Capítulo 16

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Hola chicos y chicas, bienvenidos a un nuevo capítulo de Narcotraficante. Ya no estoy tan estancada en es bloqueo por el cual fui poseída, puede que no haya salido de esto del todo, mas ya mi estado es más calmado y básicamente estoy bastante estable casi cualquier aspecto. Buen y sin más rodeos, es momento de que yo diga ¡¡COMENCEMOS!!.

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Lía:

Jamás en mi vida... hubiera pensado que un hombre el cual se caracteriza por ser frío, misterioso, egocéntrico y narcisista. Fuese capaz de derribar una capa de hielo la cual cubría su corazón para así abrirse a mi a tal punto de permitirme escarbar en su pasado y además sanar cada una de sus heridas. Pues... a pesar de que este hombre del cual me enamore tan loca y quizás enfermizamente, no conoce casi nada sobre lo que soy. Se permitió a si mismo abrirse a mi e inclusive entregármelo todo y hasta más. Por esta razón, espero algún día ser completamente digna de su amor y poderme entregar a él por completo. Pues si estoy segura de algo, es que si me guardo para siempre muchas de las cosas que he callado durante más de diez años, se que todo se vendrá abajo. Tarde o temprano tendré que romper mi silencio y sacar todo a flote, y así cuando este... lista lo haré.

Pasamos gran parte del día en la cama hasta que decidimos levantarnos no por voluntad propia sino por el hambre. Ninguno de los dos quería cocinar así que pedimos una de las cosas más sanas y nutritivas del mundo, nótese el sarcasmo.

-¡¡Linda ya llegó la pizza!!- oigo gritar a Thomas desde la primera planta.

-¡¡Ya voy!!- grito desde el piso de arriba.

Salgo de la habitación y bajo las escaleras. Una vez abajo, me dirijo a la puerta en donde se encuentra Thomas pagando nuestra nutritiva cena. Tenía puesta una camisa blanca con los primeros botones desabrochados y unos jeans negros, he de aceptar que se ve muy bien. Me paro junto a él a lo que el chico repartidor dirige su mirada hacia mi y muestra una leve sonrisa. Toma un despacito de papel de su bolsillo, escribe algo en el, me lo extiende y yo lo tomo pero en un ágil movimiento, Thomas me lo arrebata de las manos, lo lee y mira al chico con ojos asesinos y semblante serio .

-Bien, Ed. Esta mujer tan hermosa, refinada y muy fuera de tú alcance tiene esposo y soy yo- dijo haciendo enfacis en esas tres palabras las cuales hicieron que diera un mini paro cardíaco.

El chico lo mira aterrado, pálido y con los ojos abiertos de para en par, entonces Thomas da un portazo probablemente dejando al pobre chico sin cara y un posible severo trauma psicológico. Se queda mirando fijamente a la puerta, pongo mis manos en su hombro. Él voltea a verme y puedo notar como se relaja mientras la llama en sus ojos se apaga y es reemplazada por ese brillo tan característico. Baja la mirada a lo que yo lo tomo por la barbilla y junto nuestras frentes.

-Lía... no quiero perderte- dice mirándome.

-Nunca vas a perderme. Y si fuera así, no sería tan yo contigo- dije.

-Jaja. Entiendo tú punto, pero... ¿tiene sentido que tú no seas tú?- dijo mirándome con una ceja arqueada.

-Solo callate- dije haciendo un puchero como niña pequeña a lo que él se limita a reír.

Thomas llevó la pizza hacia la sala de estar mientras yo iba a la cocina por unos platos. Vuelvo y encuentro a Thomas acostado en el piso mirando fijamente al techo. Dejo los platos a un lado, me acerco a él y me recuesto sobre su pecho mientras hago lo mismo.

-¿Qué se supone que estamos viendo?- pregunto a lo que el se limita a soltar una leve risita.

Me ciento para luego ponerme sobre él y mirarlo a los ojos, intento encontrar algo en sus ojos lo cual me de una señal de, por más mínima que sea. Pone su mano sobre una de mis mejillas y la acaricia con suavidad. Se clienta conmigo aún encima suyo, toma mi rostro entre sus manos y pone sus labios sobre los míos, el beso es suave, cálido y dulce. Paso mis manos por su cabello a lo que él me pega más a su cuerpo, comienzo a bajar mis besos por su cuello mientras desabrocho los botones de su camisa para finalmente quitársela, él hace lo mismo con la mía mientras yo solo disfruto de su cálido y ardiente toque sobre mi piel desnuda. Es su turnos y comienza a repartir suaves y húmedos besos por mi cuellos y clavícula hasta llegar a la base de mi escote, se detiene y acaricia con suavidad mi clavícula para luego ponerse sobre mi en un ágil movimiento. Junta nuestros labios, muerde mi labio inferior a lo que yo suelto un leve suspiro, en eso el aprovecha para introducir su lengua en mi cavidad bucal a lo que yo respondo y nuestras lenguas estallan en una guerra por el poder. No me di cuenta en qué momento, pero noté que ambos ya nos encontrabamos completamente desnudos.

-Preparese señora Collins, porque hoy le daré una noche inolvidable- dice con su sexy y ronca voz.

-Cada noche que paso contigo es simplemente inolvidable para mi, al igual que tus besos y tú tacto- digo pasando mis dedos por su marcado abdomen.

-¿Sabes cuál es mi lugar favorito?- susurra sobre mis labios.

-¿Cuál?- pregunto mordiendo mi labio inferior.

-Cencillo- hace una breve pausa y se acerca a mi oído- dentro de mi mujer- dijo en un ronco y sexy susurro.

Siento como me penetra de una sola estocada a lo que yo gimo. Comienza a moverse en mi interior.

-Mmm... Lia. Iré más despacio, para que así lo desees más- dijo con  una sonrisa de medio lado

-¡¡OHH!!...- suelto un suspiro.

-¿Qué sucede?, ¿te gusta más cuando voy más fuerte y profundo?- pregunta malicioso.

-¡¡Sí!!- digo en un gemido.

-Si ese es el caso, aún puedo ir más profundo. Así…- dijo para luego soltar un gruñido y yo gemir.

-¡¡AHH!!, ¡¡Thomas!!- no podía parar de gemir su nombre.

-¡¡Mmm...!!, Lia… estás cada vez más mojada y… apretada- lo oigo decir entre gruñidos.

-¡¡Thomas!!- le llamo-ya casi llego- digo entre pequeños gemidos y suspiros.

-¡¡AHH!!, yo también- gime.

Va incrementando en la velocidad y fuerza de sus estocadas a medida que nos acercamos al liberador orgasmo. Finalmente caigo en un túnel de luz que deja todas mis emociones a flor de piel en un liberador gemido de placer.

Creí está confundida con lo que sentía por Spencer y lo que sentía hacía Thomas, pero ahora veo que estaba muy equivocada. Amo a Thomas y por eso es que soy capas de entregarme a él cuántas veces sea necesario, puedo mostrar lo que siento sin miedo a que me hiera e inclusive… ser yo misma. Amo a este hombre con un pasado triste y oscuro, introvertido aveces seco pero de un corazón que lo único que da es amor. Lo amo y jamás me cansaré de decirlo ni siquiera si llega el momento en que él me deje de amar. Thomas deja un suave en mi frente y me rodea con sus brazos, el cansancio me gana y caigo en profundo sueño.

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Bueno, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero les haya gustado y por favor no olviden dejar su comentario junto a sus votos.

𝕹𝖆𝖗𝖈𝖔𝖙𝖗𝖆𝖋𝖎𝖈𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora