Capítulo 2

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Cuando escuche las palabras de mi padre sentí como todo dentro de mi dio un vuelco y sentí nauseas, me pare rápido, me adentré en el baño y trasboqué en fuertes arcadas.

-Lía- escuché la voz de mi padre detrás de mi.

-¿Qué?- dije fría y cortante.

-¿Te sientes bien?- preguntó el con tono serio.

-Sí, ¿por qué no habría de estarlo?- dije para luego pararme y sepillar mi boca.

-No lo se, dime tú- dijo apoyándose en el marco de la puerta de madera blanca.

-Estoy bien, solo sentí nauseas y no se la razón, ahora... ¿por qué tengo gasas ensangrentadas en mi cabeza?- justo cuando mi padre iba a responder fue interrumpido por Thomas.

-Te estaba trayendo a tú habitación para curar la herida de tú ceja, pero en uno de los bordes de las paredes del corredor golpeaste tú hombro, te golpeaste con la pared del otro lado, la pared te iso ir hacia el otro lado, te caiste y te golpeaste con la esquina de una mesa, la cual provocó que tú cabeza sangrara y te desmayaras- dijo Thomas respondiendo a mi pregunta- lo buenos es que sicatrisaste rápido en tú cabeza, bueno... creo que debería irme, adiós- y sin más se fue.

-Buena noche- dijo mi padre para depositando un beso en mi frente para luego retirarse y cerrar la puerta tras de si.

-Bien hecho, tras de tonta distraída - ya basta, ya me estoy cansando de ti, deberías de aconsejarme, no hablarme ni insultarme- dije en mi cabeza para luego ir de nuevo a la cama y caer en un profundo sueño.

........................

Me levanté a las 6:00 y fui directamente al baño, me di una ducha, me envolví en la toalla blanca, salí a la habitación y busque mi uniforme de equitación, así es soy jinete de caballos, una vez lista, escucho tres golpes en la puerta.

-Adelante- dije dando la vuelta para ver quien era.

-Buenos días señorita Reid- dijo la mujer de 30 años.

-Buenos días Anie- saludé a una de las mucamas que trabaja en casa.

-Señorita vine a ordenar su habitación y a informarle que su padre la solicitó en el comedor para desayunar y discutir algunos asuntos- dijo para luego hacer una reverencia y voltear hacia el costado donde se encuentra mi cama, pero al ver que yo ya la había ordenado abrió los ojos como platos y me miró.

-¿Qué sucede Anie?, parece como si hubieses  visto un fantasma- dije mirándola.

-Señorita... usted sabe perfectamente que hacer estas cosas son mi trabajo- dijo con tono preocupado.

-Lo sé, pero que se le puede hacer- dije para luego retirarme de la habitación, bajé las escaleras y me dirigí al comedor y entre por las grandes puertas y encontrándome con mi padre en la cabeza de la mesa, tomando se desayuno y leyendo el periódico.

-Buenos días padre- dije para luego sentarme en mi lugar.

-Buenos días- dijo mi padre quitando la mirada de su periódico.

-¿Me necesitabas?- dije mirándolo a sus azules ojos.

-Sí, Lía... veras- justo cuando mi padre me iba a decír lo que sucedía, uno de mis guardaespaldas entró como alma que lleva al diablo y le susurro algo a mi padre.

-Papá... ¿qué sucede?- pregunté con notable preocupación en mi voz.

-No hay tiempo para explicar, Lía necesito que empaques ya mismo una maleta con todo lo que necesites, te necesito en mi oficina dentro de 10 minutos, ahora ve- dijo con voz firme, a lo que yo obedecí, a lo que salgo corriendo a mi habitación para sacar mi maleta de viaje, que a decir verdad es bastante grande, empaqué mucha ropa y cuando digo mucha es enserio, tomé una maleta y empaqué zapatos, en otra empaque mis implementos de cuidado personal  y mi caja de accesorios, por último me cambié y me puse unos zapatos negros, unos jeans azúl oscuro, una camisa, un saco gris de cuello alto y una chamarra de cuero color negro, agarré mi teléfono y mi bolsa negra, para luego salir corriendo a la oficina de papá. Al llegar abrí sin tocar y lo encontré mirando através de la gran ventana.

-Papá, ¿qué sucede?- dije parándose a su lado y poniendo mi mano en su hombro.

-Cariño, no te lo puedo explicar ahora, ven- dijo guiándome a la caja fuerte que ocultaba tras una pared falsa- quiero que te lleves esto- dijo mostrándome una caja de madera la cual abrí y vi un revolver calibre 45 que... pertenecía a mi madre antes de ser asesinada- ahora es tuyo- dijo con su mirada fija en mi- y también quiero que te lleves esto- dijo entregándome una caja negra y grande, la cual al abrirla me encontré con collar de diamantes- se lo dí a tú madre como regalo de bodas, es muy especial, cuídalo y siempre tenlo contigo, vamos- dijo tomando mi mano y llevándome hacia afuera, en donde estaba aparcada una camioneta negra blindada- sube, ten cuidado, Derek estará a tú servicio, pon en practica todo lo que enseñé, se fuerte y sobre todo... no olvides que te amo hija- dijo para luego depositar un beso en mi frente y cerrar la puerta de la camioneta que de inmediato se puso en marcha.

Bueno hasta aquí el capítulo, si les gustó no olviden dejar su voto y aquí les dejo la imagen del collar:

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𝕹𝖆𝖗𝖈𝖔𝖙𝖗𝖆𝖋𝖎𝖈𝖆𝖓𝖙𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora