecho?- dije acariciando con suavidad su mejilla.

-Te puedo segurar que no te cambié por un alienigena- la oigo decir medio adormilada.

-¿Hace cuánto estás despierta?- dije algo sorprendido y con mis ojos abiertos como platos.

-¿Cuánto tiempo llevas mirándome dormir?- dice aún adormilada.

-¡¡No me cambies de tema!!- dije irónico.

-No crees que estás siendo irónico- dijo burlándose.

Me limito a soltar un bufido, la abrazo y comienzo a rodar con ella por la cama, ella empieza a reír haciendo que yo haga lo mismo. Comienzo a hacerle cosquillas a lo que ella solo suelta varias carcajadas.

-Jajaja, ya basta Thomas. Jaja, no más- dice entre risas.

Después de un buen rato sin haber hecho caso a sus súplicas, me detengo y deposito un suave beso en su frente. La abrazo y ella levanta su rostro para verme a los ojos, acaricio su mejilla y sonrío.

-Thomas- la hoigo.

-¿Si?- digo mirándola.

-No se si sea el momento pero…, ¿en dónde estamos?- la oigo preguntar.

-Estamos en la casa en la cual se crió un niño llamado Thomas Collins- digo a lo que ella me mira atónita.

-¿Qué?- dice aún sin poder creerlo.

-Lía, ¿recuerdas… lo que te dije ayer?- le pregunto.

-Sí, me dijiste... que debías mostrarme tú pasado para que yo formara parte de futuro- me dijo jugando con sus delgados y finos dedos.

-Exacto, y por eso es que te traje aquí. Esto no es algo que solo pueda decirte así como así, esto es algo que quiero compartir contigo porque eres especial para mi y se que eres esa mujer en la que confío, amo y me demuestra que me ama- dije para luego sentir el calor en mis mejillas así que volteé el rostro y que ella no notara mi sonrojo.

Para mi buena suerte, notese el

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Hola, se que últimamente los capítulos están siendo bastante cortos pero últimamente estoy teniendo un mini choque de ideas combinado con un bloqueo, me disculpo pero de todas formas espero les haya gustado.